El auge de Yolanda Díaz enciende las alarmas en la ejecutiva del PSOE: «Hay que atarla en corto» que atarla en corto»
La dirección del PSOE reclama a Sánchez acorralar a Yolanda Díaz y evitar que utilice La Moncloa para ganar votos a su costa
Yolanda Díaz pone como ejemplo de modernización de la inspección laboral al genocida Largo Caballero
Yolanda Díaz recién comulgada
Yolanda Díaz se ha convertido en una amenaza real para el PSOE. Más desde el encuentro que mantuvieron el sábado en Valencia ella, Ada Colau, Mónica Oltra y Mónica García. El éxito de la reunión, y los buenos resultados que se desprendieron del acto, es lo que asusta en Ferraz. Los socialistas siguen manteniendo en público que «no habrá sorpasso», pero en privado ya no esconden ese miedo: «Hay que atarla en corto», le solicitaban este lunes varios dirigentes a Pedro Sánchez en la reunión de la Ejecutiva Federal. Algo así como acorrarlarla en sí misma, aprovechando que «está sola en el Ejecutivo» en su nueva andadura política.
La frase fue repetida, con palabras distintas, por casi la mitad de los dirigentes socialistas que intervinieron en el encuentro. En el partido son conscientes que mientras sea vicepresidenta segunda del Gobierno tienen formas de controlarla de cerca, de ponerle coto. La fórmula será la misma que en su momento se utilizó con Pablo Iglesias. Reducir su presencia y actividad en los medios de comunicación. Evitar así que utilice la plataforma que otorga La Moncloa para robar votos al PSOE. En resumidas cuentas, tratar de invisibilizarla.
Y es que la buena valoración que tiene Díaz entre los electores de la izquierda y el centro es uno de los principales motivos de su auge en los sondeos. Y se debe, en buena medida, a la sobreexposición mediática que tiene en los medios de comunicación. Sin partido, ya que no ostenta cargo en Podemos, solo le queda el ministerio de Trabajo y la vicepresidencia segunda para salir en la prensa. Y ahí todo pasa por el filtro de la Secretaria de Estado de Comunicación, en manos del PSOE. Dónde más se notará ese intento de silenciarla es en la sala de prensa del Palacio de La Moncloa. Le dejarán salir poco.
La parte socialista del Gobierno tratará de “marcar al máximo las diferencias” con Díaz para “evidenciar sus posturas más radicales” de cara a su electorado. Todo mientras el PSOE intenta hacer un giro, de nuevo, a un centro que también pretende ocupar el espacio que promueve la vicepresidenta. Una estrategia diseñada ad hoc contra la ministra de Trabajo y que deja al margen a Unidas Podemos. Habrá otras acciones, como acercamientos o reforzamientos de papeles, que servirán también para marcar esas distancias y territorio.
Pedro Sánchez, además, marcará su propio espacio como líder en la relación directa con Díaz. Viene haciéndolo desde la última crisis a cuenta de la reforma laboral. Sus comunicaciones a través de WhatsApp, desde entonces, son “prácticamente inexistentes”. Una fuente que conoce a la perfección lo que hablan asegura que “con la pantalla abierta se puede ver aún un mensaje del 17 de octubre, cinco días antes de que explotase todo”. Tampoco hablan mucho por teléfono y, en persona, acompañados generalmente lo hacen por terceros o personas intermedias.
Con esto, dicen en el entorno del presidente, pretende hacerle notar un trato diferente al que le prestaba a su antecesor Pablo Iglesias. Al ex líder de Podemos, cuando las aguas iban revueltas, Sánchez le llamaba y se citaban en su despacho de La Moncloa. Con foto o sin foto, allí daban por zanjada la polémica con un abrazo o una solución que disgustase lo mínimo posible a ambas partes. “Con Yolanda, con quien Pedro tenía muy buena relación personal, todo se ha roto” aseguran. Reunión hubo, pero con tres ministros socialistas más presentes. Y lo ejemplifica, esta fuente, como “cuando rompes con tu pareja por unos cuernos y no queréis que el entorno se entere de momento, por lo que seguís teniendo en común, que mantenéis las formas en público pero sois de hielo en privado”. Así están las cosas entre ambos.
“Se le ha querido demasiado”
“Los abrazos están bien y sirven para subir el ánimo, pero se tienen que saber elegir” espetaba este lunes un dirigente del PSOE. La frase tiene un destinatario único: Pedro Sánchez. En su partido le afean que durante el último año y medio “él se haya dejado querer y a ella [Yolanda Díaz] se le haya querido tanto”. Y no le falta razón. Cuando el enemigo era Iglesias, y nadie contaba con que la entonces aún ministra podría llegar a preparar su propia candidatura, Sánchez se la ganó como aliada para molestar al ex vicepresidente. “De aquellos polvos, estos lodos” lamentan ahora. Este lunes algún que otro dirigente volvió a recordar que “se le ha dado mucha manga ancha” a la gallega.