Nueva embajadora en la OEA

Los diplomáticos de carrera denuncian el ‘dedazo’ de Sánchez colocando a la plagiaria Montón en la OEA

Carmen Montón
La ministra de Sanidad, Carmen Montón (Foto: EFE).

Los diplomáticos de carrera están indignados con el nombramiento de la ex ministra de Sanidad Carmen Montón como embajadora observadora permanente ante la Organización de Estados Americanos (OEA). El dedazo de Sánchez con Montón, que tuvo que dimitir tras descubrirse que plagió en su máster en la Rey Juan Carlos, ha hecho que la Asociación de Diplomáticos españoles (ADE) muestre su «preocupación», al tratarse de un puesto muy técnico.

El nombramiento de Montón, que dimitió en 2018 para que el caso de presuntas irregularidades en su máster en Estudios Interdisciplinares de Género por la Universidad Juan Carlos I de Madrid no influyera en el Ejecutivo socialista de Pedro Sánchez, fue acordado por el Gobierno en el Consejo de Ministros de este martes.

En un comunicado remitido a Europa Press, la asociación ha mostrado su «desacuerdo» con el nombramiento de embajadores «políticos», sin una trayectoria profesional «que garantice el mérito e idoneidad necesarios para ocupar esos puestos», y ha recordado que este caso, además, es una embajada «muy técnica».

Así, ha subrayado que la jefatura de misión ante la OEA, con sede en Washington, es un puesto «especialmente técnico» al que suelen acceder diplomáticos «de contrastada valía profesional» en el ámbito de las relaciones internacionales y, particularmente, «en el intrincado mundo de la diplomacia multilateral».

Esta asociación siempre expresa su disconformidad con este tipo de nombramientos de personas que no pertenecen a la carrera diplomática e independientemente del partido político con el que estén relacionados, tal y como ya hizo en 2018 tras los nombramientos de Ángel Ros como embajador en el Principado de Andorra, Juan Andrés Perelló como delegado representante permanente de España en la UNESCO y Manuel Escudero como representante de España ante la OCDE.

En este sentido, la ADE ha subrayado que la «discrecionalidad» del Consejo de Ministros para nombrar embajadores «no puede ni debe convertirse en arbitrariedad, ni servir para, en detrimento de los funcionarios diplomáticos de carrera, garantizar una ‘salida institucional’ a personas que han ocupado puestos políticos».

Así, ha argumentado que ser embajador de España «no se improvisa ni se aprende en unos pocos años» sino que es la consecuencia última de haber superado «unas exigentes oposiciones» y de haber adquirido «una dilatada experiencia tras muchos años de trabajo, incluyendo puestos de responsabilidad».

Finalmente, la asociación ha concluido que no entiende «que tanto en éste como en anteriores nombramientos políticos primen los intereses personales y partidistas sobre el interés superior de España y su imagen en el exterior».

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