Monedas

Están pagando 2 millones de euros por esta moneda y la puedes tener en tu casa

moneda
Blanca Espada

Quizá lo último que uno esperaría encontrar en una vieja caja de zapatos es una moneda que valga más que un piso de todo lujo. Y, sin embargo, es algo que nos podría pasar. Entre los objetos que acumulamos sin pensar, como esas monedas antiguas que guardamos por si acaso o por nostalgia, podría haber una auténtica joya. No es una broma: hay una moneda en concreto por la que se están pagando hasta dos millones de euros, y alguna de ellas podría estar más cerca de lo que pensamos.

Desde que dejamos atrás la peseta y nos acostumbramos al euro, han quedado muchas piezas sin valor de uso, pero no sin valor real. La numismática, que es ese mundo para muchos desconocido, en el que las monedas se convierten en arte, ha sacado a la luz ejemplares rarísimos que ahora se disputan coleccionistas de todo el mundo. Algunas están en museos, sí. Pero otras están en manos privadas. En colecciones familiares y en definitiva, en casas normales. Y una de las monedas más deseadas y mejor pagadas es el Centén Segoviano, una pieza que no sólo es antigua, sino que es rarísima. Sólo existen ocho. Y cuando algo es tan escaso y además, está tan cargado de historia, es normal que los precios se disparen. Pero lo más llamativo es que, aunque parezca un artículo de lujo intocable, podría estar en alguna casa española, sin que sus dueños lo sepan.

Están pagando 2 millones de euros por esta moneda

Lo que hace que esta moneda sea tan especial no es sólo lo que vale, que ya es una locura. Lo que realmente llama la atención es la historia que tiene detrás. Fue acuñada a principios del siglo XVII, en tiempos de Felipe III, y no era una moneda cualquiera. No la usaban en la calle para pagar el pan ni circulaba como las demás. Era algo más simbólico, una especie de regalo de alto nivel que el rey daba a personajes importantes de la corte. Más un gesto de poder que una forma de pago.

moneda
Centén segoviano. (Foto: Wikipedia)

Además, no es precisamente pequeña. Todo lo contrario. Tiene unos 71 milímetros de diámetro y pesa unos 340 gramos, lo que en su día equivalía a cien escudos. Hoy en día, su valor está por las nubes. Se han llegado a pagar hasta dos millones de euros por una de estas piezas. Y no sólo por su tamaño, sino por cómo está hecha: lleva la cruz de Jerusalén, los escudos de la Monarquía Hispánica, y una inscripción en latín que dice Phillipus III Dei Gratia. Era una forma más de mostrar el poder que tenía el imperio español en ese momento.

De moneda real a codiciada por coleccionistas

Algunas de estas piezas están en museos como el Arqueológico Nacional o la Casa de la Moneda, donde se pueden ver de cerca. Pero no todas están bajo vitrinas. Hay otras que siguen en manos privadas, y quién sabe, puede que alguna más esté todavía por ahí, sin que nadie haya reparado en lo que realmente vale. Hay familias que heredan cosas antiguas sin saber muy bien lo que tienen, y estas monedas, si no eres experto, pueden pasar desapercibidas.

En 2009, una casa de subastas en Barcelona, Aureo & Calicó, pagó 800.000 euros por uno de estos Centenes. Otro coleccionista suizo llegó a ofrecer 944.000 euros por otro ejemplar. Y eso fue hace más de una década. Desde entonces, el mercado numismático ha crecido, los coleccionistas son más, y las cifras, aún mayores.

Lo normal es pensar que algo tan valioso nunca va a estar en manos de uno. Pero la realidad es que muchas veces lo está. Hay monedas heredadas, intercambiadas en mercadillos, o simplemente guardadas por costumbre, que con el paso del tiempo han ganado un valor que nadie imaginaba. No hace falta tener un Centén para tener una moneda valiosa. En España, por ejemplo, todavía quedan pesetas que podrían valer cientos o miles de euros, según su rareza, estado de conservación y año de emisión.

De hecho, y según algunos cálculos, más de 1.500 millones de euros en pesetas siguen guardados en casas de particulares. Algunas no valen nada, claro. Pero otras sí. Por eso, si tienes una pequeña colección, aunque sea pequeña, no la descartes sin más. Puedes consultar a un experto en numismática y quién sabe, a lo mejor tienes todo un tesoro y ni los sabías.

La posibilidad es remota, sí. Pero no imposible. Hay monedas valiosas escondidas en cajas olvidadas, en el fondo de un cajón, entre viejos papeles. Muchas veces no se reconocen a simple vista. Y aunque no se trate del Centén Segoviano, puede ser otra pieza de las que hoy están muy cotizadas. Así que, si tienes monedas antiguas, no las menosprecies. Revísalas ya que en esto, como en tantas cosas, lo importante no es sólo lo que se ve, sino la historia que hay detrás.

Lo último en Economía

Últimas noticias