Sánchez situará a España como el país con el mayor déficit ‘enquistado’ de la zona euro en 2021
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Uno de los indicadores que utilizan los economistas para calcular la salud real de las cuentas públicas es el déficit estructural. Es cierto que España disparará el déficit público como consecuencia de la crisis del coronavirus al igual que otros países de la zona euro. El problema es que la economía nacional tendrá en 2021 el mayor déficit estructural -que se podría definir para que se entienda mejor como ‘números rojos enquistados’- de las economías con la moneda única, según las últimas previsiones que ha publicado la Comisión Europea.
La Unión Europea define el saldo presupuestario estructural o déficit estructural de la siguiente forma: «El saldo presupuestario real que descuenta el componente cíclico y las medidas puntuales y otras medidas temporales. El saldo estructural da una medida de la tendencia subyacente en el saldo presupuestario».
Es decir, que es el agujero presupuestario que existiría descontando las medidas puntuales lanzadas durante la crisis del coronavirus o la caída del PIB tan pronunciada que ha sufrido la economía por la pandemia, que es algo coyuntural. Por lo tanto, el déficit estructural sirve para catalogar con más exactitud la gestión presupuestaria del Gobierno de Pedro Sánchez. Y no es buena.
Partiendo de esta base, España pasará de tener un déficit estructural del 4% del PIB en 2019, el peor de toda la eurozona, al 5,2% en 2021, también el peor de la eurozona. La media de la zona euro tuvo un déficit enquistado del 1,1% en 2019 y ascenderá al 2,1% cuando acabe la crisis, muy por debajo de las cifras españolas.
En definitiva, España no está dando ejemplo sobre la gestión de las cuentas públicas a pesar de que ha insistido en sus declaraciones públicas que el desfase presupuestario de este año será por culpa de la crisis sanitaria y que en el arranque del ejercicio se estaban haciendo bien los deberes.
El desfase de 2019
Sin embargo, si se observa qué ocurrió en 2019, un año en el que la economía creció un fuerte 2%, se puede observar cómo la gestión de las arcas públicas necesita mejorar. Para empezar, porque se dieron tres cifras distintas de déficit en pocas semanas, lo que es un foco de incertidumbre importante. Y en segundo lugar, porque España elevó sus números rojos en las cuentas públicas justo cuando el país crecía, el momento más propicio para ser austero y para ahorrar de cara a crisis como las que está viviendo ahora España y la práctica totalidad del planeta.
Esta falta de margen presupuestario es lo que está haciendo que los estímulos fiscales para las empresas esté siendo mucho menos ambicioso que en otros países desarrollados como Francia, Italia o Alemania.
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