Vivir de alquiler y sin ahorros: un estudio destapa el drama económico que está hundiendo a los jóvenes en España

El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los mayores desafíos para los jóvenes españoles. Según el informe «Radiografía de la evolución del patrimonio de los hogares españoles: la dificultad del ahorro para las nuevas generaciones», elaborado por Fundación Mutualidad y Esade, sólo uno de cada tres hogares entre 29 y 40 años tiene una vivienda en propiedad. Este dato refleja un cambio estructural en comparación con las generaciones anteriores, cuya tasa de acceso a la propiedad rondaba el 90%.
Los problemas de esta franja de edad van más allá de la compra de una vivienda. En las últimas décadas, los menores de 35 han visto disminuir su riqueza desde 2008, sin signos claros de recuperación. El informe destaca que la renta y el ahorro son indicadores fundamentales para comprender el bienestar de las familias, y hoy en día las nuevas generaciones enfrentan serias dificultades para incrementar su riqueza.
La crisis de vivienda en España
Aunque España ha vivido un crecimiento económico tras la crisis financiera de 2008 y la pandemia, no se ha traducido en mejoras significativas para las nuevas generaciones. En 2002, la tasa de propietarios en los jóvenes alcanzaba el 70%, mientras que en 2022 apenas superaba el 30%.
Además del acceso a la vivienda, la evolución de los ingresos de los jóvenes ha sido desfavorable. Según el estudio, los menores de 30 años apenas han mejorado su renta anual en los últimos 16 años. En 2008, un joven de entre 16 y 29 años percibía unos ingresos promedio de casi 14.000 euros anuales, mientras que en 2024 esa cifra se redujo a unos 13.500 euros, es decir, una pérdida de unos 500 euros en términos ajustados por la inflación.
Déficit estructural
El origen de la crisis de acceso a la vivienda en España es fundamentalmente estructural: faltan viviendas. Según cálculos recientes del Banco de España, se calculan que hacen falta unas 700.000 viviendas para equilibrar oferta y demanda.
Este desajuste estructural impulsa la subida de precios y alimenta la especulación inmobiliaria. Sin embargo, a pesar de la escasez, el mercado sigue activo: en 2024 se vendieron 640.000 viviendas, cerca de las cifras previas a la burbuja inmobiliaria de 2008. Gran parte de estas compraventas son realizadas por inversores que ya tienen una vivienda, contribuyendo a la presión sobre los precios y dificultando aún más el acceso a la primera vivienda para los jóvenes.
Pisos turísticos y compras de extranjeros
En España, de un parque de 2,2 millones de viviendas en alquiler, hay 214.000 pisos turísticos legales, concentrados mayoritariamente en Andalucía, Canarias, Cataluña y Comunidad Valenciana. Además, en 2024, los extranjeros participaron en unas 93.000 operaciones de compra, casi el 15% del total, con un fuerte impacto en zonas como Baleares, donde llegaron a representar una de cada tres compraventas.
Subida de precios y alquileres
Los precios de la vivienda en España han registrado aumentos sostenidos en la última década. El precio medio de compra de una vivienda en 2010 era de 163.000 euros y, tras un descenso en 2015 a 142.000 euros, ha vuelto a subir hasta alcanzar cerca de 200.000 euros en 2024. En ciudades como Madrid y Málaga, los precios se han duplicado en 15 años, con un precio medio por metro cuadrado que ya alcanza los 2.093 euros.
En paralelo, el precio del alquiler ha subido un 88% desde 2010. Un piso de 80 m² que costaba unos 616 euros mensuales hace 15 años, ahora alcanza los 1.160 euros, según Idealista. Esta presión sobre los alquileres, junto con el aumento del precio de compra, ha retrasado la emancipación y ha dificultado que los jóvenes puedan ahorrar lo suficiente para acceder a la propiedad.
Políticas y medidas del Gobierno
El Gobierno ha identificado tres grandes líneas de actuación para abordar la crisis: aumentar la vivienda pública, fortalecer la regulación del mercado y ofrecer más ayudas a los jóvenes. Entre las medidas destacan la construcción de 183.000 pisos de alquiler asequible, la implementación de la Ley Estatal de Vivienda con Zonas de Mercado Tensionado para controlar precios y proteger al inquilino, y programas de ayuda como el bono de alquiler joven y avales para la compra de la primera vivienda.
Comparativa internacional
España no es un caso aislado: la crisis de vivienda afecta a buena parte de Europa, con precios que han subido un 53% en la última década. Sin embargo, los jóvenes españoles se ven especialmente afectados: el 28% dedica más de la mitad de su sueldo al pago de vivienda, 10 puntos por encima de la media europea, y su emancipación se retrasa hasta los 30 años, frente a los 23 años en Francia o 26 en Bélgica.
La falta de acceso a la vivienda en España es un problema estructural que afecta de manera desproporcionada a los jóvenes. La combinación de ingresos estancados, precios de vivienda en aumento, déficit habitacional, fenómenos de especulación y una oferta insuficiente ha creado un escenario donde ahorrar, invertir y emanciparse se ha vuelto extremadamente difícil. Para revertir esta situación se requieren medidas integrales: desde la construcción de vivienda pública y regulaciones más estrictas, hasta políticas de apoyo al ahorro.