Votación en el Eurogrupo

Decepción y temor en Moncloa por el rechazo a Calviño que debilita el Gobierno Sánchez

Daba por hecho que la vicepresidenta económica sería la nueva presidenta del Eurogrupo y saldría reforzada en la coalición

Nadia Calviño
Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos.
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Lo tenían hecho. Así lo habían transmitido en voz baja a lo largo de las últimas horas. El pronunciamiento a favor de Francia, Alemania e Italia, considerados los grandes de Europa, sobre la candidatura de Nadia Calviño, permitían a Moncloa pensar que no habría contratiempo. Pero lo ha habido. Los países más pequeños, cuyo voto valía igual que el de los grandes en esta ocasión, y la unión de los países del norte y el Grupo Popular, han jugado una mala pasada al Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Con el ‘no’ a Calviño fracasa su principal apuesta europea y su capacidad de influencia para llevar a cabo su ‘plan Marshall’. De rebote, además, queda debilitado su Gobierno.

El de ayer es el segundo fracaso diplomático de España en Europa después de no conseguir ninguna de las plazas que quería Sánchez tras las elecciones europeas. El secretario general del PSOE ya no puede presumir de tener mucho peso en la familia socialista europea. Los dos tropiezos lo invalidan para seguir aspirando a liderar el socialismo en Europa y convertirse en uno de los referentes comunitarios. El Partido Socialista Europeo es el segundo partido más representado en la Eurocámara y se ha tenido que repartir la presidencia del Parlamento la mitad de la legislatura.

Pero el rechazo a la candidatura de Nadia Calviño al frente del Eurogrupo, cuando España iba de favorita y prácticamente daba por hecho que hoy sería elegida primera presidenta de la historia de este organismo europeo, tiene otras derivadas todavía más preocupantes a corto y medio plazo.

Como mínimo son las que más temor generan en el Palacio de la Moncloa, junto a la decepción del fracaso. Y es que fuentes cercanas al presidente del Gobierno consideran que el Ejecutivo «sale debilitado» con la derrota. En clave interna y externa.

En clave interna, tal vez la que menos preocupa ahora mismo a Sánchez, Pablo Iglesias sale reforzado ante Nadia Calviño. Ambos vicepresidentes llevan enfrentados desde el inicio de la legislatura y el sector económico confiaba en el ascenso de la ministra, como presidenta del Eurogrupo, para tener más fuerza a la hora de plantar cara al vicepresidente segundo. En Moncloa confían en «reconducir» la relación entre los dos dirigentes y que, de cara a los próximos meses, cuando se tengan que negociar los presupuestos y posiblemente algunos ajustes, sus diferencias no tensen al Gabinete.

A nivel exterior, donde tendrá que batallar el propio presidente del Gobierno, es donde la derrota es más dolorosa para los intereses españoles. El Eurogrupo tendrá en su mano la gestión de los fondos de reconstrucción europeos que Sánchez, Giuseppe Conte o António Costa, esperan que se aprueben antes de finalizar este mes de julio. El Consejo Europeo presencial de los días 17 y 18 en Bruselas es una cita clave y no lo tendrán fácil para sacar adelante sus propuestas.

Con la victoria del candidato irlandés sobre Nadia Calviño nadie duda de que los países del norte impondrán sus condiciones en el acuerdo final. Unas condiciones, por cierto, muy lejanas a las que propugnan los países mediterráneos. La semana que viene el jefe del Ejecutivo viajará a La Haya (Holanda), Berlín (Alemania) y Estocolmo (Suecia) para reunirse e intentar convencer a los presidentes de estos tres países. En Moncloa aventuran que la negociación «va a ser muy difícil». Tal como dijo Sánchez, este miércoles junto a Conte, «Europa se juega su futuro». También España.

En el Gobierno también asumen ya que bajo la batuta del ministro de Finanzas de Irlanda, Paschal Donohe, al frente del Eurogrupo no va a haber reforma fiscal europea. Su país es una de las principales atracciones para las multinacionales norteamericanas que operan en la Unión Europea y que, allí, se ahorran muchos impuestos. Otros países similares al de Donohoe, como Malta o Chipre, tampoco quieren tocar ni una sola coma de la fiscalidad comunitaria.

La victoria de los países pequeños frente a los grandes de Europa es algo que también deja intranquilo al jefe del Ejecutivo. «Algo está cambiando» señalan en su entorno y avisan de que «hay que estar muy vigilantes». Hasta ahora normalmente Alemania, Francia, Italia y España tenían la capacidad de imponerse.

Sánchez ya advirtió durante la visita del primer ministro italiano a La Moncloa que la respuesta a la crisis social y económica del coronavirus, que Europa vaya a dar este verano, «es comparable a los tratados fundacionales de la UE». Quiso tirar de épica en un aviso que parecía avecinar lo ocurrido este jueves. Sin Calviño en un lugar clave para sus intereses, ahora, tendrá que ser él mismo el que salve a España.

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