La guerra comercial marcará el G20: menos aranceles pero más agresivos
Este viernes comienza una nueva cumbre del G20 en Osaka, Japón, en la que se reunirán los dirigentes de las principales potencias económicas a nivel internacional. En esta nueva reunión estará representado el 85% del PIB mundial. La guerra comercial y el aumento del proteccionismo a nivel global serán los principales temas a tratar junto con el conflicto entre Estados Unidos y China.
Antes de la aparición de Donald Trump en escena, el panorama en términos arancelarios era bastante tranquilo. Sin embargo, su llegada ha revolucionado el escenario y, a pesar de que en el periodo comprendido entre octubre de 2018 y mayo de 2019 el número de aranceles impuestos descendió de 481 a 336, el volumen y cantidad exigida ha aumentado en los últimos meses, según un informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Este incremento, perjudica especialmente a los importadores y consumidores de cada país que deben hacer frente a las consecuencias derivadas de esto, ya que el producto se vuelve menos competitivo.
«Las medidas proteccionistas encarecen los costes de producción del país que ha impuesto los aranceles, por lo que, además de incrementarse el precio de los productos comprados al exterior, se incrementan también los producidos en el interior, lo que acaba por provocar una recesión al acelerar la caída del ciclo económico. A mayores precios menor consumo, lo que implica menos ventas y también menos empleo. Esto nos vuelve a llevar a un descenso del consumo por lo que se convierte en un ciclo», ha destacado Aitor Méndez, analista de IG Markets.
Felipe López, analista de Selfbank, señala que «una apertura en materia comercial, como disfrutamos en el espacio comunitario europeo, tiene el beneplácito de los mercados ya que fomenta el comercio y que las corporaciones puedan vender en el exterior de tú a tú con los productores domésticos. Supone que las empresas disfrutan una mayor facilidad para lograr diversificación geográfica y protegerse si las cosas funcionan mal en sus mercados domésticos, algo que ayuda a la supervivencia de las empresas en el largo plazo».
Reflejo en el mercado
Una de las consecuencias de la cumbre del G20 es que pase lo que pase afectará a la actividad del mercado. Los inversores esperan con gran expectación la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping, que resultará determinante para medir la posibilidad de nuevos aranceles y países involucrados en el conflicto, como podría ser el caso de Europa.
«Cuando comienza el murmullo y los rumores sobre la imposición de aranceles, las reacciones en los mercados no suelen tardar y siempre van en la misma dirección, presionando a la baja a las bolsas. Por ello, todo lo que suponga un enfriamiento del posible acuerdo entre dos potencias como EE.UU y China sentará como un jarro de agua fría a los mercados financieros», ha puntualizado López.
Por su parte Méndez ha añadido que «sin duda un acercamiento entre ambas partes sirve de aliciente al mercado y permite a las bolsas centrarse en el cambio de planes de la Fed, pero el escenario que se descuenta no es el de un acuerdo inminente ni nada parecido. El mercado aplaude que ambas partes se sienten a conversar de nuevo, pero la situación actual no es nada optimista, como demuestra el repunte de los activos refugio como el oro, los bonos, el yen, el franco suizo o incluso el propio bitcoin».