MERCADO LABORAL

Los trabajadores de Konecta califican de «corredor de la muerte» los cursos de formación de la empresa

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Empresa de telefonía Konecta.
Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

Los trabajadores de la empresa de telecomunicaciones Konecta aseguran que lo que la compañía llama «formación global» es, en realidad, «un corredor de la muerte». En concreto, los cursos de esta mercantil se utilizan para aquellos empleados que no están formando parte de una campaña del call center. Mientras esperan a que se les asigne un trabajo, la empresa les lleva a formaciones que, según mantienen, «nunca se acaban».

«Es a donde llevan a los que no tienen campaña», explican fuentes cercanas a Konecta. El objetivo de estos trabajadores es «hacer cursos», pero «hay quienes llevan años» en esa situación, muchos de ellos discapacitados.

La compañía se encuentra en un proceso en el que va a aplicar a 585 empleados un expediente de regulación de empleo (ERE). Este despido colectivo se ve envuelto en otra polémica tras desvelar OKDIARIO que la empresa está ampliando su plantilla en Portugal y en Sudamérica mientras lleva a cabo el ERE en España.

Además, las fuentes de la empresa también han desvelado a este periódico que, mientras se lleva a cabo este proceso, Konecta pide a sus trabajadores que realicen horas extra, algo que los empleados no entienden: «Por un lado, hay peticiones de personal con incorporaciones inmediatas y peticiones de voluntarios para hacer horas y, por otro, un informe técnico que dice que sobran 585 trabajadores».

«Konecta tiene un sitio que llaman formación global. Detrás de esas bonitas palabras hay otra realidad. Es un pozo donde si te mandan es, por lo visto, para no volver a salir, ni por buena conducta. Es el corredor de la muerte. Allí pasan sus días más de 300 personas», explica la Unión General de Trabajadores (UGT).

El sindicato, ante el ERE de la empresa, también denuncia que los peritos que están analizando la conveniencia de estos despidos «sólo han analizado el 8% de las campañas existentes en la empresa».

Por ello, los representantes de los trabajadores continúan sosteniendo que el informe que la compañía ha presentado para justificar el expediente de empleo está «hecho a medida para justificar causas, porque es incompleto».

Es más, UGT asegura que luchará «para preservar todos los puestos de trabajo» pese a que Konecta está decidida a aplicar un ERE a casi 600 empleados.

El ERE de Konecta

En términos generales, el ERE va a afectar a unas zonas más que a otras. Ahora, los sindicatos y la empresa realizarán una serie de reuniones para negociar las condiciones. Estos encuentros se alargarán hasta, por lo menos, el próximo 9 de julio. En ese tiempo, los representantes lucharán para que no se sobrepasen algunos límites, como despedir a aquellos que tienen más de 55 años.

La situación que está viviendo Konecta viene de lejos. La compañía tuvo la intención de despedir a la parte de su plantilla que trabajaba para la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) «sin indemnización y sin posibilidad de solicitar la prestación de desempleo», según afirmaron las mismas fuentes en octubre.

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José Luis Escrivá, ex ministro de Seguridad Social, junto a su sucesora, Elma Sáiz.

Los empleados ofrecieron sus servicios durante 10 años a la TGSS. El departamento de Konecta sirvió como contact center a la institución. Sin embargo, el organismo dependiente del Ministerio de InclusiónSeguridad Social y Migraciones decidió internalizar la asistencia telefónica y prescindir de la empresa desde el pasado 6 de octubre.

Konecta interpretó que los empleados eran responsabilidad de la TGSS, según las fuentes. La empresa, «amparándose en el artículo 20 del convenio colectivo», sostuvo que la Tesorería debía haber asumido a esos trabajadores al haber contraído el servicio que ellos prestaban hasta ese momento a través de una contrata. Es decir, que la TGSS se debería haber subrogado como empleador.

Los empleados afectados se concentraron, con un 84% de seguimiento, a las puertas del organismo que dirigía entonces José Luis Escrivá. Tras las protestas, la compañía accedió a negociar un ERTE para los indefinidos, 146 personas. En cambio, los 51 empleados con un contrato fijo-discontinuo fueron suspendidos.

Ahora, cinco meses después, la empresa va a aplicar un ERE que va a afectar a muchos más trabajadores, algo que deja el ERTE de octubre en una anécdota. 585 trabajadores pueden acabar en la calle en los próximos meses, mientras Konecta amplía su plantilla en el extranjero.

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