Gobierno de Pedro Sánchez

Un ministerio para satisfacer al mercado laboral

Pedro Duque
Pedro Duque jura el cargo de ministro de Ciencia

El impacto de la tecnología en la sociedad actual y en el mundo laboral exige que los modelos educativos se adapten a la nueva realidad, abracen la tecnología y la enseñanza técnica cobre más importancia, para poder ser un motor económico y de desarrollo social. El nuevo gobierno de Pedro Sánchez da voz propia a una realidad que tanto el sector privado, como los centros de investigación e innovación llevan ya tiempo reclamando.

La creación de la cartera de Ciencia, Innovación y Universidad pone de manifiesto la realidad del mercado actual. El modelo educativo universitario debe convertirse en un punto de encuentro y de formación que permita satisfacer las necesidades del ámbito científico y los sectores que impulsan la innovación actualmente para generar sinergias que les permita convertirse en un tractor de la economía del país. Poner además a la cabeza de este ministerio a un perfil técnico que deberá desarrollar labores de gestión, ejemplifica los nuevos roles a los que se enfrentan quienes eligen una carrera técnica. Ya no vale sólo con obtener conocimientos teóricos, hay que ir más allá y contar con habilidades de negociación, comunicación, gestión y resolución de problemas.

Los profesionales con un marcado perfil técnico (especialistas en tecnología, programadores, ingenieros, etc.) son los profesionales más solicitados en el mercado laboral, y se prevé que esta demanda crezca exponencialmente durante los próximos años. La presencia de la tecnología tanto en el ámbito personal como en el profesional ha conllevado la aparición de numerosas compañías del sector tecnológico y las que ya existían son mucho más numerosas que hace 10 años. Hoy todas las compañías, sean tecnológicas o no, necesitan a tecnólogos

Sin embargo, las empresas se encuentran con graves problemas a la hora de reclutar nuevo talento. Por un lado, una de las grandes reclamaciones que hacen es que no hay profesionales que cuenten con la formación técnica que demanda la realidad empresarial. De hecho, que la Comunidad Europea estima que, en 2020, habrá 500.000 puestos de trabajo de coders no cubiertos en Europa. A esto podemos añadir que, según el informe Immune sobre el estado del Coding, el número de estudiantes que eligen carreras relacionadas con el sector IT está estancado o disminuyendo en los países europeos. Los modelos pedagógicos actuales son poco atractivos para los estudiantes y en España en concreto tienen una tasa de abandono del 35% en la carrera de ingeniería informática.

Por otro lado, las empresas reclaman un perfil profesional preparado para desarrollar roles de gestión y capacidad de análisis, “el perfil de profesional ha evolucionado. No sólo necesitamos que programen y que conozcan lenguajes nuevos, en su día a día deben desarrollar multitud de tareas, trabajar en equipo, gestionar proyectos…de ahí que sea necesario que desarrollen otras competencias profesionales que permitan impulsar el desarrollo del negocio” reconocen fuentes del sector. Además, remarcan que, “la capacidad de un profesional para afrontar y resolver problemas nuevos de diferentes ámbitos que van más allá de los conocimientos teóricos, en muchos casos ya obsoletos, es lo más importante a la hora de contratar estos perfiles técnicos”.

Este problema no es solo un mal de nuestro país, sino de Europa en general: la formación en programación era hasta ahora 100% teórica. Si tenemos en cuenta que la velocidad a la que avanza a la tecnología hace que siempre vaya por delante de lo que se enseña en las facultades, el resultado son unos programas formativos constantemente desactualizados. En Norteamérica la formación de este tipo de disciplinas suele tener un componente 60% teórico y un 40% práctico.

Para motivar a los nuevos estudiantes a elegir estudios técnicos y formar a los profesionales demandados por las empresas actualmente ya están surgiendo nuevos modelos de enseñanza por todo el mundo. Este es el caso de École 42 en París, o el de Holberton en San Francisco, que son 100% prácticos. En España, aunque aún no contamos con una institución formativa que pueda equipararse a estos modelos, está previsto que en enero abra sus puertas Immune Coding Institute, un instituto que nace para dar respuesta a esta necesidad de las empresas y formar a los mejores programadores, CTOs y emprendedores IT.

Estos nuevos modelos promueven una formación global, que incluye el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, además de los conocimientos técnicos. Immune nace con la vocación de formar profesionales TIC con una visión holística de la empresa, capaces de entender las necesidades de negocio de los distintos departamentos de una organización y proponerles soluciones. Actualmente, no hay ningún programa formativo para estos perfiles técnicos que incluya la formación en estas áreas, lo que es clave para su futuro desempeño profesional.

Además, son modelos en los que la relación Empresa – Escuela Formativa es más estrecha y cercana. Las grandes corporaciones, demandantes de este perfil de profesionales tienen, en el caso de Immune Coding Institute, un papel clave en el diseño del programa formativo y colaboran en la definición de proyectos a resolver por los estudiantes, así como empleando a los alumnos durante tres meses de prácticas cada año desde el primer curso.

Sin duda la colaboración entre los ámbitos de innovación y ciencia, y las entidades encargadas de formar a los profesionales que liderarán las industrias en un futuro es fundamental para conseguir un modelo económico sostenible y sostenido. El nuevo nombramiento de Pedro Duque como Ministro de Ciencia, Innovación y Universidad así lo avala.

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