La Seguridad Social se embolsará 290 millones en 2022 por la subida de las cuotas derivada del alza del SMI
La subida del Salario Mínimo Profesional (SMI) pactado por el Gobierno y los sindicatos -sin el apoyo de las patronales- conlleva un alza de las cuotas a la Seguridad Social que pagan las empresas por cada trabajador. Con el SMI en 1.000 euros, las compañías tendrán que pagar 153 euros anuales más por cada empleado que cobra el sueldo mínimo, por lo que, si se multiplica por los 1,9 millones de trabajadores que según el Ministerio de Trabajo se benefician de esta subida, la Seguridad Social se embolsará 290 millones más al final de año.
Pese a que los sindicatos afirman que «son sólo 35 euros más al mes» lo cierto es que el coste real para las empresas es mayor. En el acuerdo bipartito entre sindicatos y Yolanda Díaz, la retribución anual se situa en 14.000 euros en 14 pagas, es decir, que si se proratea en 12 pagas, la subida es de 40,83 euros mensuales. En la actualidad, las cuotas empresariales oscilan entre un 31,4 % y el 37,05 %, por lo que al subir la base salarial, la mensualidad que paga la empresa a la Seguridad Social por cada trabajador se incrementa en 12,82 euros mensuales.
Por tanto, a parte de los cerca de 480 euros que las empresas van a pagar de más por el alza del SMI, también tendrán que desembolsar 153 euros más por cada trabajador en concepto de cuotas a la Seguridad Social. ¿Qué significa esto? Que si multiplicamos esa cantidad por los cerca de 1,9 millones de trabajadores -según los datos del propio ministerio de Trabajo- que se benefician del SMI, la Seguridad Social se embolsará la friolera de 290 euros gracias a este alza en las cuotas.
La subida del SMI no ha estado libre de polémica. Muchas son las voces que alertan de la espiral alcista que está experimentando el SMI en nuestro país: en los últimos tres años el salario mínimo ha experimentado un alza del 30,5%, y en los costes para las empresas en cotizaciones estamos hablando de un 29% frente a la media del 16,3% de la OCDE. Un incremento que lastra la competitividad de las empresas españolas, que se encuentran inmersas en un contexto de aumento de costes, ante el alza de los precios de la energía y de las materia primas como consecuencia de la crisis de suministros.
La patronal no ha querido suscribir este acuerdo. Y es normal. Esta subida afectará por un lado, a los que pertenecen a sectores de actividad sin convenio colectivo ni sectorial, en los que las condiciones de trabajo han de pactarse de manera individual entre el empleador y el empleado. Y por otro lado, aunque son los menos, a los que pertenecen a una actividad con un convenio colectivo cuyos sueldos mínimos se han quedado desactualizados respecto al SMI. Éstos también notarán la subida, porque ningún convenio puede contradecir al Real Decreto que fija el SMI marcando salarios inferiores.