FUNDACIÓN MADRINA

Conrado Giménez: “La pobreza aumenta y las colas del hambre han crecido e irán a más”

“En España la pobreza materno-infantil ya es crónica” y “la Administración empuja a las madres adolescentes al aborto”

“La tarjeta monedero del Gobierno es un engaño, es como regalar un coche sin gasolina, ingeniería social que traerá más pobreza”

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«Las colas del hambre han crecido y van a ir a más». Es la radiografía y el pronóstico de Conrado Giménez, presidente de la Fundación Madrina. Lo hace con conocimiento de causa. La Fundación Madrina da de comer a 300 familias cada día. En una entrevista a HOY RESPONDE de OKDIARIO, Conrado Giménez lamenta el escaso interés y presupuesto de los gobiernos y de Europa por erradicar la pobreza materno-infantil.

El presidente de la Fundación Madrina coincide con el reciente informe de Unicef: España es uno de los países de Europa con más pobreza infantil. Conrado Giménez afirma: «Está cronificada». Sobre la tarjeta monedero del Gobierno opina: «Es un engaño. Es como regalarte un coche sin gasolina. Ingeniería social de despacho. Traerá más pobreza. Marketing para distraer la atención de otros temas».

PREGUNTA.- ¿Qué es la Fundación Madrina?

RESPUESTA.- Trabajamos por la infancia y la maternidad vulnerables. Con 50 nacionalidades. Tenemos un call center que atiende una llamada cada dos minutos; un gabinete médico con pediatría, ginecología, médico de familia, oftalmología, etc.; un centro de atención social y uno de formación para 2.000 madres con programas de emprendimiento donde invitamos a las empresas a acompañarlas. La familia es la empresa más importante de un país y el hombre es importante. Pero la madre es la CEO. Nos entran 400 madres cada mes derivadas de servicios sociales y de otras entidades. Yo les digo: vosotras no sois madres vulnerables, ni solas, ni pobres. Sois emprendedoras. Saldréis adelante con nuestra ayuda, pero, como el corredor de maratón, luego vais a continuar vosotras.

P.- Son madres muy jóvenes de, incluso, 11 y 12 años…

R.- Sí. Lo normal es 13 y 14 años. Tenemos El Club de la Rosa, que acoge a unas 300 jóvenes embarazadas, cada una con su problemática. Les damos formación, la ESO, porque el mayor problema que tienen es la exclusión escolar, aparte de la social. La formación es clave. Un viejo dicho africano dice que quien forma una madre salva una nación. Son muy sabios los africanos. Pensamos lo mismo. Quien forma a una madre forma a un niño. Tenemos también pisos y residencias de acogida para madres embarazadas sin una red social o familiar estables. Y un programa para realojar en el mundo rural a familias que no pueden sobrevivir en la ciudad. Ya hemos realojado a casi 300 y 1.000 niños en ese entorno rural mucho más humano para la crianza y la educación. Y con éxito escolar. Sobre todo, en Castilla y León y Castilla-La Mancha, en la España vaciada. Son pueblos pequeños. Recuerdo uno al que llevamos a tres familias: una madre española sola con nueve hijos, otra de tres hijos y otra de dos hijos. Iban a cerrar la escuela y, al final, han tenido que abrir dos aulas nuevas. Los abuelos de esos pueblos nos dicen que les ha tocado la lotería. Todo lo hacemos con recursos propios, porque la clase política habla mucho, pero no apuesta por este proyecto.

P.- Habláis de pobreza «materno-infantil».

R.- Sí. No sólo de pobreza infantil. Detrás de cada niño hay una madre. Si quieres sacar a un niño de la pobreza infantil tienes que ayudar a su madre. Están volviendo enfermedades y patologías infantiles porque la nutrición es inadecuada. Nosotros hacemos el seguimiento y compramos los alimentos básicos.

Colas del hambre

P.- ¿A cuántas familias dais de comer a diario?

R.- En pandemia llegamos a atender a 6.000 al día. Ahora estamos en 300. Multiplica por tres personas cada familia.

P.- ¿Las colas del hambre van a más o a menos?

R.- Unicef dice que España es uno de los países con más pobreza infantil de Europa y así es. La pobreza aumenta. Recibimos mucha población latinoamericana y de otros países con una gran cantidad de niños que vienen con lo puesto. La pobreza infantil en España ya es crónica. Es gravísimo.

Tarjeta monedero

P.- ¿Qué os parece la tarjeta monedero del Gobierno?

R.- Es marketing social para desviar la atención de otras cosas. Es utilizar la pobreza infantil para fines políticos. Van a dar la tarjeta sólo a 70.000 familias durante tres meses. La pobreza en España alcanza a 1.200.000 familias. Han dicho que estos fondos europeos no tienen la vocación de eliminar la pobreza infantil. Entonces, ¿para qué sirven Europa, España, el Gobierno? El Ministerio anima a las ONG y fundaciones a solucionar el problema. Nos van a obligar a comprar alimentos. Debe hacerlo la Administración. El presupuesto para pobreza infantil ha pasado de 1.000 millones a 95 millones en un año. Para eliminar la pobreza en España harían falta 6.000 millones; 95 millones es una limosna. ¿Qué quieren? ¿Matar a los niños? ¿Que no nazcan niños en España? Junto al Banco de Alimentos, somos la entidad más grande, pero nadie nos ha preguntado. Se ha improvisado. No se ha contado con nadie, como pasó con el Ingreso Mínimo Vital, que ha llegado sólo al 35% de las familias que lo necesitan. Es ingeniería social de despacho. Antes, con los fondos europeos, se compraba a los agricultores y a cooperativas directamente. Ahora, los alimentos básicos estarán tres o cuatro veces más caros en el supermercado y se quedarán fuera de la cesta de la compra. ¿Quién ha hecho los números en el Gobierno? A una familia le van a dar 123 euros durante tres meses. Y si es numerosa le dan 220 euros. ¿Quién puede vivir con eso? Una familia media gasta 430 euros al mes. Cuatro veces más. Pasará como en la pandemia. Esas familias vendrán a nosotros, a las colas del hambre, a completar la cesta. Es un engaño. Es regalarte un coche sin gasolina. Las colas del hambre van a crecer.

Madres adolescentes

P.- ¿Qué problemas afrontan esas madres adolescentes tan jóvenes?

R.- Tenemos apoyo psicológico, sanitario, etc., porque no tienen seguimiento. Te aparecen con ocho meses de gestación. Hemos creado el club para que no se sientan miradas. No juzgamos. No nos gusta que haya embarazos adolescentes, pero los hay, es un hecho y hay que protegerlas. Les acompañamos con nuestras madrinas voluntarias para evitar el típico comentario de la matrona animándole a que dé el niño en adopción o aborte. Vienen llorando. Y solas. Su familia es la calle. Nos dicen: «Queremos tener la familia que no hemos tenido. Yo quiero amar y ser amada. Quiero amar a mi hijo y darle lo que no he recibido».

P.- ¿La sociedad les empuja al aborto?

R.- Es la única solución que les dan y, por eso, vienen a nuestra fundación. Nos dicen que no quieren hablar con su trabajadora social porque temen que les quiten el bebé. No quieren ir a la Administración porque piensan que les van a obligar a abortar. Hay trabajadoras sociales que les dicen: «Si tienes a tu hijo te quito las ayudas». Existe la filosofía de que todo lo que es ley es moral y es legítimo. La ley crea cultura. Eso ha hecho muchísimo daño y lo pagan las adolescentes, las madres. Los servicios sociales lo hacen fantástico, pero hay disfuncionalidades que nosotros corregimos. Les ayudamos con nuestros médicos y en el tema escolar. Todas tienen abandono y exclusión escolar. Nos cuentan, de algún colegio público, que el director o un profesor les piden que no hablen con otras chicas porque son un mal ejemplo. En algún caso, las hemos metido en centros de formación nuestros para darles la ESO. Y sacan las mejores notas. Nuestro objetivo es que su maternidad no les impida acabar sus sueños. Ser universitaria. Tenemos acuerdos con universidades. Necesitamos un centro de acogida con guardería y adaptado a los bebés para que puedan atenderles mientras siguen estudiando.

P.- ¿Por qué hay tan poco apoyo público?

R.- Quizá porque las madres no protestan. Están cuidando a sus hijos. No da votos. Proteger a la infancia no es un objetivo en Europa. Y detrás de la infancia, la maternidad es fundamental. El gasto de toda la Unión Europea en armas son 6.000 millones, lo que necesitamos para erradicar la pobreza infantil en España. Cada niño que nace lleva un mensaje: Dios todavía no ha perdido la esperanza en el hombre. Ellos son la oportunidad de hacer un mundo mejor. Son la luz y el futuro de la humanidad.

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