Orbán rescata a Magyar Vagon con más de 100 millones de euros tras el fracaso de la OPA de Talgo
La inyección de dinero irá destinada a filiales que fabrican trenes "para evitar la quiebra"


El Gobierno de Hungría, que preside Viktor Orbán, ha decidido rescatar a las filiales de Magyar Vagon dedicadas a la construcción de trenes tras el fracaso de la oferta pública de adquisición (OPA) sobre la española Talgo. En concreto, el Ejecutivo húngaro ha decidido inyectar 40.000 millones de florines (más de 100 millones de euros) «para evitar la quiebra» y seguir suministrando convoyes a proyectos que mantiene en países como Egipto, según explican a OKDIARIO fuentes cercanas.
Si Magyar Vagon hubiera conseguido hacerse con Talgo como pretendía, la empresa húngara se habría hecho con un importante fabricante de trenes y con la tecnología que permite adaptarse a diferentes anchos de vía. Sin embargo, el Ejecutivo español vetó la operación por motivos de «seguridad nacional».
Por ello, los húngaros se quedaron sin un nuevo fabricante de trenes, mientras sus filiales dedicadas a la misma actividad ampliaban sus problemas contables. Ante esto, Orbán ha decidido intervenir para intentar reflotar las mercantiles que ya están en el poder de la compañía.
Así, su Ejecutivo ha emitido dos leyes «para evitar la quiebra del grupo» y salvar el suministro «de 1.350 vagones a Egipto, además de las instalaciones dedicadas a la reparación» de convoyes. Para hacerlo, el Gobierno ha tenido que clasificar a las empresas rescatadas como «estratégicas».
Problemas en Magyar Vagon
Según explican las fuentes, el apoyo del Estado otorgado hasta este momento «no ha sido suficiente» para salvar las cuentas de Magyar Vagon, ni tampoco de las de «las filiales dedicadas a la fabricación de vehículos ferroviarios».
Así, una de las empresas que realizaban esta actividad «debía alrededor de 40 millones de euros a sus socios, unos 20 millones a otras empresas y los pasivos se habían incrementado hasta cerca de los 100 millones de euros, por lo que necesitan esa misma cantidad para liquidar todo el endeudamiento».
Todo esto repercute en las cuentas globales del grupo: «Magyar Vagon tiene unas pérdidas acumuladas de más de 70 millones de euros, pese a contar con ingresos superiores a los 300 millones». De todo ello, las filiales dedicadas a la fabricación de trenes contribuyen con unos números rojos de 90 millones de euros.
Las mismas fuentes insisten en que, para Orbán, la sostenibilidad de este grupo es considerado un asunto de «interés nacional», por lo que está dispuesto a dedicar los recursos necesarios para mantenerlo a flote. Para la empresa, el cumplimiento de los compromisos en Egipto es un asunto clave, pues decidirá el futuro de la compañía y redundará en la posible ampliación de su capacidad de construir y reparar vagones.
Y es que Magyar Vagon tiene una deuda con el banco Exim, dedicado a otorgar crédito, seguros y garantías a empresas húngaras, que pidió para llevar a cabo el proyecto egipcio. No obstante, esa deuda debe devolverse y, para ello, «debe finalizar todos los pedidos». Desde luego, la adquisición de Talgo hubiera allanado el camino para cumplir con estas obligaciones.
Sin embargo, la OPA de la empresa magiar fue retirada tras el veto del Gobierno de Sánchez, dejando a Talgo en manos de la SEPI y de Sidenor (si lo permite la CNMV). En la actualidad, tal y como ha desvelado OKDIARIO, el Ejecutivo se encuentra presionando a CAF para que se fusione con él.