Éste es el sueldo de los presos de las cárceles de España en 2025


Cuando pensamos en la vida en prisión, la imagen que suele venirnos a la mente es la de una rutina monótona y sin muchas oportunidades. Sin embargo, el sistema penitenciario español ha evolucionado en las últimas décadas, prestando más atención a la rehabilitación y la reintegración social. Parte de ese esfuerzo se traduce en ofrecer a los internos la posibilidad de trabajar mientras cumplen condena. Aunque no todos los presos de las cárceles de España pueden acceder a un puesto laboral, aquellos que lo logran perciben una sueldo que, si bien está lejos del salario mínimo, les permite adquirir hábitos, conocimientos y cierta estabilidad.
Actualmente, las cárceles españolas albergan a cerca de 59.000 personas, de las cuales una gran mayoría son hombres. En este contexto, sólo una parte de los internos puede optar a trabajar dentro del sistema, ya sea en talleres, lavanderías, cocinas o en colaboración con empresas externas. El sueldo que perciben oscila entre 3,24 y 5,68 euros por hora. Aunque pueda parecer poco, esta actividad laboral tiene múltiples implicaciones que van mucho más allá del dinero.
¿Cuál es el sueldo de lo presos de las cárceles de España?
Según los últimos datos oficiales de Instituciones Penitenciarias, la población reclusa en España asciende a 58.921 personas. La mayoría son hombres (más de 54.800), mientras que las mujeres representan un porcentaje mucho menor. Por grupos de edad, los presos de entre 31 y 40 años constituyen el segmento más numeroso, lo que refleja que muchas condenas están vinculadas a personas en plena edad laboral.
En cuanto a la procedencia de los reclusos, alrededor del 31,4% son de nacionalidad extranjera. Entre ellos, los marroquíes son el grupo más numeroso, seguidos de colombianos y rumanos. Esta diversidad en los centros penitenciarios plantea retos particulares en cuanto a idioma, costumbres y reinserción social
¿En qué trabajan?
Los internos que desean trabajar deben solicitarlo, y si se aprueba su solicitud, pueden ocupar alguno de los múltiples puestos disponibles dentro de las cárceles. Las actividades laborales se dividen en dos grandes bloques: servicios internos y colaboración con empresas externas.
Entre los empleos más comunes se encuentran los relacionados con servicios del propio centro penitenciario, como lavandería, panadería, cocina o mantenimiento general. También hay talleres de carpintería, mecánica o confección textil, entre otros. En algunos casos, empresas del exterior firman convenios con la administración penitenciaria para desarrollar tareas dentro de las prisiones, permitiendo así una mayor variedad de funciones.
Sin embargo, el número de plazas disponibles es limitado, y únicamente el 20% de los internos logra acceder a un puesto de trabajo. En junio de 2024, unos 11.375 presos estaban empleados en cárceles españolas, según datos del Ministerio del Interior.
El sueldo que perciben los presos en la cárceles de España está regulado por el Real Decreto 782/2001. Éste establece que la remuneración debe calcularse tomando como referencia el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), aunque sin equipararse a él. En 2024, el SMI estaba fijado en 1.134 euros mensuales en 14 pagas, pero el sueldo que percibe un preso está muy por debajo de esa cifra.
En concreto, los internos cobran entre 3,24 y 5,68 euros por cada hora de trabajo. Esto supone, al final del mes, una cantidad que ronda entre los 200 y los 300 euros. Aunque esta cifra pueda parecer baja, hay que tener en cuenta que en prisión la mayoría de los gastos están cubiertos: alojamiento, comida y atención sanitaria.
Más allá del aspecto económico, el empleo dentro de las cárceles cumple una función esencial en el proceso de reinserción. Los trabajos no solo permiten a los internos mantenerse ocupados, sino que les proporcionan una rutina diaria, un sentido de responsabilidad y, en muchos casos, la posibilidad de aprender un oficio.
Este tipo de actividades ayudan a reducir los niveles de estrés, ansiedad y violencia, contribuyendo a un ambiente más estable dentro del centro penitenciario. Además, la experiencia laboral puede servir como carta de presentación una vez que el preso cumpla su condena y busque reinsertarse en el mercado laboral.
¿Cotizan a la Seguridad Social?
Uno de los puntos más polémicos en torno al trabajo penitenciario es que no todos los presos que trabajan cotizan a la Seguridad Social. Esta situación, denunciada por organizaciones como la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, supone un obstáculo importante para quienes desean retomar su vida laboral al salir de prisión, ya que no pueden acreditar experiencia cotizada ni acceso a determinadas prestaciones.
En algunos casos, los convenios con empresas externas sí permiten la cotización, pero en muchos otros (especialmente en trabajos internos), esto no ocurre. Esta desigualdad ha sido objeto de críticas por parte de asociaciones civiles, que piden una reforma legal para garantizar los derechos laborales de todos los internos.
La reinserción social es uno de los pilares fundamentales del sistema penitenciario español. A través del trabajo, los internos tienen una oportunidad real de cambiar su rumbo, adquirir competencias laborales y afrontar el día a día con una estructura. Numerosos estudios han demostrado que los presos que han trabajado durante su condena tienen menos probabilidades de reincidir al recuperar la libertad.