Reino Unido

SOS de la industria de la moda a Johnson: «O hay una revisión radical de los acuerdos del Brexit o moriremos»

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Reina Isabel II y Anna Wintour en la Semana de la Moda de Londres. @efe
María Villardón

Llamada de S.O.S de la industria de la moda tras el acuerdo del Brexit. Casi 500 personas relacionadas con el sector han enviado una carta a Boris Johnson demandando una revisión de los acuerdos aduaneros, de la libre circulación de personas por Europa, así como una revisión del IVA a los productos enviados a la Unión Europea (UE). De no ser así, advierten en el mismo escrito impulsado por el foro de expertos en moda Fashion Roundtable, «nos enfrentamos a una aniquilación» del sector de la moda británica.

Un sector que, por otro lado, contribuye al PIB de Reino Unido con 35.000 millones de libras esterlinas (casi 40.000 millones de euros) y brinda empleo a casi un millón de personas, según cálculos de Oxford Economics, la misma organización que ya señaló el pasado verano que la pandemia había puesto en peligro alrededor de 250.000 empleos (el 27% de la fuerza laboral).

«La industria está en riesgo de ser diezmada debido al actual acuerdo del Brexit, así como de las actuales políticas actuales del Gobierno. Nuestra industria es próspera, está basada en el liderazgo global, tenemos cadenas de suministro complejas e internacionales, pero, sobre todo, tenemos una profunda relación interconectada con nuestros colegas en el extranjero», detallan los firmantes entre las que están las míticas modelos Twiggy y Yasmin Le Bon, entre otros.

«Hemos sido ignorados a la hora de cerrar el acuerdo del Brexit»

«El acuerdo con la UE ha dejado un enorme agujero en el que, entre otras cosas, se prometía la libre circulación de mercancías y servicios para todos los creativos, incluido el sector de la moda», escriben. De hecho, aducen las voces líderes del sector, que la industria textil tiene un crecimiento del 11% anual, es decir, «contribuimos más al PIB del Reino Unido que la pesca, así como las industrias de la música, el cine y el motor». Sin embargo, se quejan, «hemos sido ignorados en este trato y nuestras preocupaciones han sido pasadas por alto a la hora de tomar decisiones políticas actuales».

Lamentan también que el mercado del Viejo Continente es un espacio clave, no sólo para la exportación, sino para el desarrollo de trabajos in situ a los que van con sólo algunas horas de antelación como, por ejemplo, una sesión de fotos. «Todos los que trabajen en la UE, nuestro mayor socio comercial de importaciones y exportaciones, ahora necesitarán permisos de trabajo costosos para cada uno de los Estados miembro que visitan y una montaña de papeleo para sus productos y equipos».

Sin duda, lamentan, «este es un paso atrás y está fuera de toda realidad.  Desde viajar a la UE para ferias comerciales hasta sesiones fotográficas y espectáculos de gran valor que tienen lugar aquí en el Reino Unido ya se están viendo afectados y están mermando nuestras oportunidades de comercio y viajes». Y advierten: «Las marcas podrían tener que quemar con horror toda la ropa atascada en la UE». 

«Es un paso atrás y está fuera de toda realidad»

Creen, además, que los acuerdos actuales con otros territorios no comunitarios no permiten los mismos niveles de negocio
oportunidad que ya se tenían con Europa, ya que «muchas de las 59.000 pymes industriales no pueden afrontar los costes añadidos de la burocracia. El apoyo es vital si queremos salvar, no sólo los 890.000 puestos de trabajo en la industria textil y de la moda, sino también para mostrar el liderazgo y la fuerza que tenemos en el terreno de la sostenibilidad».

Señalan también que el actual pacto les resta competitividad frente a otras industrias europeas por la presión fiscal sobre sus clientes europeos. «Ahora pagan un 30% adicional sobre el precio del producto, una imposición fiscal que poco a poco va a disuadir a los clientes para que no compren marcas británicas y eso impactará directamente en nuestras pymes», explican.

Explican también que hay demasiadas empresas detrás de la industria de la moda que dan empleo y crean riqueza para el país, desde las fábricas hasta el comercio minorista digital online formado por plataformas de primer nivel mundial. «Somos considerados uno de los países que más negocios y eventos de moda traen a Reino Unido como la Semana de la Moda de Londres, a la que cada año asiste Su Majestad la Reina Isabel II, y creamos puestos de trabajo también para diversidad de gremios como publicistas, editorialistas, músicos, etc».

«La industria de la moda del Reino Unido se enfrenta a una serie de problemas críticos, que sin una atención urgente pondrán en peligro el futuro inmediato y a largo plazo del sector», reza la misiva impulsada por el foro de expertos en moda Fashion Roundtable.

«Queremos salvar nuestra industria»

Son más de 450 personas muy conocidas del espacio de la moda británica, desde firmas más vanguardistas hasta aquellas más asentadas, algunas de ellas –incluso– son marcas centenarias que cuenta con Royal Warrant en sus etiquetas por haber dado servicio durante décadas a la Casa Real de Inglaterra.

«Queremos ofrecer una voz unida para pedir soluciones políticas que ayuden a nuestras marcas a prosperar», exponen. Por ello, prosiguen, «instamos al Gobierno del Reino Unido a que se reúna con nosotros en los próximos días para analizar la actual situación y salvar nuestra industria».

«O hay una revisión radical de los acuerdos o las marcas inglesas morirán»

La situación de la moda es complicada en Reino Unido porque al Brexit se ha unido la bajada de consumo debido a la pandemia del Covid-19. Hace sólo unos días Samantha Cameron, la mujer del ex primer ministro y, paradójicamente, impulsor del referéndum del Brexit David Cameron, se quejaba de los problemas que estaba encontrando en su negocio de moda para comerciar con Europa.

Más tajante fue la diseñadora Katharine Hamnett que advertía que si no hay «una revisión radical de los acuerdos aduaneros, incluido el IVA en todos los productos de la UE, las marcas británicas están abocadas a la muerte».

Otro firmantes de esta carta de S.O.S de la industria de la moda son Sam McKnight, estilista de Lady Diana; la diseñadora Roksanda Ilinčić, creadora fetiche de Kate Middelton o Michelle Obama; John Horner, director ejecutivo de la agencia de modelos Models 1 o el fotógrafo de moda Nick Knight, entre otros.

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