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El vicepresidente de la SGAE que promueve la moción de censura contra Hevia la da por fracasada

José Ángel Hevia, presidente de la Sociedad General de Autores (SGAE) desde noviembre, ha salvado la moción de censura que ha promovido un vicepresidente de la entidad, Clifton J. Williams. Así lo ha reconocido este miércoles en conversación con este diario el propio Williams después de que Hevia se haya reunido con Antonio Onetti, miembro de la Junta Directiva de la entidad que representa 13 votos de 35, "y hayan decidido que no apoyan la moción", asegura.

José Ángel Hevia, elegido nuevo presidente de la SGAE (Foto: EP)
José Ángel Hevia, elegido nuevo presidente de la SGAE (Foto: EP)
Carlos Ribagorda

Williams, que solicitó el pasado viernes por carta la convocatoria urgente de la Junta Directiva para debatir el cese de Hevia, necesitaba el voto de 18 de los 35 ‘junteros’ para que su petición saliera adelante, se cesara a Hevia y se eligiera un nuevo presidente de la entidad gestora de los derechos de los autores.

Eso ya no será posible después de que Onetti haya decidido no apoyar la convocatoria extraordinaria tras una reunión mantenida este miércoles en la SGAE con Hevia. «Han decidido no apoyar pues ya está. Sin sus 13 votos la moción no sale adelante. Yo he hecho lo que creo que tenía que hacer», explica Williams, presidente de Alabama Music. «Ellos sabrán lo que han pactado», insiste.

De esta forma, Hevia frena el movimiento de este vicepresidente, que le había dado su apoyo en noviembre. Un movimiento que se enmarca dentro de la batalla interna por el control de la SGAE, con el ministerio de Cultura y las multinacionales discográficas -expulsadas de la Junta Directiva de la entidad en diciembre de 2017- como actores claves junto a los propios autores.

Williams explica que su motivación es el empeoramiento de la situación de la entidad desde la llegada de Hevia. «En los tres meses que lleva en el cargo la situación ha empeorado y creo que lo mejor sería que la SGAE cambiara de presidente», asegura.

Sin embargo, otras fuentes de la entidad apuntan a que las motivaciones de Willimans son otras. Según estas fuentes, el anterior presidente de la entidad, José Miguel Fernández Sastrón, acordó nombrar a Williams Director de Reclamaciones, cargo remunerado con 120.000 euros.

«Las elecciones de octubre truncaron ese nombramiento y cuando llegó Hevia al cargo lo frenó, le dejó sin cargo y sin dinero. Por eso ahora ha hecho este movimiento y se ha pasado a defender claramente los intereses de las grandes multinacionales discográficas», aseguran sus críticos.

«Eso no es cierto. Es verdad que mi cargo se aprobó en un Comité de Dirección y cuando me pasaron el contrato le hice unos cambios que no se concretaron por las elecciones. Luego con Hevia he comentado el tema pero en absoluto es esa mi motivación», explica él.

Deuda

Además, fuentes del sector explican que Williams debe a la SGAE unos 20.000 euros en anticipos de derechos de autor que no ha devuelto en cuatro años. «¿Un vicepresidente de la SGAE que debe dinero y no sabe gestionar su catálogo para devolver el dinero promoviendo una moción de censura?», se preguntan estas fuentes.

«No es cierto tampoco», asegura él. «Todos los socios tenemos unos anticipos que luego vamos devolviendo. Es lo normal. Pero la cifra real no se corresponde ni de lejos con esa cantidad», asegura.

Sean las motivaciones que sean, la realidad es que Williams da por fracasado el intento de moción de censura. Un movimiento que sí coincide en el tiempo con el intento de las multinacionales de volver a la Junta Directiva de la que fueron expulsadas en diciembre de 2017, y sí coincide en el tiempo con la decisión del ministro de Cultura, José Guirao, de intervenir parcialmente la entidad.

El equipo del ministerio también está marcado en esta batalla. La directora general de Industrias Culturales y Cooperación es Adriana Moscoso, trabajadora en excedencia de la entidad y afín al ex presidente Teddy Bautista, que perdió las elecciones ante Hevia. Es hija del ex ministro socialista Javier Moscoso.

Junto a ella, el Subdirector de Propiedad Intelectual es Carlos Guervós. Guervós, según se publicó también, apareció en las filtraciones de Wikileaks como el informante de Estados Unidos, lo que le señala como afín a los intereses de las multinacionales. Su nombre ha sonado incluso como el hombre que gestionará la SGAE tras la intervención del Gobierno.

Y dentro de la SGAE el presidente Hevia cuenta también con dos personas que no son de su confianza. Se trata del secretario general, que ha intentado cesar, sin suerte, y la directora jurídica, Marta Beca, señalada por ser la persona que filtró a la prensa los ingresos de parte de la Junta Directiva -incluido Hevia-.

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