Los F-18, un avión americano ya desfasado que llegó en los 80 con los gobiernos de UCD y PSOE

El accidente sufrido esta mañana por un avión F-18 del Ejército del Aire cuando despegaba de la base aérea de Torrejón (Madrid) es el noveno sufrido por este tipo de aparatos de fabricación norteamericana que llegaron hace 31 años a España.

Los F-18 aterrizan en nuestro país a través del programa del Futuro Avión de Caza y Ataque (FACA). Este programa fue el emprendido por el Ministerio de Defensa español para adquirir un caza de cuarta generación para el Ejército del Aire español en los años 80.

Y culminó en la adquisición de 84 aviones modelo F-18 para el Ejército del Aire por un montante total de 3.000 millones de dólares (unos 310.000 millones de pesetas). El programa FACA fue durante varios años la inversión más grande realizada por el Ministerio de Defensa y un gesto del nuevo poder democrático hacia el poder militar. Un contrato por el que el Gobierno pagaba 35.7 millones de dólares por cada aparato.

Más de 80 aviones que serán sustituidos antes de 2025

El cazabombardero estadounidense Boeing-McDonnell Douglas F/A-18 Hornet fue el modelo elegido para modernizar nuestra flota aérea. En un principio se estudió la sustitución de 144 aviones de los 192 con que contaba la Fuerza Aérea Española, pero esa cifra se redujo conforme subía el precio de los aviones y el dólar se apreciaba con respecto a la peseta.

El programa FACA dio a España, con prolongados (y criticados) plazos de entrega, además de alguna ampliación, un total de 96 aviones de combate F-18  (24 de segunda mano). Aviones de combate que deberán ser sustituidos en 2025, al llegar a las 7.000 horas de vuelo. Actualmente se mantienen en uso más de 80 de estos aparatos, que también han ido sufriendo mejoras en el largo período de su uso.

La decisión se adoptó en el Consejo de Ministros del 23 de julio de 1984, con el PSOE de Felipe González ya en el poder. Atrás quedaban años de evaluaciones (comenzaron bajo el Gobierno de UCD) por parte de una comisión especial encargada por el Estado Mayor del Aire para evaluar objetiva y científicamente los distintos modelos posibles.

Los primeros cuatro, en 1986

Se buscaba un avión para ataque a superficie polivalente,con amplio radio de acción, capacidad de transportar considerable armamento y posibilidades de supervivencia y a la vez capaz de defender el espacio aéreo y combatir en el aire.

Se evaluaron los distintos tipos de caza  existentes entonces en el mercado: F-5 Tiger, F-14 Tomcat, F-15 Eagle, F-16 Fighting Falcon, los europeos Panavia Tornado y Mirage 2000…Unos por falta de requisitos, otros por sobrecoste, fueron poco a poco descartados. Tras un largo y complicado proceso, la opción quedó centrada entre el F- 16C y el F-18A, resultando éste finalmente vencedor, en el verano de 1982.

El F-18 admitía el acoplamiento de innovaciones y sistemas de armas. Tenía dos motores (opcionalmente, dos tripulantes), lo que disminuía las pérdidas de vidas y aviones causadas por fallos motrices tanto en tiempo de paz como en guerra. Comparadas 53 características y prestaciones, ambos modelos resultaron empatados en nueve, mientras que el F-18A resultó superior o ligeramente superior en 35 y el F- 16C sólo en nueve.

El programa FACA optó por este caza además por las contraprestaciones económicas y la transferencia de tecnología. Para algunos expertos en Defensa, con sus defectos, este programa facilitó los primeros pasos del incipiente tejido industrial y tecnológico de la aeronáutica española.

España obtenía de McDonnell Douglas un compromiso mínimo de 1.800 millones de dólares en compensaciones, lo que representaba el 88% del precio total del proyecto. Además, estos aparatos supusieron la entrada de los pilotos de caza en el mundo digital y abrieron las puertas para que la industria española pudiera acometer programas posteriores como el del Eurofighter o el A400M, ambos del consorcio europeo Airbus y que trata de plantar cara al gigante norteamericano Boeing.

El futuro: cazas de quinta generación

Sin embargo, habría que esperar al 10 de julio de 1986 para que aterrizasen en la Base Aérea de Zaragoza los cuatro primeros F-18 procedentes de San Luis, sede estadounidense de la McDonell Douglas. Los últimos aparatos se recibieron en 1990.

El F-18 ha sido el único caza de los que han servido durante la democracia española en entrar en combate. Fue durante la campaña en la antigua Yugoslavia cuando el destacamento Ícaro realizó incursiones en Serbia y Bosnia entre los años 94-97, contra pistas de aterrizaje y aeródromos. También han realizado labores de escolta en Libia en 2013.

El futuro de la sustitución de los F-18 pasa por otro programa, en este caso el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), con el que el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército del Aire dotarán de cazas de quinta generación y aviones no tripulados a las Fuerzas Aéreas. Entre los candidatos: la nueva versión del F-18, el Super Hornet, y de nuevo de Boeing, o el F-35 que construye otra aeronáutica estadounidense: Lockheed.

Un programa ya en marcha, con el aumento del presupuesto militar comprometido al 2% haciéndolo posible, y que tendrá un horizonte temporal similar al que tuvo el programa FACA  de los F-18 en su momento, unos 10 años.