Según un estudio de MAPFRE y Cámara de Comercio

La hostelería es el sector que más recicla, que menos residuos genera y el que más implica a la plantilla

6 de cada 10 pymes utiliza materiales reciclados en sus procesos productivos y 8 de cada 10, adopta medidas para reducir el consumo de recursos, como luz y agua, y, por lo tanto, ahorrar costes.

La hostelería es el sector que más recicla, que menos residuos genera y el que más implica a la plantilla

MAPFRE y la Cámara de Comercio han realizado un estudio a través del que han analizado la situación de España en 2019 en materia de economía circular y en el ámbito de la Unión Europea (UE) mediante el estudio de distintos indicadores. Profundiza, además, en la posición de las pymes a través de una encuesta que se ha realizado a 400 pequeñas y medianas empresas de todos los sectores y aporta tres escenarios de creación de empleo vinculado a la economía circular.

El citado estudio detalla, por ejemplo, que más de la mitad de las pymes españolas (54%) no conoce aún en qué consiste la economía circular, una cifra que varía según el sector de actividad y que mejora a medida que crece el tamaño de la empresa. No obstante, y a pesar de ello, las pequeñas y medianas empresas avanzan de forma progresiva en promover este modelo, basado en la reutilización, reparación y reciclaje, que permite extender la vida útil de cualquier producto.

En este sentido, cada vez es mayor el número de ellas que adopta medidas para reducir la generación de residuos (94,4%), así como las que venden o ceden sus desechos a otras empresas para que los aprovechen (56%%), separan en origen una parte o todos los residuos que generan, sobre todo papel y cartón (86,3%) y envases plásticos (50%), especialmente a través de contenedores situados en la vía pública, y recurren a gestores privados cuando necesitan desprenderse de residuos más contaminantes como la chatarra, el aceite y los neumáticos.

También se caracterizan, cada vez en mayor medida, por utilizar materias primas secundarias (recicladas) en sus procesos productivos (60%), principalmente papel y cartón (71,3%); se comprometen más a reducir el consumo de recursos (80%), fundamentalmente de energía y con el objetivo principal de ahorrar; y utilizan materiales y productos con certificados que tienen en cuenta criterios de sostenibilidad (58%).

Pero, ¿qué debemos mejorar? Por ejemplo, destaca el hecho de que las pequeñas y medianas empresas siguen sin tener en cuenta diseños ecológicos en sus productos, clave para lograr incrementar la tasa de reciclaje (21,1%), no eliminan tanto como sería deseable los plásticos de un solo uso (16,2%), y no creen que deban tomar medidas para recuperar y reutilizar el agua (88%), excepto las del sector industrial.

El papel del sector de la hostelería

La hostelería, es claramente el sector en el que las empresas toman más iniciativas para prevenir la producción de residuos y promover el reciclaje, así como el más activo en formar e implicar a sus empleados en esta materia y en exigir a sus proveedores certificados ambientales.

Casi la mitad de las empresas de este sector realizan acciones específicas para separar la materia orgánica del resto de residuos, una acción que no solo permite que se puedan transformar este tipo de desechos en recursos útiles (energía y fertilizantes naturales, entre otros), sino que evita, además, que se descompongan en el entorno y contaminen.

También es el sector que demuestra mayor compromiso a la hora de eliminar la utilización de plásticos de un solo uso (33%), que más apuesta por utilizar sistemas de devolución y retorno (20%), que más iniciativas ha tomado en los últimos años para mejorar la eficiencia energética, que se ha mostrado más proclive a modernizar su maquinaria (40%) y que apuesta más que la media a realizar cortes automáticos de luz y agua (20%).

Más placas solares

Las microempresas (menos de 10 trabajadores) y los autónomos son los que más contribuyen a la hora de reducir el consumo de recursos, probablemente porque esta reducción se traduce en ahorro económico.

Entre las medidas que más adoptan las pymes destaca la sustitución de sistemas de iluminación tradicional por otras que suponen una inversión fácil y rápida, como la tecnología LED, en la que invierten 9 de cada 10 pymes (93%) y que contribuye a reducir el consumo de combustibles fósiles y reduce las emisiones de gases con efecto invernadero.

Sin embargo, según los expertos, no es una opción tan positiva como la inversión en paneles solares, que permitan obtener electricidad y calor de forma gratuita y renovable, y que instalan en mayor medida los autónomos (20%) y las pymes más grandes, con mayor capacidad de inversión (20%).

Separar residuos como en casa

Las pymes del sector industrial son las que más materiales reciclados utilizan en sus procesos productivos, probablemente porque el aprovechamiento del residuo en un aspecto fundamental de su rentabilidad.

Entre las más utilizadas predomina el papel y cartón, seguida de los plásticos, metales y madera. El hábito de separar este tipo de materiales en el hogar facilita que se aborde también en la empresa, un ámbito donde muchas pymes cuentan con contenedores para almacenar este tipo de residuos.

Destaca el hecho de que el 86,3% de las pymes separa en origen el papel y el cartón; el 50%, separa los envases plásticos; el 24,8 %, lo hace con los residuos orgánicos, una cifra que llega al 72,2% en las pymes de hostelería; el 33,5 % separa las pilas y baterías; y el 27,3 %, los residuos electrónicos.

Los residuos generados se gestionan fundamentalmente por dos vías, la de los gestores privados, que se incrementa conforme aumenta el tamaño de la empresa, y la de los contenedores de la vía pública, la opción preferida de autónomos y pymes de menos de 10 empleados.

160.000 empleos antes de 2030

Actualmente, en España, el 2% del empleo está relacionado con la economía circular, una cifra por encima de la media europea (1,71%) que nos sitúa en el puesto número 7 del ranking UE-28.

El informe indica que la expansión del sector del reciclaje generará puestos de trabajo de baja cualificación, pero también, en grado creciente, precisará de empleos altamente cualificados. Dependiendo de la inversión y la evolución normativa relacionada, el estudio plantea tres escenarios de creación de empleo en España relacionados con la economía circular antes de 2030.

El más optimista es el tercero, que aspira a generar 160.000 puestos de trabajo para esa fecha, siempre y cuando se produzca un desarrollo importante de la economía circular, con un aumento significativo del reciclaje, un progreso moderado en reutilización, un avance sustancial en aquellos procesos que permitan restituir productos y venderlos como nuevos y un incremento en la automatización en los procesos.

Con estos avances, España ocuparía el quinto lugar en el ranking europeo, solo por detrás de Alemania, Reino Unido, Italia y Francia.

Luces y sombras en economía circular

España muestra un “buen comportamiento” en competitividad e innovación, situándose en la mejor posición entre los países de la UE-1, junto a Alemania, lo que significa que el esfuerzo realizado en innovación en materia de residuos, que está relacionado directamente con la I+D+i tanto pública como empresarial, es muy importante.

Destaca, además, el “comportamiento excelente” que muestra en generación de residuos urbanos per cápita, ya que entre los países de la UE-15 solo ofrecen tasas mejores que la nuestra Bélgica, Suecia y el Reino Unido.

Por el contrario, España no aprueba en gestión de residuos, un dato que le lleva a ocupar la posición 12ª de la UE-15, según los indicadores seleccionados por la Comisión Europea para evaluar el desempeño de los países en recuperación y reciclaje de residuos.

En esta línea, también hace referencia al volumen total de materias primas secundarias que proceden de residuos ya reconvertidos, en la que España ocupa una “posición media-baja” dentro de la UE-15, con una tasa del 10,2% de circularidad, un valor ligeramente inferior al valor medio de la UE-28 (12,4%), y mide el nivel de intercambios comerciales que se producen de este tipo de materiales y, por tanto, la efectividad de los tratamientos de los materiales de desecho (fin de la condición de residuo), donde “obtiene la 4ª peor posición de la UE-15”, solo por detrás de Grecia, Finlandia, Irlanda y Portugal.

Retos: menos residuos y más reciclaje

La gestión de residuos, que implica desde la recogida, al transporte, selección y reciclaje, es una pieza clave para contribuir a la reducción de emisiones.

Así lo indica el informe, que pone de manifiesto que los objetivos de gestión de residuos de la UE para las próximas décadas son ambiciosos y pretenden reducir los múltiples impactos derivados de una inadecuada gestión, entre los que se encuentra la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono y el metano.

La situación de partida de España para resolver estos problemas es desventajosa. En este sentido, es necesario que las empresas ‘circularicen’ cuantos más tipos de residuos y mayor cantidad lo mejor posible.

Según Eurostat, el comercio de materias primas secundarias o reciclables ha pasado de 4 millones de toneladas en el año 2004 hasta 1,4 millones de toneladas en 2019. También es necesario mejorar la tasa de reciclaje de residuos mezclados, que en 2018 era del 9,6%, “un valor realmente bajo”, y avanzar en la recuperación, es decir en alargar el ciclo de vida de los productos.

En este sentido, el trabajo hace hincapié en que la relación de residuos mezclados respecto a los recuperados por sistemas de recogida separada se sitúa en una proporción de 81%-19% y que el porcentaje de residuos mezclados sobre los totales alcanza el 27,5%, lo que pone de manifiesto que en 2018 se produjeron en España un total de 37.849.000 toneladas de residuos mezclados, la mitad de los cuales proceden de actividades empresariales, y que con mucha probabilidad terminaron en los vertederos.

La deposición en vertedero, según apunta el trabajo, no solo depende de una óptima separación en origen y de una adecuada preparación de los residuos para el reciclaje, sino que es una de las cuestiones a mejorar en nuestro sistema de gestión de residuos.

MAPFRE, Residuo CERO en 2021

MAPFRE aspira a ser una compañía referente en Economía Circular. Para ello, se ha adherido recientemente al Pacto por una Economía Circular, una iniciativa que establece nueve compromisos para promover el ahorro energético de la compañía y reducir el impacto ambiental, así como potenciar productos y servicios con criterios ecológicos que ayuden a reducir la huella de carbono, e implicar a la sociedad para fomentar un modelo de consumo responsable y el reciclado de calidad, entre otros.

En esta línea, se ha comprometido a minimizar la generación de residuos (papel, plástico, cartón y equipos electrónicos, entre otros) en todo el Grupo y conseguir, el año que viene, la Certi­ficación Residuo Cero en el complejo de Majadahonda (Madrid).

Destaca el proyecto MAPFRE Sin Plásticos, en el que en 2019 participó el 80% de los empleados en España y Portugal, y que ha logrado evitar el consumo de un millón y medio de botellas de plástico y de dos millones de vasos de un solo uso.

Ayudar a las pymes a calcular su huella

La realización de este estudio se enmarca en el acuerdo de colaboración suscrito entre la Cámara de Comercio de España y MAPFRE para proporcionar a las pymes asesoramiento, capacitación, apoyo tecnológico e información con el objetivo de mejorar la competitividad y la sostenibilidad del tejido empresarial en España.

Gracias a esta colaboración, que contará con la cofinanciación de FEDER, las pymes podrán calcular su huella de carbono a través de una herramienta específica que, además, les permitirá evaluar su eficiencia energética y grado de implantación de la economía circular en su organización.

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