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La empresa de seguridad no se fía: exige a Correos los vídeos del momento que llegaron las cartas-amenaza

El profesional al que se atribuye el fallo humano de no detectar las misivas con balas es uno de los mejores en los ejercicios de autoevaluación de falsos positivos en el manejo de escáneres.

La empresa de seguridad lo ha apartado de su puesto, pero quiere confirmar a través de las cámaras de la oficina de clasificación postal que hubo un fallo por su parte.

cartas con balas
La imagen de las cartas enviadas a Iglesias.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

El 22 de abril, el candidato de Podemos a presidir la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, anunciaba que una carta-amenaza y 4 balas había llegado a una sede del Ministerio del Interior a su nombre. Dos días más tarde, en pleno sábado 24 de abril, el jefe del área de Seguridad de Correos ya tenía resuelto el misterio de las tres cartas-amenaza con 7 balas y le mandaba un escrito al director general de la empresa de seguridad que tiene empleado al vigilante. El responsable único de la brecha de seguridad era su trabajador y exigía su retirada inmediata del servicio.

Ahora OKDIARIO ha conocido los detalles de la investigación interna que ha puesto en marcha la empresa de seguridad y hay algunos datos que son tremendamente reveladores. Para empezar, exigen a Correos que le den traslado no sólo de la pantalla del escáner que detectó las 7 balas en tres sobres distintos y a la vez, sino que quieren ver las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la planta de clasificación.

La intención de la empresa es saber qué ocurría el 19 de abril a las 17:48 horas; según Correos, el preciso instante en el que las cartas pasaron por el monitor del vigilante y que a él, según la empresa postal, le debió pillar a por uvas. Si esa cámara grabó al vigilante mirando fijamente a su monitor o al menos correctamente posicionado en su lugar de trabajo habrá que buscar una explicación alternativa al simple despiste.

¿Y eso por qué?, ¿por qué no pensar en el fallo humano? Es posible, pero según ha podido saber OKDIARIO, este vigilante es el menos oportuno de esa plantilla para estimarse que cometió un error tan abultado.

«Falsos positivos»

Las empresas de seguridad con personal cualificado para el manejo de escáneres tienen sus propias medidas de autoevaluación para conocer la fiabilidad del trabajo de sus empleados. De hecho, son los propios aparatos los que tienen sistemas de seguridad incorporados para evaluar a los trabajadores. Estos sistemas consisten en enviar “falsos positivos” a la pantalla para provocar la reacción, o no, del profesional. Vamos, que la máquina cuela una imagen falsa entre las reales con armas, munición u objetos prohibidos para detectar si el vigilante está atento y reacciona.

Según ha podido saber este periódico, el vigilante señalado por Correos no sólo tiene experiencia en los sistemas de radioscopia, sino que además es uno de los mejores de la plantilla en esas evaluaciones aleatorias que las máquinas emiten como medida de control de calidad.

Tal vez por eso la empresa sí ha accedido a apartar al trabajador de su puesto tras la petición de Correos, pero no lo ha sometido a ningún tipo de suspensión ni de empleo ni de sueldo. Para eso quiere culminar su propia investigación y eso necesita tiempo y varios factores que el jefe de Seguridad de Correos obvió en su escrito.

Aunque, lo que dejó claro la empresa pública estatal era la presunta falta muy grave cometida por el trabajador: «La no detección de un artefacto explosivo o de un envío cuya circulación por el correo no esté permitida y que cause daños, o perjuicios a la imagen o al buen nombre de Correos».

La empresa quiere los vídeos y los registros del escáner con los datos de su trabajador. Quiere ver que lo que entra en la máquina se corresponde con lo que aparece en el monitor de ésta y apreciar si las 7 manchas azules alargadas con inequívoca forma de bala pasan por la vista de un vigilante experimentado y hábil.

La versión de Correos es que tres cartas-amenaza de un mismo buzón acabaron en la misma caja, colocadas de tal manera que todos los proyectiles eran visibles a la vez sin que ningún otro objeto sospechoso rivalizara con ellas. Por cierto, las manchas oscuras en forma de ‘u’ que trufan la foto del escáner son atribuibles a unas hebillas de la propia saca de Correos, según han explicado expertos en radioscopia a este periódico.

Ahora la empresa estatal debe poner a disposición de la subcontrata de seguridad tantos medios como ésta solicite para investigar el error, o no, de su trabajador. A la postre son responsables subsidiarios por no haber detectado las cartas-amenaza y se juegan su contrato.

La propia normativa de Correos es cristalina en ese punto: “La empresa adjudicataria debe velar por que el personal que participa en los servicios de inspección de la correspondencia cuenta con una adecuada capacitación en la utilización de los mismos y que su actitud sea acorde al desarrollo de la actividad”.

Veremos si los vídeos que pide ahora la empresa da o quita la razón a las sospechas del jefe de seguridad de Correos.

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