Repsol avisa al Gobierno que buscará «alternativas» si no hay estabilidad fiscal para invertir en España
Asegura que es la empresa del Ibex 35 que más impuestos paga y achaca el resultado a la crisis por la invasión de Ucrania
Repsol obtuvo un beneficio neto de 2.785 millones de euros al cierre del tercer trimestre, lo que supone una caída del 14% con respecto al mismo período de 2022, en un contexto marcado por unos precios de los hidrocarburos y unos márgenes del refino inferiores con respecto al año pasado, en el que se dispararon por la crisis energética tras la invasión de Ucrania por Rusia.
La petrolera dirigida por Josu Jon Imaz ataca el anuncio de mantener el impuesto especial a las energéticas realizado por PSOE y Sumar en su acuerdo de coalición. Tras asegurar que es la compañía del Ibex35 que más impuestos paga en España, Repsol considera que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España». Repsol avisa al Ejecutivo en funciones que Repsol avisa al Gobierno que buscará «alternativas» si no hay estabilidad fiscal para invertir en España.
Contra el ‘impuestazo’
La energética ha cargado contra la posibilidad de que se mantenga un gravamen a las compañías energéticas y a la banca, recogido en el acuerdo entre el PSOE y Sumar para formar un Gobierno de coalición. Repsol ha advertido de que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar sus futuros proyectos industriales en España».
En un comunicado emitido tras la presentación de los resultados del tercer trimestre Repsol considera que la posibilidad de que se mantenga un gravamen a las energéticas, «que se ideó como temporal y extraordinario, castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país», mientras que «favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España». Por ello, la petrolera considera que, de mantenerse el impuestazo «podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España» debido a la «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país».
En el caso de las energéticas, el impuesto vigente se aplica durante 2023 y 2024, gravando el 1,2% de la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones euros excluidos los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares. La medida ha sido recurrido por las principales compañías del sector, incluida Repsol.
Repsol es la compañía más afectada por el impuesto, con unos 450 millones de euros este año, seguida de Cepsa, con 323 millones de euros; Naturgy y Endesa, con unos 300 millones de euros cada una; e Iberdrola, con 200 millones de euros.
La compañía subraya, que más de la mitad de sus beneficios se destinan al pago de impuestos. La contribución fiscal de Repsol, al cierre del tercer trimestre, alcanza los 10.890 millones de euros, de los que cerca del 70% (7.441 millones de euros) correspondientes a España.
Los tributos propios devengados se sitúan en 3.206 millones de euros y representan más de la mitad de los beneficios (52%). Además, la compañía indicó que contribuyó durante el período con una tasa del Impuesto sobre Sociedades del 37%, muy por encima del tipo nominal aplicable en España -del 25%- y de la media de los países de la OCDE, situándose «como la empresa del Ibex 35 que más impuestos pagó en el país».
Baja el beneficio
El resultado ajustado, que mide específicamente el funcionamiento de los negocios, se situó en los 3.816 millones de euros a cierre de septiembre, con un descenso del 19% frente a hace un año.
La deuda neta de Repsol se sitúa al final del tercer trimestre en 1.855 millones de euros, con una liquidez que alcanza los 10.650 millones de euros, suficiente para cubrir más de cinco veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.
El grupo que dirige, como consejero delegado, Josu Jon Imaz, acelera en su hoja de ruta de remuneración a sus accionistas y anunciado un incremento del 14% en la retribución hasta los 0,4 euros brutos por acción, que hará efectiva en enero próximo. La energética ha adelantado el objetivo de retribución para sus más de 520.000 accionistas que tenía previsto realizar entre 2024 y 2025 dentro de su plan estratégico, que revisará en el primer trimestre del próximo ejercicio tras pulverizar todos sus objetivos. Con ello, Repsol distribuirá con cargo a este ejercicio cerca de 2.400 millones a sus accionistas entre dividendos y reducciones de capital.
El pasado julio, Repsol hizo efectivo un dividendo complementario de 0,35 euros brutos por acción con cargo a los resultados de 2022 que se añadió a la retribución pagada en enero. Con ello, el dividendo en efectivo aumentó el 11% respecto al ejercicio anterior, hasta los 0,7 euros brutos por acción.
Además, la energética tiene previsto reducir su capital social este año en 110 millones de acciones que, sumados a los 200 millones de acciones amortizadas en el ejercicio 2022, representarían un total de 310 millones de acciones, equivalente al 20% del capital social con que contaba en diciembre de 2021 y por encima del objetivo de su plan estratégico 2021-2025.
Repsol destaca que estos resultados al cierre del tercer trimestre permiten avanzar en la transformación del grupo «con el desarrollo de proyectos industriales bajos en carbono, el aumento de su cartera de activos renovables y el lanzamiento de una oferta de multienergía diferencial para los clientes en España».
La inversión sube el 82% en el tercer trimestre
Dentro de este proceso de transformación para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, Repsol ha invertido 4.362 millones de euros entre enero y septiembre. Eso supone un aumento del 82% respecto al mismo periodo del ejercicio pasado, principalmente en proyectos bajos en carbono. El 35% de esta inversión se centró en España, que capta el 41% de las inversiones del grupo, seguido de Estados Unidos, con el 37%.
Repsol prevé finalizar 2023 con una inversión orgánica total de unos 5.200 millones, el 24% más que los casi 4.200 millones de euros que destinó el año pasado. Josu Jon Imaz, califica 2023 como un año de «profunda transformación» para la energética, «con avances firmes en descarbonización y en la consolidación de nuestro perfil multienergético». «En un entorno volátil como el actual estamos obteniendo resultados sólidos, aumentando la retribución a nuestros accionistas y apoyando a nuestros clientes», destacó.