La falta de acuerdo en Podemos termina con 4 ruedas de prensa improvisadas en mitad de la calle

Podemos
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, dando una rueda de prensa en plena calle. (Foto: Nuria Val)

La reunión de las distintas corrientes en Podemos ha terminado este miércoles como el ‘Rosario de la Aurora’, trasladando el malestar a los periodistas que se encontraban allí convocados. Desde Podemos se convocó días antes a la prensa para cubrir esta cita en la sede de la formación morada. La sala de reuniones se encuentra pared con pared con la sala de prensa y los responsables no permitieron entrar a los periodistas. Pese a que los gritos y la discusión acalorada traspasaba las paredes, los dirigentes de Podemos no acordaron nada en tres horas de reunión.

Al término de este encuentro, lo que iba a ser una rueda de prensa tranquila terminó con todos los profesionales esperando en la calle Princesa y hasta cuatro dirigentes improvisando sus mensajes en la calle rodeados de ciudadanos que se acercaban a ver el espectáculo que se estaba montando. Una señora gritando: «¡Sí se puede!», mientras Iñigo Errejón advertía duramente a Pablo Iglesias: «No se puede decretar la unidad a golpe de corneta».

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, quiso acompañar a Iglesias y a comparecer a su lado pero por la falta de espacio terminó ‘engullido’ entre los periodistas dejando a Iglesias con todos los micrófonos. El malestar era mutuo, ya que unos no habían avanzado absolutamente nada en sus acuerdos de cara a Vistalegre II y los otros (los periodistas) no pudieron trabajar con el escaso espacio para tantos medios.

Tras tres horas de discusión, los representantes de Podemos no han podido anunciar ni una sola propuesta en la que estén de acuerdo y han tirado de advertencias hacia sus compañeros en los mensajes públicos. Queda claro que, a día de hoy, Podemos no tiene configurada una candidatura única de cara a su cónclave que represente la unidad sobre la deriva del partido en los años venideros. De presentarse listas separadas, algunos ya comentan que Errejón tendría que dar el paso y defender su proyecto. Otros se quitan su parcela de responsabilidad asegurando que las bases se encargarían de decidir la mejor opción.

Pero lo cierto es que la ‘guerra de poder’ ideológica y el baile de cargos y caras son los principales escollos por los que ninguna corriente quiere ceder terreno a la otra. En referencia al dicho, los documentos programáticos de la formación parece que los cargue el diablo porque leyendo, entre líneas, se encuentran la limitación de poder al líder del partido que proponen algunos o el ‘consejo de sabios’ que piden otros para rodearse de adláteres que aplaudan las propuestas de éste.

Un partido fortificado a la orden del secretario general, nada extraño entre algunas formaciones políticas, o una hoja de ruta ‘democratizada’ para que los cambios que promueven vayan calando poco a poco en la ciudadanía y no como un elefante en una cacharrería, que es la crítica constante desde la creación de Podemos. Hasta el 1 de febrero tienen tiempo para discutir.

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