Ribera quiere derogar el ‘impuesto al sol’ y acabar con las nucleares y el carbón

Renovables Bolsa aranceles
Molinos eólicos.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quiere derogar el conocido como ‘impuesto al sol’ y fomentar las energías renovables. De esta manera, empezaría a dar pasos para dejar de prolongar energías como la nuclear y el carbón porque considera que «no tienen futuro» y que «ya no tienen sentido».

La nueva ministra ha cuestionado si no es «más sensato» diversificar la economía de las zonas donde se ubican centrales nucleares en vez de «alargar el riesgo» y pensar en «lo que está por venir», para lo que considera que se deben ir preparando «salidas alternativas» para que la gente confíe en su capacidad de tener un «futuro viable».

En declaraciones a La Sexta la ministra asegura que el recibo de la luz sin energías convencionales «no tiene por qué» ser más caro, sino que éste debe ser reorganizado. Ha destacado que ahora la mayor parte de la soluciones renovables tienen ya costes operativos comparables con la mayoría de los sistemas convencionales de generación aunque plantean «otros desafíos» que son la forma de dar salida a otras energías (fósiles) que «ya no tienen sentido pero que han supuesto una inversión previa en décadas anteriores».

Ribera admite que este es un «periodo convulso en el que hay muchas cosas que abordar» y que «no es tan sencillo» pero en su opinión, en vez de poner «puertas al campo» es preciso «abordar con franqueza y responsabilidad, y con una visión de conjunto» y ponerse de acuerdo en cómo hacer esta transición.

Preguntada sobre si el Gobierno apostará por una mayor capacidad renovable, la ministra ha dicho que «no hay ninguna duda» y ha adelantado que entre sus prioridades está quitar el conocido como ‘impuesto al sol’.

Precisamente, sobre este ha destacado que ha sido una de las «cosas más llamativas» en los comentarios de analistas internacionales, así como las dificultades y barreras que no son técnicas sino regulatorias y fiscales para el despliegue de las soluciones «más viables» para una buena parte de los consumos» y para pequeños consumidores.

«Son soluciones que se están generalizando y facilitando en la mayor parte de los países en los que la disponibilidad solar es infinitamente menor que la española», ha comentado al tiempo que ve la necesidad de que España encaje sus recursos energéticos que son «fundamentalmente» sol, viento y «algo de geotermia». «Podemos encajar estas piezas e ir facilitando esta transición», ha valorado.

Carbón

En cuanto al carbón, la nueva ministra también le augura «poco futuro» pero ha mostrado su «preocupación» por el futuro de la población que vive en comarcas cuyo «monocultivo económico» y prosperidad depende de las minas de carbón o de las centrales térmicas.

A su juicio, España debía llevar diez años invirtiendo en la diversificación industrial y económica, y en alternativas que sean atractivas para los jóvenes y la población local en vez de «desperdiciar dinero en mantener situaciones que tienen poco futuro».

«Desde el punto de vista para el impacto del conjunto del planeta, la salud y el cambio climático es difícil pensar que el carbón pueda tener futuro», ha sentenciado.

 

 

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