ENERGÍA

El Gobierno admite ahora que la luz subirá entre 4 y 10 euros para más de 10 millones de hogares

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Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, vende ahora que la subida de la factura de la luz oscilará entre 4 y 10 euros para más de 10 millones de hogares, cuando hace escasas semanas -en pleno pico del coste de la electricidad- decía que el impacto iba a ser prácticamente inexistente. En definitiva, ahora reconoce lo que negaba hace una semana.

La propia Ribera dijo que el impacto sería «limitado» pero lo cierto es que este incremento se sumará al resto de costes crecientes como consecuencias de las políticas del Ejecutivo socialista, que están haciendo que la cuesta de enero sea más elevada que nunca. A la subida de la luz hay que sumar, ejemplo, el incremento de las cotizaciones sociales para autónomos y el alza de impuestos incluida en los Presupuestos del Estado para 2021.

Pese a que el Gobierno ha reconocido que la subida de la luz tendrá impacto en la factura de más de 10 millones de españoles, el 40% de los hogares según estimaciones de las organizaciones de consumidores, su estimación tira por lo bajo. De hecho, la OCU hablaba de que el incremento oscilaría entre los 5 y los 13 euros y en el peor de los casos -el menos factible- podría llegar hasta 20 euros.

En concreto, Ribera ha dicho que la subida de la factura de la luz para los consumidores acogidos a la tarifa regulada (PVPC) se ha debido a «la excepcional» situación provocada por la borrasca ‘Filomena’ y la ola de frío, y ha vaticinado que el precio de la electricidad bajará en el próximo mes de febrero y en el segundo trimestre de este año. No obstante, el Gobierno no ha hecho nada para aliviar a los consumidores tras el alza de la factura de la luz, que empezarán a notar en su bolsillo y en sus cuentas corrientes cientos de miles de consumidores en las próximas semanas.

Ribera, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, adelantó que prevé una caída a futuro en el precio de la luz, con un descenso para el mes de febrero del 37% con respecto a los niveles alcanzados durante la borrasca ‘Filomena’ y del 45% para el segundo trimestre. De hecho, vaticinó que para 2022 y 2023, debido a la entrada masiva de renovables al sistema, los precios del mercado energético español estarán por debajo de otros tradicionalmente más baratos, «como el alemán o el francés».

«Distanciarse» para ver el efecto de la subida de la luz en la factura

Ribera considera necesario «distanciarse» para valorar el comportamiento de la factura de la luz, ya que «un dato aislado que nos genera preocupación puede distorsionar la foto de conjunto».

En este sentido, recordó que el sistema de formación de precios de la electricidad en España es idéntico al que cuentan el resto de países de la Unión Europea, basado en un modelo marginalista en el que «el precio lo fija el megavatio marginal, el último que entra en el sistema».

Por tanto, subrayó que «puede haber fluctuaciones de un día para otro, en horas, o en un mes a otro, pero lo importante es poder ver la tendencia».

Además, la vicepresidenta cuarta indicó que este episodio de subida en el precio de la luz solo repercute en los 10,7 millones de usuarios acogidos a la tarifa regulada, ya que al resto de hogares en el mercado libre «les es indiferente».

Abaratar la luz

Ribera ha puesto en valor las medidas adoptadas por el Gobierno desde 2018 en el aspecto regulatorio, que según ella han permitido reducir el coste de la electricidad en ese periodo un 40%, con un ahorro en el recibo de en torno a un 17% -unos 120 euros al año-. Sin embargo, no ha querido enfatizar el pico máximo alcanzado durante el temporal Filomena, una crítica que sí hacía el PSOE cuando estaba en la oposición del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Además, añadió que la evolución del IPC, con un comportamiento negativo, confirma esa tendencia de que el precio de la energía «se ha ido abaratando desde 2018 y ha incidido positivamente en la competitividad de la economía». En realidad el IPC no es un índice que esté mostrando la competitividad de la economía sino el fuerte estancamiento de la demanda, como consecuencia de la caída del PIB, de la pandemia y de las medidas en política de Pedro Sánchez, han llevado al país al borde de la deflación.

Ribera también señaló las medidas puestas en marcha por el Ejecutivo para proteger a los consumidores vulnerables, como la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética o los bonos sociales de electricidad y térmicos, que a finales del año pasado alcanzan los 1,297 y 1,217 millones de beneficiarios, respectivamente. Sin embargo, sus propios socios de Gobierno de Podemos ven insuficientes estas medidas, aunque en realidad la formación de Pablo Iglesias era mucho más beligerante cuando el PP gobernaba.

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