Aseguran que seguirán subiendo el precio del dinero

Los ‘halcones’ del BCE aceptaron una subida menor de los tipos de interés a cambio de no comprar más deuda

La presidenta del BCE, Christine Lagarde.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde.

El ala dura del Banco Central Europeo, los conocidos como halcones, aceptaron en la última reunión del 4 de mayo una subida menor de los tipos de interés a cambio de dejar de reinvertir la deuda pública de los estados miembros que tiene en su poder y que vaya venciendo. Hasta ahora, y entre marzo y junio, el BCE irá reduciendo su cartera a un ritmo de 15.000 millones al mes, pero a partir de julio, y según la decisión adoptada por el consejo de gobierno de la institución, el BCE dejará que venzan hasta 25.000 millones mensuales para siempre. El importe final entre julio y diciembre ascenderá, por tanto, a 150.000 millones, de los cuales 18.000 millones corresponderán a España.

Según apuntó la propia presidenta de la entidad, Christine Lagarde, durante el consejo del pasado 4 de mayo hubo una intensa discusión entre los miembros del organismo sobre el grado de intensidad que habría que aplicar a la estrategia de endurecimiento monetario. Unos consejeros eran firmes partidarios de elevar medio punto los tipos de interés, otros consideraban que era más prudente que el aumento fuera de un cuarto de punto a la espera de que vaya surtiendo efecto la trayectoria de encarecimiento del precio del dinero iniciada en junio de 2022 con subidas ininterrumpidas hasta pasar del 0% de entonces al 3,75% actual.

En ese momento, los consejeros más partidarios del rigor monetario aceptaron rebajar sus posiciones a cambio de adoptar una clara determinación del banco central para reducir su balance, en el que actualmente se contabilizan hasta cuatro billones de bonos públicos de los distintos gobiernos de la Unión Monetaria, un nivel muy elevado que supone una losa para la entidad y que se ha ido acumulando al albur de los acontecimientos sucedidos en los últimos años, desde el comienzo de la crisis del Covid a la posterior guerra de Ucrania.

Los consejeros más ortodoxos aceptan que estos dos sucesos casi consecutivos han puesto en dificultades a los gobiernos, debilitando la actividad económica y obligándolos a poner en marcha distintos instrumentos para paliar el daño evidente sobre el tejido empresarial y la situación financiera de las familias, pero piensan al mismo tiempo que, en cuanto los riesgos más elevados se han disipado, algunos ejecutivos, y entre ellos el español, no han hecho nada para sanear sus cuentas públicas, han seguido disparando el gasto y no han dejado de incrementar la deuda pública gracias, entre otras cosas, a las facilidades de financiación ofrecidas por el BCE. «Debemos poner fin a este puzle e inducir a los gobiernos a que acepten sus responsabilidades en el manejo de la política fiscal». Esta fue la posición adoptada por los llamados halcones, los gobernadores de los bancos centrales más sensibles a esta posición, como el alemán, el holandés o los de los países del norte, según los medios consultados por OKDIARIO.

Aunque después de la reunión de mayo, el consenso dominante parece ser el de que el BCE se tomará una tregua y dejará pasar un tiempo antes de seguir la escalada, los medios citados aseguran que «seguiremos subiendo los tipos, porque la tarea no está concluida, la inflación sigue estando muy lejos del objetivo del 2%, el índice subyacente muestra una gran resistencia a la baja y no hay de momentos señales de que los gobiernos estén colaborando reduciendo sus déficits». De hecho, las expectativas de los ciudadanos de la eurozona sobre la evolución futura de la inflación han registrado un incremento «significativo», según la última encuesta del BCE entre los consumidores de la zona euro, publicada una semana después de la reunión del Consejo de Gobierno, que moderó la subida de los tipos de interés a 25 puntos básicos.

Según los resultados de la consulta, la mediana de la tasa de inflación percibida por los consumidores durante los 12 meses anteriores aumentó a 9,9% en marzo desde el 8,7% en febrero, mientras que las expectativas para los próximos 12 meses aumentaron, pasando del 4,6% en febrero al 5%. Asimismo, en lo que respecta a la mediana de las expectativas de inflación de los consumidores de la zona euro a tres años vista también aumentaron, desde el 2,4% al 2,9%.

Si los tipos de interés continúan subiendo, las consecuencias directas de ese movimiento serán un enfriamiento de la economía así como un encarecimiento de las cuotas hipotecarias. Actualmente, el euríbor, que es el indicador de referencia para los préstamos dedicados a la adquisición de vivienda, roza el 4%. La realidad es que, por ejemplo actualmente en España, el mercado de la vivienda ya da síntoma de agotamiento. Sin embargo, la actividad económica general ofrece algunos signos de resistencia y la mayoría de los analistas están revisando modestamente al alza las previsiones de crecimiento para este año debido a la fortaleza que está mostrando el turismo y a la buena marcha relativa del mercado laboral.

 

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