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Miedo en Grifols ante Brookfield: temen que tras los rumores rebaje el precio de la OPA un 30%

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

En Grifols son plenamente conscientes de la delicada situación que atraviesan, pero temen que los canadienses de Brookfield estén aprovechando la rumorología para terminar realizando una segunda oferta inferior a la pactada. Según las fuentes conocedoras de la situación, «el temor reside en que el paso del tiempo beneficia sólo a Brookfield» y el hecho de encontrar «motivos para desconfiar de las cuentas de Grifols abre una grieta en los acuerdos alcanzados». Una oferta que, con el paso del tiempo, podría ser de menos de 9 euros por título.

Existe un preacuerdo entre la familia Grifols y el fondo Brookfield por el que se lanzará una OPA conjunta en el entorno de los 6.000 millones de euros -alrededor de los 13 euros por título y la suma del coste de las acciones Clase B, más una prima- a cambio de la compañía, excluyéndola de bolsa. A precios actuales esos 6.000 millones se pagarían en el entorno de los 10 euros por título, más allá de la cotización actual. Gracias a ese documento, Brookfield tuvo acceso a los libros de cuentas de la empresa, y ahora realiza un exhaustivo análisis de los números de Grifols. A cambio, se le supone y obliga a la confidencialidad, además de otros tantos compromisos adquiridos.

Pero todo lo sucedido esta semana tras las distintas filtraciones y las noticias avanzadas por OKDIARIO tienen «a muchos con los nervios desatados». La familia Grifols tiene depositadas en esta operación las expectativas de saneamiento de la empresa y, de paso, la reestructuración y ordenación de los activos de la compañía y los de Scranton -holding de la familia-, sobre los que hay una gran opacidad.

La OPA conjunta permitiría a la familia mantener el control de Grifols y, a la vez, salir de la complicada situación en la que andan inmersos, pero Brookfield no sigue esa línea.

La visión de Brookfield

Como ya contó este diario, la idea del fondo canadiense es hacerse con la compañía. El atractivo, según las fuentes consultadas, «pasa por la venta en dos bloques de las cuatro grandes divisiones de Grifols», y el objetivo de lograr esa venta en el corto plazo con una rentabilidad alta pasa por tener el «control de la compañía».

De hecho, en la propuesta original se llegó a hablar de firmar un contrato de recompra de acciones en 2026, en una operación a través de convertibles, pero no se llevó a cabo finalmente. «Toda la rentabilidad que Brookfield pueda sacar», argumentan fuentes financieras, «tiene que salir de la venta futura o del rendimiento de la propia compañía en el futuro». Y sin una garantía, «el fondo va a querer comprar, cuanto más abajo, mejor».

El precio de la OPA de exclusión

En esa línea, en Grifols se ha instalado el miedo a que las noticias golpeen la cotización este mes y el próximo, lo que derribaría el precio mínimo al que se puede lanzar la OPA de exclusión -tiene que ser, por ley, la media de los últimos seis meses de cotización-.

Si la OPA termina por lanzarse por debajo incluso de los 9 euros -cerró el viernes en 8,48 a pesar de subir más de un 3%-, será «una buena operación desde el punto de vista de Brookfield». Estaría pagando por los títulos un 30% menos de lo que tenía previsto inicialmente.

Los bajistas se instalan en Grifols

Como en todo río revuelto, hay pescadores que buscan sacar su ganancia. Y hay dos bandos bien diferenciados a la hora de lograr un beneficio a cuenta de los vaivenes de la compañía.

Por un lado están los que esperan ver a Grifols seguir cayendo, que creen que la compañía vale mucho menos de lo que actualmente cotiza, y que sacan beneficio de la caída de la acción. Esta operativa, que se conoce como estar corto en una acción, tiene al menos tres grandes inversores operando en Grifols, con Marshall Wace como principal jugador de este tipo de operaciones.

En el otro lado están los que creen que la OPA y las condiciones acordadas entre la familia Grifols y Brookfield se llevarán a cabo a pesar del ruido mediático. En esa línea está Flat Flooted, que ya tiene un 3,12% de Grifols tras incrementar su participación en la compañía de hemoderivados.

Más allá de los rumores, la realidad es que, si Brookfield continúa encontrando «salvedades» en las cuentas de Grifols, podrá romper los acuerdos firmados de buena fe entre ambas partes. En ese caso, la compañía catalana daría la razón a quienes se pusieron cortos en sus acciones.

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