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Ferrovial ha ingresado mucho más por adjudicaciones con los Gobiernos del PSOE que con los del PP

PSOE Ferrovial
Sánchez, González y Zapatero en el último Congreso del PSOE.

Ferrovial ha logrado muchos más ingresos por adjudicaciones en España con los Gobiernos socialistas que con los del Partido Popular. En especial, con los de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, aunque con Pedro Sánchez lleva ingresados ya 1.015 millones, casi el doble de los 555 que le adjudicó el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Lo cual deja en entredicho las críticas del propio Sánchez a la constructora por beneficiarse de adjudicaciones… que él mismo y sus mentores aprobaron.

Así se recoge en los datos recopilados por el diario El País, que también indican que donde la constructora que preside Rafael del Pino batió todos los récords de licitaciones fue en los dos mandatos de Zapatero, quien le adjudicó nada menos que 2.859 millones en obras públicas.

La relación entre Ferrovial y el PSOE viene del padre del actual presidente de la compañía y fundador de la misma, Rafael del Pino y Moreno, y de los primeros años 80, tras la llegada al poder de González, quien acomete su primer gran plan de carreteras y, sobre todo, la creación de la primera red de tren de alta velocidad. Del Pino, cuñado del entonces ministro de Asuntos Exteriores Fernando Morán está muy bien conectado con los jóvenes políticos socialistas y posiciona su empresa para poder participar en el nuevo mercado que se abre.

Del Pino, junto a los Entrecanales -por hablar sólo de la construcción- era reconocido como un miembro destacado de la famosa beautiful people, que no era más que la llegada bajo el Gobierno socialista de la alta burguesía ilustrada a puestos y cotas de poder a las que habían estado vetados hasta entonces.

Para Ferrovial, el tirón de crecimiento corporativo llega tras el derrumbe del fenómeno Mario Conde en Banesto. Esa crisis sirve a Ferrovial para dar el gran salto de dimensión: compra Agromán al banco rescatado por el Santander y accede a las licitaciones que desarrolla el Gobierno de González: el AVE, el primer Plan Nacional de Carreteras, el Segundo Plan de Carreteras y la creación de Enagás para crear la red de gasoductos con la que llevar el gas natural de Argelia a todo el país.

El Gobierno de Aznar, más centrado en ajustar las cuentas del país, dedica menos inversión a infraestructuras, pero mantiene las inversiones en marcha tanto en el desarrollo de la red AVE como en carreteras.

Zapatero, el benefactor

La llegada de Zapatero al poder coincide con fuertes presiones de las grandes constructoras y de grandes críticas sociales ante el mal estado de las carreteras españolas. Zapatero pone en marcha el plan de conservación de carreteras que asegura miles de millones a las empresas del sector. El AVE mantiene su ritmo de crecimiento y se llega la gran burbuja inmobiliaria, que requiere también de grandes infraestructuras y servicios para los nuevos desarrollos urbanísticos. Además del famoso Plan E para tratar de esquivar la crisis financiera internacional a base de gasto público.

Todo lo cual explica las fuertes adjudicaciones del Gobierno de Zapatero a Ferrovial, los 2.859 millones citados. Tras los récords de déficit y deuda de esta etapa, que estuvieron a punto de provocar la salida de España del euro en 2012, Mariano Rajoy tuvo que reconducir las cuentas públicas, lo que redujo a mínimos la inversión en infraestructuras.

Sin embargo, Sánchez ha echado por tierra esa disciplina fiscal, como es bien sabido, y ha vuelto a disparar el déficit y la deuda pública a base de despilfarro y subvenciones. Dentro de este gasto público desaforado también entran las infraestructuras, lo que explica que haya adjudicado ya el doble a Ferrovial que su antecesor.

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