Las ‘Kellys’ no son las únicas: éstas son las profesiones que podrán jubilarse a los 52 años con pensión


En un importante paso hacia la equidad laboral y la justicia social, el Gobierno ha dado luz verde a una ampliación del listado de profesiones que pueden jubilarse a los 52 años sin ver reducida su pensión. Esta reforma reconoce de manera explícita la dureza de determinados empleos y responde a demandas históricas de colectivos que, durante años, han luchado por obtener el reconocimiento del desgaste físico y emocional que conlleva su profesión.
El nuevo marco legal establece criterios objetivos basados en factores como la exposición a condiciones laborales extremas, la siniestralidad, el uso intensivo de la fuerza física y los niveles de bajas médicas, para determinar qué profesiones califican para esta medida. De este modo, se elimina la discrecionalidad política en la toma de decisiones, otorgando a patronales y sindicatos el papel de proponer nuevas incorporaciones al listado, siempre respaldadas por datos concretos sobre los riesgos inherentes a sus funciones.
¿Qué profesiones podrán jubilarse a los 52 años?
Durante décadas, numerosos colectivos han denunciado las duras condiciones bajo las que desarrollan su trabajo. Hasta hace poco, sólo un reducido grupo de profesionales tenía acceso a la jubilación anticipada sin penalizaciones: mineros, policías locales, ferroviarios, bomberos, miembros del cuerpo de los Mossos de Esquadra, profesionales del mundo taurino y tripulaciones aéreas, entre otros. Ahora, esta política se amplía de manera significativa para incluir sectores que históricamente han sido olvidados en el debate sobre la jubilación anticipada.
Las limpiadoras de hoteles, conocidas como las «Kellys», llevan años visibilizando la carga física y mental que soportan. Este grupo ha sido símbolo de una lucha por el reconocimiento de profesiones feminizadas y precarias. Con jornadas agotadoras, enfermedades musculares frecuentes y una alta incidencia de bajas médicas, su inclusión representa una victoria simbólica y práctica para muchas trabajadoras.
- Agentes de la Policía Nacional: los miembros del Cuerpo Nacional de Policía han sido incluidos en esta reforma debido a las condiciones extremas en las que desarrollan su labor. Su trabajo implica un alto nivel de estrés, contacto frecuente con situaciones violentas y turnos irregulares que alteran los ciclos de descanso.
- Bomberos forestales: estos profesionales desempeñan un papel vital en la lucha contra incendios, sobre todo en áreas rurales y montañosas. Su labor conlleva un esfuerzo físico extremo, exposición prolongada al calor, inhalación de humo y situaciones de riesgo constante.
- Buceadores profesionales: los buceadores que trabajan en entornos submarinos se enfrentan a condiciones especialmente peligrosas. Riesgos como la descompresión, las corrientes marinas, el contacto con sustancias químicas y el uso de maquinaria compleja bajo el agua son parte habitual de su jornada. Por eso, su inclusión en este nuevo sistema de jubilación responde a la necesidad de proteger su salud tras años de desempeño en un entorno laboral de alto riesgo.
- Conductores de autobuses y camiones: el colectivo de conductores de transporte de pasajeros y mercancías suele acumular largas jornadas laborales, muchas veces con horarios nocturnos o cambiantes, lo que genera un gran desgaste físico y mental.
- Las «Kellys» (limpiadoras de hotel): las camareras de piso de los hoteles, han sido una de las voces más activas y visibles en la lucha por el reconocimiento de los trabajos físicos extenuantes. Estas trabajadoras padecen dolencias musculares, lesiones crónicas y altos índices de bajas médicas debido al esfuerzo repetitivo y a la sobrecarga de tareas.
- Miembros de la Guardia Civil: este cuerpo de seguridad realiza tareas de vigilancia, control del orden público y protección ciudadana en todo el territorio, muchas veces en zonas rurales o fronterizas con condiciones adversas. Los guardias civiles están sujetos a turnos exigentes, riesgo constante y tareas físicas que afectan a su salud con el paso del tiempo.
- Operarios de la industria química: los trabajadores de este sector están continuamente expuestos a agentes tóxicos, productos inflamables y entornos contaminantes. Esta exposición prolongada ha sido clave para que se reconozca su derecho a jubilarse antes, protegiendo su salud y dignidad laboral.
- Personal de transporte urbano: conductores de metro, tranvía y autobús urbano, así como otros trabajadores del transporte público, viven sometidos a un ritmo de trabajo muy rígido. La fatiga acumulada y los riesgos asociados han motivado su incorporación a esta reforma para jubilarse a los 52 años.
- Profesionales sanitarios: los sanitarios (incluyendo médicos, enfermeros, auxiliares y técnicos) han estado históricamente expuestos a turnos maratonianos, contacto directo con enfermedades infecciosas, situaciones críticas y una presión emocional intensa.
- Taxistas: los conductores de taxi pasan muchas horas al volante, con largos turnos que afectan su salud física y mental. Enfrentan riesgos en carretera, exposición a posibles agresiones, fatiga acumulada y presión económica.
- Trabajadores de la construcción: quizás uno de los sectores más conocidos por su dureza física, la construcción implica esfuerzo continuo, trabajo en altura, exposición al polvo, ruidos extremos y un clima a menudo adverso. Su inclusión en este nuevo sistema responde a una reclamación histórica del sector.
La reciente ampliación de profesiones con derecho a jubilarse a los 52 año sin penalización representa un avance significativo en la protección de los derechos laborales. La normativa especifica que los trabajadores deben haber cotizado un mínimo de 15 años en alguno de los regímenes contributivos de la Seguridad Social y estar laboralmente activos.