España; ¡moderación VS radicalismo!

Feijóo Pedro Sánchez
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo

“En la naturaleza de las innovaciones está implícito el vértigo de emprender grandes cambios para poder dar grandes saltos. El mejor camino para que una nación se proyecte mejor en el futuro es que definitivamente asuma que sólo innovando podrá alcanzar a los países más prósperos” Joseph A. Schumpeter.

Dice el manual de la propaganda que si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en una aparente verdad, una idea, es como un virus. Resistente. Altamente contagiosa. Una vez que una idea se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla. Una idea completamente formada y entendida que se aferra…

Esta parece que ha sido la dantesca premisa de los líderes políticos de los principales partidos de nuestro país, dando una imagen de reproches y argumentos vanos, que se acercan más al patio de la escuela, que a un debate serio el cual pretenda explicar y exponer las propuestas que deben liderar a nuestro gran país. Lejos de confrontar estrategias, las recriminaciones que estamos viendo acerca de quién es más mentiroso han inundado las redes sociales de memes infantiles de Pinocho, que en mi opinión dan verdadera vergüenza ajena. Desde la humilde autoridad de tener una voz para nada partidista, moderada y extremadamente liberal, sé distinguir perfectamente lo que me gustaría como libertaria; un Estado reducido a la mínima expresión. Lo que desearía como utopía; la anarquía del capital privado y lo que quiero para estas próximas elecciones, siendo realista.

Lo cierto es que si dejamos de lado los reproches políticos de un bando y del otro, la realidad es que las acusaciones entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo han dejado una peligrosa escena para lo que supone otorgar un peso importante a las minorías radicales de España. Sánchez pone toda la carne en el asador desafiante; ”SUMAR y PSOE o PP y VOX”. Demonizar a VOX como extrema derecha y tratar al PP como derecha extrema es un ejercicio de propaganda perjudicial, que creo, que el PP y VOX deberían combatir seriamente ya que; ¿acaso pactar con comunistas no es igual de peligroso que pactar con los partidos supuestamente fachas? Obviamente no entiendo esa premisa ni yo utilizaría tal terminología, pero simplemente parafraseo los dóciles argumentos de una izquierda sin argumentos que saca todo el arsenal para crispar y dividir. Sinceramente, me parece una irresponsabilidad política seguir crispando y agitando una España dividida, que nuestra constitución había logrado unir.

La crispación agita y divide, en mi opinión dicha división radicaliza a las personas y la radicalización de las ideas no conlleva a nada positivo. Explica mi admirado Gustave Le Bon en su obra ‘Psicología de las masas’, que para manipular a las masas hay que apelar más a las emociones que a la reflexión de manera que a través del miedo, la esperanza, y la ilusión, entre otras emociones, sea más sencillo implantar normas de comportamiento entre dichas masas.

Está claro que estas elecciones nos van a llevar a esta peligrosa encrucijada, la del radicalismo, en el que las minorías pesan más que las mayorías y que han sido un lastre para el gobierno actual. Sin embargo, entiendo que el PP y VOX deberían haber sacado ya ciertas conclusiones acerca de la importancia de las minorías en nuestro país, puesto que existen más sensibilidades más allá de las mayorías y para formar gobierno no se las puede dejar de lado, por favor ¡atiendan señores! Esto se ha convertido en un “todos contra todos» y un “que cada uno haga valer sus escaños”, sean 50, 100 ó 2. El efecto bisagra puede hacer valer más 2 escaños, que 100 y eso es absurdo e injusto, se mire por donde se mire. Y si hay algo que personalmente odio son las injusticias.

Aquí estoy muy de acuerdo con Feijóo, sea un arma electoral o sea una convicción política, considero que España debería centrarse y moderarse, entendiendo que es mejor un gobierno en minoría que un gobierno en coalición. En cierto modo, es justo que el partido más votado gobierne, ¿no? A su vez, es justo que el segundo partido más votado se abstenga y haga una oposición basada en grandes pactos de Estado. Pero también es justo que la fuerza mayoritaria pueda apoyarse en minorías en aspectos clave donde existan diferencias insalvables. Este hecho facilita los grandes pactos de Estado en los que las amplias mayorías salen ganando y facilitan acuerdos entre mayorías. Si gana un gobierno de izquierdas moderado puede girar a la izquierda radical. Si hubiese una mayoría de derechas, el gobierno podría apoyarse en el extremo de la derecha, a convenir. Esta justicia democrática y de sentido común daría fuerza a las minorías sin dejarlas abandonadas, y otorgaría todo el peso de la justicia democrática a las amplias mayorías. ¿Necesitamos una Ley de vivienda? SÍ. ¿Necesitamos una Ley contra la violencia de género? SÍ. ¿Necesitamos una reforma de las pensiones? SÍ. ¿Acaso creemos que el país va a estar contento si dejamos de lado la mitad de la población girando hacia los extremos? Lo dudo.

Por ello, y otros factores hoy les hablo de irresponsabilidad política, puesto que ahora ¿quién dará su brazo a torcer? Al Parlamento se va a parlamentar y a llegar a acuerdos para nosotros, los ciudadanos. NO se va a hacer el paripé sobre debates que ya están escritos antes de ser votados. España necesita moderarse y centrarse, volver a la senda del sentido común y entre todos, dejar las ideas partidistas de lado y entender con empatía que si decidimos ser demócratas, ¡debemos serlo con todas sus consecuencias! y para mi sinceramente, la tesis de la idea del pacto de Feijóo me parece una de las propuestas más sensatas, sinó la única, que se ha planteado en esta campaña electoral. Eso sí, siempre que se cumpla y no sea una cortina de humo propagandística.

Al fin y al cabo, no deberíamos olvidar que el camino del desarrollo de una nación se acelera con la innovación. Que existe en la naturaleza de la innovación el vértigo implícito en emprender grandes cambios, y que los grandes cambios suelen provocar grandes avances. Yo propongo una era de cambio y moderación, sentido común y dejar los radicalismos para otras plazas, que no para algo tan fundamental como la política. España se cita este 23J entre el radicalismo de los extremos y la moderación de una izquierda y una derecha de centro. ¿Quién ganará? ¡Hagan ustedes sus apuestas señores!

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