La plantilla de Imtech acusa a Springwater de discriminación salarial y pérdida de contratos

La plantilla de Imtech acusa a Springwater de discriminación salarial y pérdida de contratos
Empleados de la división de mantenimiento de Imtech Spain manifestándose ante las oficinas de Springwater en Madrid
María Villardón

Una empresa más de Springwater que se arremolina a las puertas de las oficinas del fondo suizo para protestar contra el modus operandi de la compañía. Los empleados de Imtech Spain, propiedad del fondo, se han manifestado hoy a las puertas de sus oficinas para denunciar el retraso en el pago de las nóminas y la pérdida de contratos con clientes.

A los trabajadores de la división de mantenimiento se les adeuda la nómina de diciembre y la paga extra de Navidad, mientras que «la unidad industrial está al corriente de pagos», aseguran los empleados.  Por su parte, los sindicatos aseguran que desde el Springwater ya se les comunicó que apostarían fuerte por industrial y se dejaría de lado la unidad de negocio de mantenimiento. La parte de la plantilla que no ha cobrado ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por discriminación salarial. Desde la firma de inversión insisten en que no son un fondo buitre y explican que no tienen intención de «dejar morir nada».

La incertidumbre es lo que reina entre los manifestantes, todos ellos pertenecientes a la rama de mantenimiento de Imtech Spain, porque «no saben qué pasará con sus salarios o con sus puestos de trabajo», aseguran. Tras Unipapel, Miró, Delion y Pullmantur, ahora el turno de las quejas es para Imtech.

En septiembre de 2015 la firma  de innovación y tecnología era comprada por el fondo liderado por Martin Gruschka, una operación que incluía las filiales de Perú, Marruecos y Chile. La compañía de origen holandés pasaba por graves apuros financieros y solo la división de Reino Unido y España fueron salvadas: Imtech Spain era comprada por el fondo de inversión para revertir la situación. Springwater asegura que el fondo «aspira a convertirse en socio estratégico de compañías en dificultades, a las que dota de herramientas para crecer».

Los trabajadores reconocen que cuando les compró Springwater, no notaron la diferencia, “todo iba más o menos bien, pero en julio de 2016 comenzaron a retrasar el abono de la extra de verano y nunca había habido retraso en los pagos”. El pasado 29 de diciembre estaba convocada una huelga general en toda España como “medida de presión” para el cobro de los sueldos que se les adeudaba. Justo un día antes, en el último minuto, los empleados de la rama de mantenimiento de Imtech Spain recibían en su cuenta el 67% de la nómina de noviembre que les quedaba por cobrar. Los paros generales se frenaron, pero aún se les debe diciembre y la paga extra de Navidad, según los trabajadores.

En cambio, explican los presentes en la protesta, los empleados de la división industrial sí están al corriente de todos los pagos. “Hemos presentado una denuncia en la Inspección de Trabajo por discriminación, a ellos les han pagado todo y a nosotros nos deben dinero”, explica a OKDIARIO un empleado que lleva en Imtech 27 años trabajando. De este modo, aproximadamente 1.200 trabajadores disfrutan de la totalidad de sus nóminas y paga extra, pero unos 500 aún tienen que cobrar.

Deshacerse de la división de mantenimiento

Desde UGT explican que el fondo de Gruschka ha invertido en los últimos meses “en proyectos de futuro importantes en industria” y aseguran que prefieren deshacerse de la división de mantenimiento “pensando que las empresas que van a coger las nuevas contratas se van a llevar a los trabajadores y evitar así futuras indemnizaciones”.

Los empleados aseguran a este periódico que comenzaron perderse contratos y a no pagar a los proveedores. “A principios de noviembre Imtech comenzó a decir a los clientes que no se les podía garantizar el servicio o no se les podía suministrar material, obviamente rescindieron sus contratos”, cuenta un trabajador de la empresa.

Desde Springwater Capital comentan a OKDIARIO que están buscando inversores y que «no tienen intención de dejar morir nada, cuando llegamos a las empresas ya están mal». Además, insisten en explicar que «no es un fondo buitre. Es una sociedad que intenta garantizar la viabilidad de las empresas y, cuando no es posible, pierde el capital invertido y los esfuerzos realizados».

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