El fondo Keyridge reduce su exposición en Viscofan tras el escándalo medioambiental en EEUU y España

Los fondos han empezado a castigar a los títulos de Viscofan. La gestora irlandés, Keyridge Asset Management, el tercer mayor accionista que hasta ahora retenía un 3,1% del capital (equivalente a 99 millones) en el fabricante de envolturas cárnicas, ha reducido su exposición en Viscofan hasta el 2,5% este jueves tras conocer el escándalo medioambiental en torno de sus fábricas en Danville (Estados Unidos) y que ahora se extiende a sus plantas en Navarra, como ha adelantado este periódico esta semana.
Por otro lado, durante la semana se ha conocido que los analistas de Bankinter han recortado a ‘vender’ los títulos de Viscofan, por lo que reconocen que «la noticia un riesgo reputacional elevado, pudiendo enfrentarse tanto a multas de la CNMV como la pérdida de clientes».
La multinacional que cotiza en el mercado continuo cuenta con el respaldo de los pesos pesados de inversión como BlackRock (2,9%), Bank of America (2,9%), Barclays (1,2%) o Invesco (1%) dentro de su accionariado. El principal accionista, con el 11% del capital, es Corporación Financiera Alba. Los gestores de Wellington Management, por su parte, que retienen una exposición del 2,6% en Viscofan, aunque han explicado a este periódico que no darán una postura sobre sus títulos en la compañía.
En concreto, los títulos de Viscofan llegaron a retroceder un 17% en Bolsa después de que Hunterbrook revelará una investigación que sugería intoxicaciones dentro de sus fábricas en Estados Unidos. La multinacional navarra negó «categóricamente» las alegaciones y explicó que cuentan «con un gran reconocimiento en materia de seguridad laboral» a través de un informe remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). No obstante, un reportaje de este periódico ha hallado que Viscofan ha fallado varias inspecciones realizadas por parte del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra en los últimos años.
En concreto, la agencia advirtió que las plantas «no garantizan un cumplimiento de las condiciones fijadas en la autorización ambiental». A esto se le suma a que el Gobierno ha detectado la «generación de espumas en el cauce del Río Aragón» y señalaron una fuga de agua en las instalaciones que no se ha reparado.