Fernando López-Mirones, biólogo: «El Gobierno antepuso su interés populista a la evidencia científica»
"Los test se están haciendo con cuentagotas y nos salen datos erróneos, pero sobre todo hay que fabricar, comprar y dotar a la Sanidad de respiradores suficientes para soportar el pico de contagios que se nos viene encima", advierte este profesor universitario.
Fernando López-Mirones (Pontevedra 1964) es biólogo, documentalista y divulgador científico. Ha escrito y/o dirigido más de 130 películas documentales de naturaleza y antropología para National Geographic, BBC, Survival y otras grandes firmas. En 2014, su obra ‘Guadalquivir’ fue nominada a los Premios Goya. Es profesor en la Universidad Internacional Villanueva de Madrid.
PREGUNTA: Luchamos contra una pandemia inédita hasta la fecha, ¿se podía haber evitado?
RESPUESTA: Estrictamente hablando sí, pero el mundo debe irse acostumbrando a que cada vez más virus entren en nuestras vidas para alterarlas. Somos primates que vivimos como insectos. No hemos evolucionado lo suficiente para estar tan juntos. Los insectos tienen armaduras y no se abrazan. Nosotros somos blanditos y cariñosos. Si ante la realidad de Wuhan e Italia, en España hubiéramos reaccionado antes, como advertimos algunos desde enero, se podría haber controlado todo mejor.
P: Usted ha sido muy crítico con la gestión de la crisis sanitaria ¿por qué?
R: Ya que al presidente Sánchez le gusta hablar de términos psicológicos creo que ha sufrido un sesgo cognitivo: confundir una crisis biológica con una económica. En la segunda el miedo es malo, pero en la primera no. Se impuso la consigna en los medios afines a la izquierda mediática de que no pasaba nada, era una gripe lejana que aquí no iba a llegar. Estaban tan contentos de conocerse con sus nuevos puestos y sueldos que se negaron a escuchar a los microbiólogos (que son los verdaderos expertos que estudian los virus) y continuaron con sus planes.
El Gobierno de España antepuso su interés populista a la verdad científica que les estaba llegando desde todas partes, culminando el desatino al organizar un aquelarre de contagio en el 8M cuando ya se sabía positivamente la que se nos venía encima. Las amenazas biológicas no las pueden manejar políticos ineficientes.
P: ¿Ha sido más irresponsabilidad o desconocimiento?
R: Esto ya es opinión, pero si me la pide se la doy. El desconocimiento cuando se gobierna es irresponsabilidad, pero yo en este caso concreto hablaría de egoísmo. Por ese motivo Sánchez envió a las comparecencias a Fernando Simón y, después, al ministro Illa, y no dio la cara hasta que ya se le había ido de las manos y tenía su relato listo. Un relato que han vuelto a asumir sus legiones mediáticas, las mismas del «es una gripe», «lo peor es el miedo» y ahora «nadie podía saberlo».
«Las amenazas biológicas no las pueden manejar políticos ineficientes. El 8M fue un aquelarre de contagio cuando ya se sabía la que se nos venía encima»
P: ¿Están ya encaminadas las decisiones sanitarias en la dirección correcta?
R: Prefiero hablar de decisiones biosanitarias, porque con sólo en esas tres letras más, incluimos a quienes trabajan en sus laboratorios, a los que nadie ve, pero que son los que están buscando la vacuna contrarreloj y el antiviral: los microbiólogos.
En una pandemia lo fundamental es adelantarse aplicando los conocimientos previos adquiridos con otros muchos virus que nos han causado problemas: el Marburgo en 1967; el Ébola, desde 1976; el VIH (Sida) en 1980; el SARS de 2003, que brotó también en China; la fiebre del camello (MERS-CoV), de 2012; o, la Gripe Porcina (N1H1) de 2009, …
P: ¿Qué más se podría estar haciendo?
R: Los vuelos internacionales siguen con pocas o ninguna medida. Los test se están haciendo con cuentagotas y nos salen datos erróneos, pero sobre todo hay que fabricar, comprar y dotar a la Sanidad de respiradores suficientes para soportar el pico de contagios que se nos viene encima. Una enfermedad que en condiciones normales en las UCI casi todo el mundo superaría, se convierte en mucho más letal si no hay asistencia mecánica respiratoria para todos los pacientes.
Y la educación microbiológica de la gente también cuenta, no saben lo que es un virus y cómo se comporta.
P: Continuar con la investigación en paralelo… ¿hay todavía muchas incógnitas sobre el comportamiento del coronavirus?
R: Los microbiólogos trabajan sin cesar siempre, en el control de nuevas cepas de virus emergentes, sobre todo las más ‘calientes’. Los laboratorios de alto nivel en bioseguridad funcionan en todo el mundo, pero fíjese que la mayoría de ellos están controlados por el Ejército.
La sociedad debe mentalizarse de que los científicos en general y los biólogos en particular deben prestigiarse en nuestra escala de prioridades y dotarse de presupuestos para desarrollar su trabajo de forma estable, no sólo cuando vienen mal dadas. La biología es lenta, necesita su tiempo, y para la mayoría de los virus que le cité antes aún no hay vacuna. Y aunque se encuentre una hacen falta meses de ensayos con humanos antes de que pueda usarse para toda la población.
P: ¿Este virus ha llegado para quedarse?
R: Por desgracia creo que sí. Pero a medida que la población se vaya inmunizando y si no muta significativamente, seguirá causando problemas pero ya de forma estacional y no tan graves como ahora.
P: Algunos médicos advierten de que el próximo otoño podría brotar una nueva epidemia…
R: El rebrote es uno de los mayores temores de los epidemiólogos, pero sin duda no hay nada peor que lo que está pasando ahora, un virus completamente nuevo para el que el Homo Sapiens no está previamente inmunizado. Es vital que la población humana se acostumbre a lidiar con los microbios e incorpore a su vida diaria protocolos y costumbres nuevas para prevenir su contagio.
P: Superado el reto inmediato, ¿habrá que depurar responsabilidades…?
R: Sería lo justo, pero me temo que esos guionistas gubernamentales de los que hablada ya están preparando el desenlace final a la medida de sus necesidades. La gente va a acabar tan harta del asunto que cuando pase ya no querrán escuchar nada más. Los partidos que quieran depurar responsabilidades caerán mal a los votantes, y Sánchez caerá bien porque solo hablará de cosas positivas. Me temo que con la excusa del virus se aproveche desde el Gobierno para intervenir en nuestras vidas y recortar nuestras libertades de forma considerable.