Garzón adoctrinará a los escolares sobre alimentación «sostenible» tras su ataque al sector cárnico

Alberto Garzón
El ministro de Consumo, Alberto Garzón.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Alberto Garzón tiene entre sus prioridades para el presente año político la aprobación, vía decreto, de una batería de medidas para inculcar a los escolares su visión de la alimentación «saludable» y «sostenible», un ámbito en el que el ministro de Consumo ha ido de polémica en polémica.

Así se prevé en el Plan Anual Normativo para 2022, aprobado esta semana por el Consejo de Ministros y al que ha tenido acceso OKDIARIO. El Ministerio de Consumo pilotará las medidas «dirigidas al ámbito escolar para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos» y establecerá «criterios de calidad nutricional y de sostenibilidad de los menús y los alimentos y bebidas que se ofertan en este tipo de establecimientos». Los ministerios de Educación y Sanidad ejercerán de coproponentes.

En concreto, Garzón desarrollará la ley de seguridad alimentaria y nutrición (2011), que impulsa la promoción de estas enseñanzas en los centros escolares para que los alumnos tengan «capacidad de elegir correctamente los alimentos» que «les permitan componer una alimentación sana y equilibrada y ejercer el autocontrol en su alimentación». Además, la norma establece que las comidas serán «variadas, equilibradas y adaptadas a las necesidades nutricionales de cada grupo de edad» y que las escuelas ofrecerán a los padres la programación mensual de los menús «de la forma más clara y detallada posible», orientándoles para que «la cena sea complementaria con el menú del mediodía».

Polémicas

Garzón acumula polémicas por su modelo de alimentación saludable. De hecho, el ministro plasmó sus recomendaciones culinarias en un recetario, Comida rápida, barata y saludable, que provocó un alud de críticas al ignorar la cultura gastronómica española: en el libro no hay rastro de carne roja -en el punto de mira del dirigente comunista-, jamón serrano, paella, cocido u otras preparaciones típicas y abundan en su lugar ingredientes popularizados en los últimos tiempos como el kale (una especie de col rizada popularizada en los últimos tiempos), las semillas de chía o el hummus.

La publicación -por la que Garzón pagó 18.029 euros, según consta en la Plataforma de Contratación del Estado- promueve platos caros e inaccesibles para muchos en detrimento del recetario típico español, abogando por menús con «falso sushi», gazpacho de sandía, «miniburguers» de alubias y atún, poke (una ensalada de pescado crudo) o pudding de chía con mango. Otro motivo de discordia fueron las técnicas de cocción utilizadas para las elaboraciones, muy sencillas y de poca sustancia entre las que incluso figuraba el microondas. El ministro -que en su propia boda sirvió carpaccio de ternera, gambas de Huelva, bogavante y solomillo- se defendió asegurando que su intención no era «decir a la gente lo que tiene que comer» sino «explicar cuáles son los hábitos saludables».

Garzón protagoniza ahora una de las grandes polémicas políticas tras criticar en The Guardian la calidad de la carne que exporta España. «Encuentran un pueblo en una parte despoblada de España y ponen 4.000, 5.000 ó 10.000 animales. Contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan esa carne de mala calidad de esos animales maltratados», dijo literalmente en una entrevista publicada por el diario británico y que ahora trata de atribuir a un «bulo».

Pese al innegable daño al sector cárnico, el presidente Pedro Sánchez ha evitado destituirle y se ha limitado a decir que lamenta «muchísimo» el revuelo por sus declaraciones.

El asunto ha provocado una profunda crisis entre los socios de coalición. No obstante, cabe recordar que los socialistas comulgan con las mismas tesis de las que ahora tratan de desmarcarse. Sin ir más lejos, el Plan España 2050, presentado por Sánchez el año pasado, apuesta por una reducción del consumo de carne. «Numerosos estudios señalan que el consumo de carne de la población española es entre dos y cinco veces superior al recomendable», se recoge en el documento. Incluso se llega a vincular la «demanda de proteína animal» con el riesgo de pandemias y se avala un informe de Greenpeace que asegura que el modelo cárnico español es un «peligro para la salud pública».

Pese a ello, el dirigente socialista llegó a desautorizar públicamente a Garzón el pasado mes de julio, cuando también recomendó a los españoles reducir el consumo de carne. «A mí donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible», exclamó Sánchez.

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