Aragonés y otros críticos de ERC quieren forzar a Junqueras a dimitir e ir a un congreso extraordinario
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Ruido de sables en el seno de ERC después de los malos resultados electorales obtenidos por los de Oriol Junqueras tanto en las elecciones municipales del 28 de mayo como en las generales del pasado 23 de julio, que amenazan con una guerra interna por la sucesión del líder del partido. Buscando forzarle a dimitir. Todo con la mirada puesta en las próximas elecciones autonómicas, previstas para el año que viene, y con el objetivo del president de la Generalitat Pere Aragonés de quitarse «el lastre» de Junqueras y la secretaria general fugada Marta Rovira para que nadie pueda cuestionar su estrategia.
Las críticas internas en ERC proceden de varios sectores del partido. Unos de forma pública y otros sigilosamente. Mientras el Col·lectiu Primer d’Octubre reclama abiertamente la convocatoria de un congreso extraordinario, desde el entorno de Aragonés, centrados en reforzar su liderazgo y que no siga con las manos atadas por Junqueras y Rovira, piden «replantearnos las cosas». Replantear la estrategia del partido tras los resultados electorales en los últimos comicios.
La opinión generalizada es la de que hay que hacer una «profunda reflexión» sobre la estrategia seguida por Junqueras, que creen que no ha sido avalada por los votantes ni en las municipales -en las que ERC perdió 300.000 votos- ni en las generales -en las que perdieron 400.000-. «La alternativa a no hacerlo comportaría tener que afrontar un escenario catastrófico para nuestro partido que queremos evitar», han advertido. Pues los trackings internos les alejan de la Presidencia de la Generalitat.
«Abordar el cambio de rumbo con un debate sincero y amplio que escuche a todas las secciones locales del partido», explican, «es de imperiosa obligación» para «no caer en los mismos errores en un futuro inmediato». Si bien Aragonés es más discreto a la hora de pedir responsabilidades, los críticos solicitan abiertamente a los miembros de la dirección -también al president- poner sus cargos a «disposición de la confianza» de la militancia y renovar los representantes de ERC en el Congreso de los Diputados, lo que supondría la salida de Gabriel Rufián.
Una de las críticas que reciben Junqueras y Rovira es «la ambigüedad» y «el pragmatismo». Además de la renuncia a lo que «debe ser de nuevo» su «objetivo principal»: la independencia. Varios sectores del partido reclaman pactar con Junts las «líneas rojas de las negociaciones» sobre una posible investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, sin rebajas respecto a la autodeterminación y buscando la complicidad de los partidos soberanistas vascos y gallegos. «De no aceptarse por la parte española, la responsabilidad de repetir elecciones será exclusivamente fruto de su falta de respeto a Catalunya», exclaman algunos cuadros del partido.