Prisa vuelve a mínimos pese a avanzar en su división de negocios y el mercado prevé más caídas
Prisa ha vuelto a marcar mínimos del año. Pese a pacificar la compañía con la entrada de Vivendi y culminar su diversificación en dos nuevas divisiones, Educación y Medios de comunicación, con el objetivo de vender la división internacional de Santillana y reducir la abultada deuda, los títulos de Prisa cerraron este viernes en 0,778 euros, repitiendo el mínimo de principios de julio. Desde el inicio de año pierde un 15% y suma una capitalización bursátil de 551 millones de euros, frente a una deuda a cierre de junio de 743 millones de euros.
El mercado no prevé una recuperación del valor. Diego Morín, de IG, señala que «desde la recuperación de septiembre del año 2020 y superar el euro de negociación, los títulos vienen desarrollando máximos decrecientes, formando una directriz bajista desde enero de 2021, sin encontrar suficiente demanda para perforar la misma». «Pese a la mejoría cosechada en el primer semestre de 2021, me mantendría fuera del valor hasta que consiga hacer su suelo», explica.
La firma está en una espiral bajista pese a que ya ha refinanciado la deuda y ha vendido buena parte de sus activos. Prisa se ha deshecho de su negocio en Portugal, Media Capital, y de Santillana España, lo que le ha permitido reducir la deuda de más de 1.000 millones a los citados 743 millones. También ha pacificado la empresa, con el golpe de mano de Amber Capital y Telefónica, desplazando al Banco Santander y a Javier Monzón, que ocupaba la presidencia en nombre del banco. Los accionistas del grupo reman ahora en la misma dirección, con la entrada de Vivendi para apoyar al bloque Amber-Telefónica.
Sin embargo, esto no se ha traducido en una mejora de los títulos. Subieron a finales del año pasado y durante el primer semestre, pero han vuelto a bajar y a situarse en niveles desconocidos desde noviembre pasado, fechas previas a que Amber y Telefónica se unieran para tomar el control del grupo de medios.
Incertidumbres
Pese a ese movimiento, la compañía sigue en números rojos -56 millones en el primer semestre- y los ingresos se han reducido en los primeros seis meses del año hasta los 306 millones de euros. La deuda también se ha incrementado hasta junio sobre diciembre de 2020.
Quedan por tanto todavía muchas incertidumbres en la compañía que preside Joseph Oughourlian. El plan pasa por finalizar la separación de las dos divisiones para vender Santillana internacional, pero queda un difícil proceso de dividir las cuentas de las dos filiales y determinar qué parte de la deuda asume cada división.
Además, el futuro de esa división de Educación está menos claro porque la recuperación del sector será más lenta en los próximos años debido al coronavirus, como reflejó un informe de Santander de principios de agosto. Eso significa que, si se vende, el precio baja, y quedaría todavía pendiente una deuda muy alta para que sea ‘salvada’ sólo con la división de medios de comunicación.
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