En la calle el casero etarra de los asesinos de Miguel Ángel Blanco tras cumplir sólo dos tercios de la pena

El preso de ETA Ibon Muñoa Arizmendiarrieta, condenado por su complicidad en el asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco, ha quedado este domingo en libertad tras abandonar el centro penitenciario de Córdoba, según ha comunicado la asociación de familiares de presos etarras, Etxerat.

Este ex edil de Herri Batasuna, que espió e hizo seguimientos a Miguel Ángel Blanco y que alojó en su casa a los asesinos del comando que mató al concejal del PP en 1997, ha salido de la cárcel después de cumplir 20 años en prisión, menos de dos tercios de la pena.

Ibon Muñoa fue condenado en 2003 por la Audiencia Nacional a 33 años de prisión como cómplice del secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. La sentencia consideró probado que este etarra alojó en su casa y ofreció su vehículo a los autores materiales del crimen, Irantzu Gallastegui ‘Amaia’, Francisco Javier García Gaztelu ‘Txapote’ y José Luis Geresta ‘Oker’, integrantes del comando Donosti de la organización terrorista ETA.

Miguel Ángel Blanco trabajaba en la asesoría que llevaba la contabilidad del taller de Ibon Muñoa, donde éste fabricó matrículas falsas para los pistoleros además de hacer de ‘chivato’ y pasar información a dicho comando.

En el juicio que se siguió contra Ibon Muñoa en 2003 por el asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, al final de la vista, el padre de la víctima se levantó y le gritó al ex concejal de HB en Eibar: «Hijo de puta, cabrón, asesino, soy el padre de Miguel Ángel Blanco y has matado a mi hijo».

Finalmente, el etarra ha abandonado en la mañana de este domingo el centro penitenciario de Córdoba, donde ha cumplido 20 años en prisión. A su salida de prisión ha sido recibido por familiares y amigos del colectivo Etxerat que mostraban ikurriñas y carteles reclamando el regreso de los presos de ETA «a casa», según informó Ep.

Bildu le visitó en junio

Se da la circunstancia de que Ibon Muñoa recibió el pasado junio -con España todavía en estado de alarma y la movilidad restringida- la visita en prisión de dirigentes de Bildu con el conocimiento y permiso del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tal y como publicó OKDIARIO.

En concreto, en la cárcel de Córdoba, dos miembros de Bildu se vieron con presos etarras. Además de Ibon Muñoa, los integrantes de la banda asesina eran José Ignacio Alonso Rubio, Gorka Vidal Álvaro, Ibón Muñoa Arrizmendiarreta, Xabier Pérez Aldunate, Igor Portu Juarena y Javier Gallaga Ruiz. El encuentro se hizo a través de los locutorios.

Previamente, y también en estado de alarma, dirigentes de Bildu visitaron a presos de ETA en las cárceles de Jaén y Huelva, siempre con el visto bueno de Marlaska, que incluso permitió reuniones grupales entre enviados de la formación de Arnaldo Otegi y reclusos de la banda asesina. No ocurrió así en el caso de la prisión de Córdoba, pero sí en la de Huelva, donde los enviados de Bildu fueron Estitxu Elduaien Uranga e Iñaki Ruiz de Pinedo Undiano.

En el encuentro de la cárcel de Jaén participaron dos diputados de la formación proetarra EH Bildu, que se saltaron el estado de alarma de entonces para visitar a presos etarras. Fueron Jon Iñarritu, diputado en el Congreso, y el también parlamentario en el País Vasco Unai Urruzuno. La salida de Ibon Muñoa, tras cumplir sólo dos tercios de la pena, se produce en la antesala de la negociación del Gobierno de Pedro Sánchez con Bildu para que apoye sus Presupuestos.