ERC convence a Bildu para que facilite con su abstención el Gobierno del PSOE en Navarra

María Chivite, secretaria general del PSN
María Chivite, secretaria general del PSN
Carlos Cuesta

La socialista María Chivite quiere ser presidenta de Navarra con el apoyo de los separatistas de Geroa Bai; con el respaldo de los populistas de Podemos y la franquicia de IU en Navarra, contando con la abstención de EH Bildu. Con los tres primeros partidos, la socialista ya ha negociado y cerrado un acuerdo de gobernabilidad. Y con los proetarras, para no mancharse en las negociaciones, el Partido Socialista Navarro (PSN) ha delegado la labor de contacto y comunicación en su mensajero para este tipo de cuestiones: ERC.

Y es que ERC y EH Bildu mantienen coordinación plena para la negociación, tanto de su abstención en la sesión de investidura de Pedro Sánchez, como para las decisiones que faciliten el avance del separatismo en las distintas plazas españolas donde los Gobiernos puedan acercarse a los planteamientos independentistas.

ERC ha llevado a cabo, de este modo, la labor de contacto y acercamiento con Bildu para que facilite la investidura de la socialista en la Comunidad Foral. Y son varias las cuestiones que ya han quedado claras en esos primeros contactos.

La primera, que EH Bildu es favorable a permitir esa investidura. Que está dispuesta a facilitar un avance del separatismo en Navarra y, sobre todo, que sabe que su postura no puede favorecer el retorno de un Gobierno constitucionalista a la Comunidad Foral, porque nunca se lo perdonarían sus votantes proetarras. Y lo cierto es que, en caso de no respaldar a María Chivite, EH Bildu estaría facilitando un avance de Navarra Suma (UPN, PP y C’s).

Eliminación de las trabas al ‘Mapa Local’

La segunda cuestión aclarada por Bildu ante ERC hace alusión a una gran reivindicación de los proetarras, que exigen la eliminación de las barreras puestas por el Gobierno de España a una reforma diseñada por ellos, el denominado Mapa Local. Ese mapa supone una transformación de las actuales 65 mancomunidades navarras para transformarlas en 12 comarcas. Y el rediseño y asunción de poderes de esas comarcas, casualmente, supone un fuerte avance de poder para Bildu en los ayuntamientos navarros en cuestiones como la imposición del euskera o el control de los servicios municipales.

EH Bildu quiere que el Gobierno de Sánchez se comprometa a levantar los vetos a esa norma, porque lo cierto es que esa reforma invade la Ley de Bases de Régimen Local.

La tercera cuestión es una de las pocas pegas que se cruzan en el camino del apoyo de los proetarras al PSN: la visualización de la negociación. Pese a que EH Bildu no tiene problema en mantener a ERC como mensajero, quiere que se visualice la “normalización” de los contactos. Traducido: que ya que hasta RTVE ha blanqueado a su líder Arnaldo Otegi, los proetarras quieren que se blanquee a Bildu en su negociación con los socialistas. Hay que recordar que a lo largo de toda la legislatura pasada esos contactos ya han existido de forma normal. Pero Bildu quiere que el Partido Socialista lo remarque ahora.

El PSOE nacional y el navarro cuentan con la labor de ERC para convencer a EH Bildu. Y en las filas socialistas nadie duda de ese respaldo a la investidura. Un respaldo totalmente necesario: Porque el PSN de María Chivite cuenta con 11 diputados; su socio Geroa Bai (con PNV dentro) tiene otros 9; Podemos cuenta con 2; e IE añade un escaño más. Y en total, ese cuatripartito suma 23 diputados, a falta de 3 para la mayoría absoluta. Por eso la abstención de EH Bildu -con 7 escaños- es la llave de la gobernabilidad navarra.

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