Cómo salvar vidas sin ingresar en el hospital: OKDIARIO acompaña a un equipo de atención domiciliaria
Se encuentran en primera línea de combate, son los legionarios que abren el camino en la lucha contra el coronavirus. Los médicos de atención primaria son los que tienen el primer contacto con el enfermo, y trabajan para salvar las vidas de los contagiados por Covid-19 sin trasladarles al hospital para evitar un mayor colapso en los centros sanitarios. OKDIARIO ha acompañado al equipo médico del doctor Luis Manuel Montel, especialista en urgencias médicas, cuidados paliativos y experto en enfermedades infectocontagiosas.
Montel trabaja en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), en el centro de salud de Esquivias, un pueblo de Toledo que colinda con la Comunidad de Madrid. Se aproxima hasta la puerta para dar la bienvenida al equipo de OKDIARIO pero, sin dejarle dar un sólo paso, le cubre de mascarilla, guantes y gorro. «Nadie pasa al centro sin estar protegido», asegura.
Una vez dentro explica que los ciudadanos se han concienciado de la gravedad y ya no se dirigen al hospital. Primero llaman por teléfono, si el paciente presenta síntomas que previsiblemente podrían estar relacionados con el coronavirus, se realiza un seguimiento exhaustivo, vía telefónica, sobre la evolución de la enfermedad. El médico le llama cada dos horas. En muchas ocasiones el enfermo mejora y supera la infección (estos no forman parte de la estadística oficial que ya asciende a los 102.136 contagiados, según los datos de este miércoles 1 de abril).
«Si están en su domicilio, garantizamos que estén en una cama. Si los trasladas al hospital, no sabemos si van a estar en una silla de un pasillo»
En otras ocasiones, el enfermo empeora. Es en ese momento cuando comienzan las visitas diarias del personal sanitario a la vivienda del paciente. El objetivo es no trasladarle al hospital. Lo hacen sólo cuando presentan problemas como insuficiencia cardíaca y necesitan, con extrema urgencia, un respirador. «Si están en su domicilio, garantizamos que estén en una cama. Si los trasladas al hospital, no sabemos si van a estar en una silla de un pasillo», explica el doctor. E insiste: «No podemos colapsar más los hospitales. Hay que mandarles allí sólo cuando no quede otra solución». Una advertencia que ha pronunciado en repetidas ocasiones.
Y confiesa: «Cuando son trasladados al hospital hay un 50% de que viva y un 50% de que muera». Además, la trágica situación a la que se están enfrentando los españoles cada vez se repite con mayor frecuencia: «Se lo lleva una ambulancia y no lo volvemos a ver. Ni siquiera podemos despedirnos». Eso es, precisamente, lo que quieren evitar los médicos de atención primaria como Montel.
Visita a domicilios
En la pared, justo detrás de su silla, Luis Manuel Montel tiene colgado un mapa donde ha subrayado la comarca que a él le corresponde vigilar. Más de 15.000 personas a su cargo que residen en Los Yébenes, Esquivias o Boróx (Toledo). Pero a esto se le une que, en ocasiones, también ofrece servicio a los pueblos aledaños como Illescas, con 28.894 habitantes, y Seseña, con 25.835 habitantes. «Últimamente no duermo. Vivo en el hospital y estoy con los teléfonos móviles las 24 horas del día por si surge una emergencia», manifiesta mientras muestra los terminales guardados en los bolsillos de su bata.
El equipo de OKDIARIO se sube al coche de emergencia, siempre guardando la distancia de seguridad establecida para evitar el contagio por coronavirus, y se dirige junto al médico hacia la residencia de mayores. Allí hay tres enfermos infectados por coronavirus, uno ha fallecido. «Las trabajadoras del centro, se han matado para poder controlar la situación. Han trabajado como jabatas», asegura el doctor Luis Montel a este periódico.
«¿Cómo está la enferma?» pregunta nada más llegar a la residencia. Las trabajadoras con una mirada triste, quizás a causa del cansancio acumulado, reconocen que «se encuentra muy mal». Su estado de salud ha empeorado en los últimos días considerablemente. El médico se coloca, con la ayuda de un enfermero, el equipo de protección Individual (EPI) y se dirige a la habitación de la contagiada que se encuentra aislada del resto de los residentes.
El drama de los ancianos
La directora de la residencia, cuyo nombre se ha reservado para evitar represalias, asegura que los ancianos están deprimidos. «No entienden por qué tienen que permanecer en sus habitaciones», explica. Desde hace casi un mes esta residencia de mayores cerró la zona reservada como ‘centro de día’ y comenzaron a aplicarse medidas restrictivas para evitar el contagio por coronavirus.
Cuando se detectaron los primeros infectados, ningún anciano podía salir a las zonas comunes. Son población de riesgo y el nivel de contagio de este virus es altísimo. Sin embargo, ellos «piensan que están castigados, no lo entienden», aseguran a este periódico. «Hablan con sus hijos por videoconferencia y les preguntan que por qué ya no vienen a verles». Sus familiares les explican: «Nosotros tampoco podemos salir de casa, estamos encerrados. Ahora tenemos que estar todos así». Asienten con la cabeza, pero al cabo de un tiempo se les vuelve a olvidar y el sentimiento de soledad regresa. «Ya ni comen», asegura la directora del centro.
Tras la visita del doctor Montel, las trabajadoras le preguntan por su residente infectada. El médico les alienta y se despide: «Mañana vuelvo, como siempre». Así es el trabajo de un médico de atención primaria que dedica las 24 horas del día a sus pacientes con Covid-19.