Pelea por 6 submarinos en India: Sánchez firma acuerdos en turismo y ferrocarril y Scholz de Defensa
Sánchez firma acuerdos con el Gobierno indio en materia de turismo y ferrocarril
Inaugura una fábrica para ensamblar los aviones C295 vendidos en 2021 por Airbus España
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Olaf Scholz, canciller alemán, miden estos días su fuerza en India para que el Gobierno local decida entre Navantia o ThysseKrupp la adjudicación del concurso para fabricar seis submarinos por 43.000 millones de rupias, unos 4.400 millones de euros. Tras los tres días de visita de Scholz a India y el primero de Sánchez, el líder alemán ha firmado acuerdos para ampliar la cooperación en materia militar con India mientras Sánchez ha acordado actuaciones en materia de turismo e infraestructuras, al margen de inaugurar la planta de ensamblaje de una parte de los aviones C295 que India compró en 2021 a Airbus España.
Un día antes de que el canciller Scholz aterrizara en India, el embajador alemán en India hizo público que su Gobierno había concedido un status militar especial a India, que permitiría reducir los plazos para la venta de armas a India, en pleno proceso de modernización y ampliación de sus fuerzas armadas para defenderse del poder chino en la zona.
Ya durante la visita de Scholz, además de 27 acuerdos en materia de energías renovables, investigación y otras tecnologías, el canciller ha oficializado la apuesta de Alemania por convertir a India en su socio militar. En una declaración conjunta tras la visita, ambos líderes acordaron apoyar «una mayor cooperación a nivel industrial en el sector de defensa», específicamente en «la colaboración tecnológica, la fabricación/coproducción y el codesarrollo de plataformas y equipos de defensa».
Además, a principios de año Alemania levantó las restricciones a la exportación de armas pequeñas y sus repuestos para la India, un paso más en esa colaboración entre los dos países en Defensa. Alemania no permite la exportación de armas pequeñas a países que no estén en la OTAN, a excepción ahora de la India.
Esto ha convertido al país asiático en el tercer mayor importador de material militar de Alemania este año. En los seis primeros meses del año le ha vendido algo más de 153 millones de euros.
Mientras, Sánchez ha inaugurado junto a Modi en Vodadora la plana de ensamblaje de los 40 aviones C295 que India le ha comprado a Airbus España, que debe suministrar directamente desde Sevilla los otros 16 aviones. Es un avance para la industria militar india, ya que ingenieros de este país están en Sevilla formándose. India se ha convertido en el principal cliente del C295.
Al margen de inaugurar esta planta, de momento el viaje de Sánchez se ha centrado en la firma de acuerdos de turismo y de infraestructuras de ferrocarril. En 2026, ambos países organizarán el Año India-España de Cultura, Turismo e Inteligencia Artificial. Se ha suscrito también entre los dos países un acuerdo internacional sobre cooperación y asistencia mutua en materia aduanera, y han firmado un memorando de entendimiento (MoU) para cooperar en infraestructuras ferroviarias.
En juego está un millonario contrato de unos 4.400 millones de euros para construir seis submarinos para la Armada india. Navantia y ThyssenKrupp son los finalistas y el Gobierno indio tiene todavía que decidir qué oferta elegir. Funcionarios indios han estado en Alemania y en España, en las fábricas de ambas empresas, comprobando los detalles de cada oferta.
Sobre todo del sistema de propulsión independiente de aire (AIP), que permite al submarino estar un mayor tiempo debajo del agua. Es una de las claves de lo que quiere la Armada india. En principio, Navantia contaría con algo de ventaja, ya que su sistema tiene las medidas que quiere India -el de ThyssenKrupp es más pequeño y tendría que rehacerlo- aunque es cierto que no estará operativo en la familia de los S80 hasta 2026.
Como han dicho altos cargos del Gobierno alemán, ahora la pelota está en el tejado del Ejecutivo indio. Hace unas semanas, después de las visitas de los funcionarios a las fábricas española y alemana, la prensa local publicó que el elegido era ThyssenKrupp.