Iñaki Urdangarin

Día 1 del voluntario Urdangarin: comida de máquina expendedora y fans inesperados

"El guapete alto, éste lo quiero yo para mí", le ha dicho una de las internas antes de darle un abrazo

Ha comido en una zona exclusiva para trabajadores de una vending, aunque podrá traer tappers

Urdangarin ha traído dos manzanas y un plátano, pero también podrá salir a comer fuera

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Primer día de voluntariado superado. Iñaki Urdangarin ha llegado a las diez menos cinco de la mañana y se ha marchado a las cuatro menos cuarto. Como tiene una hora larga de camino en coche hasta su celda en Brieva (Ávila), dentro del centro de discapacitados de Pozuelo únicamente ha estado seis horas de las ocho de permiso.

Ha entrado con una sonrisa que también ha mostrado a su salida. Este ha sido el minuto a minuto del día. Al entrar en el centro se ha entrevistado con el director, Paco Sánchez, y ha acordado cómo va a ser su trabajo de voluntario.

Urdangarin ha preguntado si acudir dos días a la semana (martes y jueves) durante seis horas estaba bien. Algo que ha aprobado el responsable de voluntariado. Igualmente, ha insistido mucho en agradecer la oportunidad de dedicar su tiempo a los internos. «Hacéis un gran trabajo aquí», también ha apuntado.

El kit del voluntario

A continuación se le ha entregado el “kit del voluntario” que simplemente consiste en una camiseta con el lema del Papa Francisco «Haz lo ordinario extraordinario» y una tarjeta identificativa. En dicho carnet aparece una viñeta de Forges sobre los voluntarios. Con estos elementos en ristre, se ha descamisado delante del director del centro Don Orione y se ha enfadado su nuevo traje de faena. En este punto, el directo ha apreciado como, pese a que el reo hace deporte en la cárcel, poco queda del cuerpo atlético del jugador de balonmano que fue antaño. “No está cachas”, ha zanjado Paco Sánchez tras una pregunta de OKDIARIO.

Una vez vestido para el trabajo a realizar, Urdangarin ha dado una rápida vuelta por las instalaciones para conocer el centro. En las dependencias del centro hay incluso una parroquia para las monjas del centro, los residentes y los voluntarios. Si quisiera, Urdangarin podría también rezar junto a las monjas orionistas de vida contemplativa, algunas ciegas, que viven junto a los internos. En todo caso, tendrá libertad de movimientos y según el director podría salir a comer una hora por Pozuelo y verse con quien quisiera. 

«¡El guapete, para mi!»

En el tour por las dependencias ha vivido uno de los momentos más emotivos. Una de las internas le ha reconocido y ha saltado a abrazarle. «¡El guapete alto!, éste lo quiero yo para mí», le ha lanzado. A esto, Urdangarin ha correspondido aceptando el abrazo.

Tras ello, ha aceptado la oferta de colaborar en la zona de psicomotricidad. Junto a una mujer profesional en este ámbito, se ha puesto a aprender las primeras nociones sobre cómo ayudar en la movilidad del centro.

Zonas donde colaborará Urdangarin.

Tal como se puede ver en unas imágenes a las que ha tenido acceso OKDIARIO, las zonas en cuestión donde estará Urdangarin están separadas en varias salas. Por un lado, está una sala cerrada que tiene una piscina de bolas, varias paredes de espejos, una zona de colchonetas y luces y, por otra parte, hay un patio abierto donde hay máquinas de gimnasio para la tercera edad. Unos aparatos para facilitar el movimiento de las piernas, de los brazos, etc.

A medio día ha comido no junto a los internos sino en una sala anexa. Según el director del proyecto, apenas hay una máquina expendedora pero para otros días podrá llevar sin problema tarteras con la comida de la cárcel. En su primer día ha llevado dos manzanas y un plátano.

Indignación vecinal

Frente a la ilusión de la nueva vida de Urdangarin, los vecinos de Pozuelo de Alarcón han criticado el permiso del juez de Vigilancia Penitenciara. “Tengo 87 años y creo que ese hombre no ha trabajado en su vida. Me parece mal que le dejen salir tan pronto. Todo el mundo tiene que tener el mismo trato”, indica a OKDIARIO un vecino a las puertas del Hogar Don Orione. «Yo no he estado en la vida en la cárcel y no me parece bien que la gente rica se aproveche de su cargo», agrega.

Otro vecino de la zona explica que a Urdangarin le vendrá bien esta experiencia. «Verá lo que es limpiar babas y cacas. No sé si aguantará mucho pero si aguanta tiene su mérito, no todo el mundo puede», apunta aunque, no obstante, muchos vecinos consultados son escépticos sobre que el otrora miembro de la Casa Real se remangue a limpiar suciedad.

Una mujer lamenta que las penas en España sean tan bajas. «Tiene una condena de varios años pero tras unos meses ya está en la calle. Muchos condenados repiten sus delitos inmediatamente. Es una vergüenza sobre todo con los violadores», destaca. Sobre que el cuñado del Rey colaborará con una fundación de discapacitados como a las que desviaba el dinero, los vecinos coinciden en que es «impresentable».

Indiferente a las críticas de los vecinos de la zona, Urdangarin regresa a su cárcel de mujeres donde tiene una zona independiente únicamente para él. En cinco días volverá a coger la carretera hasta Pozuelo para retomar su nuevo actividad. Los responsables del centro no saben por cuánto tiempo estará colaborando el preso.

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