OKDIARIO entrevista al abogado del Estado purgado por Sánchez

Edmundo Bal (Cs): «El juicio del procés está demostrando que hubo actos de violencia»

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Edmundo Bal, número 4 de Ciudadanos por Madrid al Congreso de los Diputados. (Imagen: Víctor Jiménez)
Segundo Sanz

Edmundo Bal Francés (Huelva, 1967) es el primer abogado del Estado al que cesa un Gobierno —no podía ser otro que el de Pedro Sánchez— para poner la Nación en un momento crítico al servicio de los intereses de un partido. Escucharle narrar su destitución da hasta escalofrío, pensando en lo que el jefe del Ejecutivo socialista es capaz de hacer con tal de contentar a los separatistas catalanes y no perder su poltrona de La Moncloa.

Recuperado ya del trance, este «funcionariete», como se define con poderosa humildad, encarna en realidad a un jurista brillante, de reconocida trayectoria, que siempre ha antepuesto el Derecho a las presiones o guiños del dirigente del turno. Lo demostró, aunque le costara el cargo, negándose a firmar el escrito de acusación del que le dijeron que debía borrar todo rastro de la palabra «violencia» y, por supuesto, del delito de rebelión. Fichado por Albert Rivera para aportar su valía a la deteriorada clase política, ocupa el puesto número 4 en la lista de Ciudadanos por Madrid al Congreso de los Diputados para el 28-A. Además de ofrecer una máster-class sobre la investigación del procés, analiza la actualidad en esta entrevista con OKDIARIO sin escurrir el bulto:

PREGUNTA. ¿En que pensó cuando venía hacia la sede de Ciudadanos justo antes de aceptar la oferta de Albert Rivera?

RESPUESTA. Lo digo con total sinceridad: no me lo esperaba . No sabía muy bien a qué venía. Me llamaron y me dijeron ‘vente a la sede’… y venía con la mente abierta, a ver qué era lo que querían de mí. Fue una sorpresa para mí en el momento exacto en que Albert me lo dijo, pero reaccioné inmediatamente. Enseguida dije que sí, no me lo pensé absolutamente nada, Me hizo una ilusión tremenda. Dije: ‘¡Jolín, se han fijado en mí; si yo soy un funcionario, un funcionariete, un tío normal y corriente!’ Un ciudadano medio que hace su trabajo, que todos los días va a trabajar, que vuelve a casa por la noche y nada más. La verdad es que sentí muy halagado. Me fui de aquí [sede de Ciudadanos] muy contento, temblándome también un poco las piernas (risas).

P. Le van a decir que usted fichó por C’s como revancha por haber sido cesado. Pero, ¿por qué lo hizo? ¿cuáles son las razones de fondo?

R. Cuando uno pasa por la situación por la que yo he pasado, no le voy a ocultar que lo primero que uno tiene es una sensación enorme de enfado, de cabreo. Yo tengo un carácter, sin embargo, que no puedo vivir así, no puedo vivir enfadado. Porque ese sentimiento, es muy curioso, no se amortigua con el paso del tiempo; se retroalimenta, cada día es más grande. Tienes que hacer un esfuerzo mental grande, ser muy racional y decir ‘no, yo así no voy a vivir’. Cuando pasaron las Navidades, en enero estaba ya completamente curado de aquello y tomé la decisión de seguir haciendo mi trabajo en el destino en que me habían puesto, de estar tranquilo y esperar a las elecciones, que en aquel momento no sabíamos si iban a ser el 28 de abril, en 2020… no sabíamos si iba a haber Ley de Presupuestos o no.

«Le aseguro que en ningún momento pensé ni en venganzas ni en revanchas, ni en nada parecido»

Hasta que Albert Rivera me hizo la propuesta, le dije que sí y entonces en mi cabeza se abrió un mundo nuevo, un nuevo futuro en el que le aseguro en ningún momento pensé ni en venganzas ni en revanchas, ni en nada parecido. Eso a mí me da absolutamente igual. Ahora me dan la oportunidad de servir a España desde un puesto que es un privilegio para un ciudadano normal.

P. ¿Me podría explicar el concepto de “conspiración para la rebelión”?

R. Gracias por hacerme preguntas jurídicas, que es lo mío (risas). No me quiero poner muy pesado, ni muy pedante, ni muy técnico. La sedición y la rebelión son delitos colectivos; una masa que se alza de manera colectiva, violentamente, públicamente. Son delitos que llamamos plurisubjetivos, significa que hay diversas personas que van aportando a la realización del delito, al tipo delictivo, diversos actos. ¿Qué es la conspiración? Es un estado previo a ese delito. La conspiración permite —ya he dicho que no voy a hablar del juicio, no sé que pasa por la mente de los magistrados y estoy convencido de que la sentencia va a ser justa— establecer esos distintos grados de participación de cada uno de los protagonistas que están siendo en este momento enjuiciados y otros que se encuentran en rebeldía. Habrá quienes han realizado actos de ejecución del delito y quienes, a lo mejor, se han quedado en ese momento previo de inducir a otros, de reunir a otros, de concitar las voluntades para al final dar ese paso, sin haberlo dado ellos… ahí estamos hablando de conspiración para la rebelión.

P. ¿Quién le dice que tiene que quitar de su escrito de acusación esos hechos incriminatorios que aparecían en el auto de transformación del juez Llarena?

R. La abogada general del Estado [Consuelo Castro] en una reunión. Y recuerdo perfectamente el día porque me tuve que quedar hasta las tantonas de la noche quitando todo esto y al día siguiente era fiesta. Yo tenía ya para esa noche una cena y la tuve que suspender. Fue el 31 de octubre del año 2018 en una reunión que tuvo lugar en el Ministerio de Justicia, en San Bernardo 45, porque el día 1 de noviembre era fiesta y el día 2 de noviembre presentamos el escrito de acusación.

P. ¿Qué fue lo primero que se le vino a cabeza cuando le transmiten esa orden?

R. Mi primera reacción fue tratar de ayudar; tratar de que el escrito fuera como cualquier otro escrito de acusación de los que yo he hecho en mi vida. Cuando un juez ha visto ya en un auto de procesamiento, cuando la Fiscalía, cuando yo (como abogado del Estado)… hemos visto que hay unos hechos que parece que han sido de esta manera, en un escrito de acusación es absolutamente inimaginable que las acusaciones quiten elementos incriminatorios. Luego, cuando a la segunda o tercera vez, me dicen: ‘Y esto también me lo quitas’, todo lo relacionado con la violencia, con que había un plan preconcebido que llevaba seguro a la declaración de independencia, digo: ‘¡Mira, no firmo, pero te hago el trabajo, claro!’ Yo soy una persona disciplinada; llevo 25 años trabajando como abogado del Estado y nunca en mi vida he desobedecido una instrucción. Imagínese el gusto que le hubiera dado al Gobierno decir que el escrito lo ha firmado el técnico de la abogacía del Estado, en este caso, yo.

P. En el juicio del ‘procés’ hemos visto a la cúpula de los Mossos confesar que Puigdemont buscó la “violencia” para declarar la independencia. ¿Esto certifica que usted y su equipo estaban en lo cierto?

R. Quiero esto matizarlo bien, porque dése cuenta de que cuando a mí me cesan, yo me callo, no digo nada, no salgo en medios, no quiere hablar del tema, quiero estar tranquilo… Lo importante de todo esto es el relato, es contar lo que pasó, que luego tengamos razón respecto a la calificación jurídica, eso da igual, eso es irrelevante. En la hipótesis de que el Tribunal Supremo condene por sedición, ¿eso significa que no teníamos razon? No. Eso significa que seguimos teniendo razón porque la violencia es evidente. Pero, en fin, no quiero hablar del desarrollo del juicio porque no quiero inmiscuirme desde mi posición, digamos, de muy conocedor de los entresijos de este asunto… Pero dése cuenta de esta diferencia. De lo que se trata básicamente es de que lo que sucedió y lo que sucedió, y se está demostrando que sucedió, es que hubo actos de violencia. ¿La violencia es suficientemente grave para constituir un delito de rebelión o es una violencia menos grave que debe estar incardinada, subsumida como decimos los juristas, en el tipo de sedición? Porque la sedición también lleva consigo violencia…

«En la hipótesis de que el Tribunal Supremo condene por sedición, seguimos teniendo razón porque la violencia es evidente»

La jurisprudencia que ha interpretado el delito de sedición… por ejemplo el auto de la juez Lamela contra Trapero y Laplana en el Juzgado Central de Instrucción número 3 califica de sedición porque dice ‘hubo actos de violencia el día 20 de septiembre (de 2017) en la manifestación que se produjo ante la sede de la Viceconsejería de Economía (de la Generalitat), pero no considero que sea suficiente para constituir un delito de rebelión’. Esto ya es una cuestión de interpretación jurídica. No tenemos un termómetro que nos diga ‘cuando sean diez grados de violencia será rebelión, cuando sean cinco será sedición’. No se mide de una forma objetiva. Tiene que ser objeto de una valoración conjunta de la prueba por parte de los órganos jurisdiccionales, pero insisto: da igual que sea rebelión, que sea sedición. Yo hice un escrito inicial de rebelión y pensaba que la Abogacía del Estado tenía que ir de la mano de la Fiscalía. La Fiscalía lo tenía claro desde el primer momento, que esto era rebelión.

P. ¿Y aquí entonces cabría la conspiración para la rebelión?

R. Cabría la conspiración hipotéticamente en relación con los hechos que resulten demostrados ahora, porque la instrucción no demuestra nada. El resultado de la instrucción es ‘parece que…’. Vamos a ver ahora en el acto de enjuiciamiento. Las pruebas se están practicando. Uno de los autos que emite el juez Llarena plantea esta posibilidad (la hipótesis de la conspiración para la rebelión). Y también la posibilidad respecto al delito de malversación de que existan malversaciones consumadas o malversaciones intentadas, en tentativa, que todas ellas se tienen que unir dentro de un solo delito de malversación, en delito continuado.

P. ¿Le produce tristeza que el Gobierno de Sánchez lo purgara como moneda de cambio por el sí de los separatistas a unos Presupuestos que luego terminaron siendo tumbados por el Congreso?

R. La verdad es que en la historia que yo conozco del Cuerpo de Abogados del Estado desde hace 25 años esto es la primera vez que me pasa. Me produce tristeza primero que a alguien simplemente por no firmar un escrito, por tener un criterio técnico, en definitiva por cumplir con la obligación propia de su cargo, le separen. Qué mensaje lanza el Gobierno a los técnicos… ‘Si no te adhieres incondicionalmente a lo que yo quiero, tienes riesgo de que te cesen’. Como no soy laboral, no me han despedido, pero me han metido un palo muy gordo, desde el punto de vista, por supuesto, moral, y desde el económico también.

P. Si después del 28 de abril fuese ministro de Justicia en un gobierno de coalición con el PP, ¿cuál sería la primera medida de peso que adoptaría su departamento?

R. ¿Ha hecho alguien algo en materia de Justicia? No ha habido presupuesto, no se ha invertido dinero. Tenemos una ratio baja de juez por habitante respecto a la medida europea. Tenemos una Oficina Judicial absolutamente vetusta y arcaica. La que llaman nueva Oficina Judicial sigue sin funcionar. Mis compañeros abogados entenderán perfectamente esas situaciones kafkianas en las que llegamos al juzgado y pedimos ver unos autos y nos dicen ‘el funcionario está de baja’. Y le dices a otro funcionario ‘bueno pues déjenos verlos usted’ y te contesta ‘no, yo los autos de mi compañero no los toco’. Y una causa parada durante 4 meses hasta que el primer funcionario recibe el alta.

«¿Da miedo pedirle la opinión a los jueces a través de un sistema democrático respecto a quienes quieren que sea su gobierno?»

Las apuestas más relevantes (aforamientos, reforma del Poder Judicial…) hay que hacerlas a través del consenso con todos los partidos políticos, porque estamos hablamos de instituciones vertebrales de nuestro Estado de Derecho. Pero después, por debajo de estas grandes ideas queda todo por hacer. La reforma de la Oficina Judicial es un tema que me ha preocupado siempre, en la práctica, con la toga puesta. Que sea más operativa, más eficaz, que dé servicio a los abogados, que parece que vamos a los juzgados pidiendo perdón.

P. ¿Se cree al PP cuando dice, como ha propuesto Ciudadanos, que reformará el sistema de elección del CGPJ para que 12 de los 20 vocales sean elegidos directamente por los jueces?

R. Se lo tiene que preguntar al Partido Popular. Yo me creo lo que decimos nosotros. Espero que sea así. En cuanto al mecanismo de elección, una vez que se dice sí a la premisa mayor, llegaremos a un acuerdo respecto al procedimiento. Ojalá que sea así. Ciudadanos es un partido que ha tirado mucho de este carro y se nos ha bloqueado. Pregúntele a los otros partidos. Cuando llegas al CGPJ y te encuentras con un reparto de unos (vocales) para ti y otros para mí, ¿da miedo pedirle la opinión a los jueces a través de un sistema democrático respecto a quienes quieren que sea su gobierno? ¿Esto da miedo? ¿No nos fiamos de los jueces? ¿O nos fiamos de los jueces sólo cuando ponen sentencias pero no cuando van a elegir a su gobierno, al gobierno del Poder Judicial? El fundamento de esta elección es un Poder Judicial verdaderamente independiente, ajeno a las componendas políticas y a las posibles influencias.

P. ¿Qué opina de las puertas giratorias de los jueces y la política?

R. El concepto de puertas giratorias he de reconocer que está muy bien elaborado, pero aquí se ha cometido el error de meter a todo el mundo en el mismo saco. El abogado del Estado no hace leyes, aplica leyes. El abogado del Estado no tiene ninguna capacidad de influencia con respecto a que un determinado tema se resuelva de una manera o de otra. Y resulta entonces que se ve mal que una persona muy formada, un funcionario de alto nivel que lleva trabajando muchos años en la administración, decida en un momento dado salir a la excedencia… Yo lo que creo es que la vuelta se tiene que realizar de una manera ordenada, en puestos determinados donde no exista ninguna posibilidad de contaminación de fuera para dentro.

P. ¿Cree que hay extraordinaria y urgente necesidad para exhumar a Franco por decreto-ley?

R. Nosotros miramos para adelante. Hace 40 años que estamos en Democracia y que en el año 2019, con los problemas que tiene este país, sigamos hablando de los huesos de Franco… Me parece uno de esos temas que tendrían que salir ya de la agenda. Vamos a preocuparnos de la unidad de España, del problema catalán, de las familias numerosas, de la natalidad, de las familias monoparentales, de la equiparación entre la unión de hecho y el matrimonio, de bajar impuestos para que haya un desarrollo económico que lleve a España a una situación de riqueza y prosperidad donde todos los ciudadanos vivan mejor. Y vamos a dejarnos ya de estos temas… Han pasado 40 años, ¡cómo va a ser urgente! Claro, es que es de suyo.

P. Si usted es ministro de Justicia, ¿cómo motivaría la no concesión del indulto a los golpistas?

R. No hay que motivar nada. El indulto es una potestad del Gobierno. Tiene un procedimiento que se rige a través de una ley muy antigua, que es del año 1870. Nosotros queremos acabar con este privilegio. Lo digo con total honestidad: hay que derogar la ley del indulto de 1870, hay que acabar con esta potestad del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial, pero si no conseguimos acabar con esta ley porque no nos den los números, porque no gobernemos nosotros, por las razones que fueran… es tan fácil como no poner en marcha el procedimiento administrativo en el Ministerio de Justicia que termina elevándose al Consejo de Ministros y éste decidiendo si indulta o no indulta, o indulta parcialmente, por cierto, que son las tres opciones. No es ‘sí’ o ‘no’. Es ‘sí’, ‘no’ o indulto parcial. Pues así de fácil.

P. ¿Piensa que Sánchez indultará a los presos golpistas si sigue en La Moncloa?

R. Pues ya nos lo va diciendo. Hemos interpelado en varias ocasiones al señor Sánchez, diciéndole: ‘En el eventual caso de que exista una sentencia condenatoria, ¿habrá indulto?; Y, ¿cuál ha sido la respuesta? El silencio. En Derecho existe un principio, una doctrina, que es el valor positivo del silencio, cuando el silencio no equivale a un no, sino que equivale a un ‘sí’, y es este caso, cuando tú haces una pregunta muy concreta en la que sería muy fácil decir que ‘no’, que ‘no voy a indultar’. Pero (Sánchez) no dice nada, pues entiendo que es un ‘sí’.

P. ¿Que le dirá a la ministra Delgado si se la cruza en los pasillos del Congreso?

R. Seré educado, seré cortés. Tendré pleno respeto por ella. Si ella está en el Congreso será representante de la soberanía popular igual que yo, y por lo tanto, la trataré con respeto y espero que ella también me trate a mí con respeto, con educación, con cortesía, como nos tenemos que comportar todos los ciudadanos que entendemos que en este país lo primero, por encima de cualquier otra cosa, es respetar las leyes de la convivencia.

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