Indra propone a la representación de empleados medidas temporales para aliviar el impacto del COVID-19

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Sede de Indra (Foto: Europa Press)

Indra ha comunicado este viernes a la representación legal de los trabajadores en España el inicio del procedimiento de una serie de medidas temporales con las que busca hacer frente al impacto negativo del COVID-19 en sus ingresos, «de cara a garantizar sus capacidades, su orientación al crecimiento y el mantenimiento de empleo cuando la economía se recupere y la situación retorne a la normalidad», señala el comunicado.

Indra considera «muy importante preservar todo el empleo y sus capacidades para el futuro». Por ello, según han informado, ha planteado esta propuesta de medidas temporales, que permiten «mitigar los impactos del COVID-19 para que no condicionen el futuro de la compañía y así, preservar el empleo y las capacidades, evitando tener que tomar decisiones más drásticas en el futuro, que si comprometerían la recuperación de la compañía y afectarían al empleo y a las capacidades de Indra».

Las medidas temporales, explican, tienen un «alto componente equitativo». Con ellas, la compañía «intenta minimizar el impacto en el conjunto de sus profesionales en España, al suponer la distribución de la carga entre todos ellos, independientemente de que los efectos del COVID-19 no sean iguales en todas las áreas de actividad».

El ERTE propuesto afectaría a una parte de la plantilla en España, y se comenzaría a aplicar gradualmente en función de las necesidades, con pesos distintos en las diferentes áreas del grupo. El ERTE sería mayoritariamente en la modalidad de reducción de jornada.

Una rebaja salarial se aplicaría a todos los empleados no afectados por el ERTE. Esta tendría un impacto creciente, proporcional al sueldo, empezando en el 5% y subiendo de forma gradual hasta acabar en el 25% para el caso del Presidente de la compañía, así como para la retribución del Consejo.

Esta rebaja salarial no se aplicaría a los empleados con sueldos por debajo de 25.000 euros anuales, ni tampoco a aquellos empleados que no estén por encima de las tablas de convenio. Estas medidas temporales han sido tomadas ante la caída de la demanda de algunos clientes y la imposibilidad de ejecutar ciertos proyectos en el extranjero.

La expansión de la enfermedad está teniendo un impacto evidente en numerosos sectores productivos, en algunos casos afectando de forma determinante a la capacidad de ciertos clientes de mantener su actividad tradicional. En este contexto, la demanda de servicios que tradicionalmente presta Indra a estos clientes está bajando, afectando al negocio que Indra tiene con ellos.

Adicionalmente, las limitaciones a la movilidad en España y entre países también está impactando a su capacidad productiva, afectada por retrasos y disrupciones en la cadena de suministros. Además, estas limitaciones de movilidad están impidiendo la ejecución de proyectos en el extranjero, así como completar las pruebas de recepción o puesta en marcha de productos ya prácticamente terminados para alguno de sus principales clientes.

«Aunque estas circunstancias no deriven normalmente en una cancelación de contratos, sí supondrán retrasos de los mismos, lo que afectará a la capacidad de la compañía de facturar, reconocer ingresos y cobrar», explican. La naturaleza de los negocios de Indra hace que una parte muy significativa de su base de costes sea fija, lo que hace necesario gestionar dicha base de costes para poder asegurar las capacidades y el empleo de la compañía en el largo plazo.

En las últimas semanas, Indra ha adoptado medidas extraordinarias en forma de ahorro de costes que se han aplicado en todos sus departamentos comerciales, de producción y corporativos. Las medidas temporales comunicadas hoy a la representación legal de los trabajadores se suman a éstas y facilitan una mayor y más eficaz capacidad de respuesta la compañía para afrontar los impactos ya producidos y anticipar la evolución previsible de la situación creada por el COVID-19.

En los últimos años, Indra ha protagonizado una transformación profunda y completa, que se ha reflejado en una mejora significativa de sus datos financieros y de la generación de capacidades y de empleo, lo que le permite tener un potencial de crecimiento futuro muy atractivo.

Como ejemplo, Indra ha duplicado su inversión y, en concreto, la relacionada con I+D+i ha pasado del 5% al 7% de sus ventas. Y ha generado más de 3.000 empleos netos en España en los últimos dos años, contratando más de 7.000 jóvenes e internalizando alrededor de 1.000 subcontratados.

Gracias a la evolución positiva de su negocio y a la potenciación de sus capacidades, Indra es una compañía con un alto potencial de generación y mantenimiento de empleo de alto valor relacionado con la innovación y la tecnología en los próximos años. Los nuevos programas de Defensa y las capacidades digitales y de ciberseguridad, entre otras capacidades, soportarán gran parte de este crecimiento. Por ello, explican, para Indra es fundamental preservar todo el empleo y sus capacidades intactas para el futuro.

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