Las energías renovables no son rentables sin subvención a no ser que se elimine el impuesto al sol
Las energías renovables ha perdido peso en el mix energético español en lo que a producción eléctrica se refiere. La participación de estas fuentes en la generación se ha reducido en un 12,6%, lo que supone la primera caída de los últimos años. Así lo revela un reciente informe de Funcas, que apunta que sin subvenciones las compañías eléctricas no van a invertir en renovables, por no ser rentables. La única forma de impulsar este tipo de fuentes es eliminar las restricciones al autoconsumo, es decir, el denominado “impuesto al sol”.
El estudio elaborado por Autor Ciarreta, María Paz y Aitor Zurimendi, arroja un dato revelador: la generación eléctrica mediante la quema de carbón se ha disparado un 25% en el último año. La causa es sencilla: la regulación obliga a las empresas generadoras a utilizar esta fuente que, además de ser altamente contaminante, es ineficiente.
Al mismo tiempo se produce un descenso de la producción de electricidad con energía eólica, del 5%, a pesar de que España está plagada de molinos que han ido instalándose como consecuencia de las fuertes primas que se han aplicado a las renovables, y que al final se han traducido en aumentos de las facturas que pagan los consumidores que ahora se están revirtiendo gracias a la retirada de las subvenciones. El fin de las primas con la Ley 24/2013 “ha supuesto una importante reducción del gasto en incentivos y se ha producido un ahorro de costes entre 2014 y 2015”.
Sin embargo, el informe de Funcas no está de acuerdo con todas las medidas adoptadas por el Gobierno en materia energética y critica especialmente el denominado “impuesto al sol”. Se trata del Real Decreto que aprobó el Consejo de Ministros a finales del pasado año y que supone un golpe para todos los hogares que apuestan por la generación particular de electricidad para atender sus necesidades de energía.
La nueva norma obliga a las familias y a las pequeñas empresas que apuesten por el autoconsumo y que estén conectadas a la red eléctrica a pagar un canon por el uso de la misma, aunque no realicen consumo alguno. Es decir, que deben pagar a las compañías eléctricas por usar el sol.
Sólo los consumidores que puedan disponer de un tejado propio, como las viviendas unifamiliares y las naves industriales, pueden desconectarse totalmente de la red de suministro eléctrico. En el caso de las comunidades de vecinos no es posible salir del sistema, por lo que todo aquel que opte por el autoconsumo pagará los correspondientes peajes a las eléctricas y los impuestos al Estado.
Para los autores de Funcas, resulta conveniente eliminar dicha prohibición, máxime ante el fuerte descenso que las renovables han experimentado en la participación de la producción de energía al que nos hemos referido anteriormente.
“Aunque, en su conjunto, la reciente regulación del sector eléctrico ha resuelto problemas en el funcionamiento del mercado, como el déficit tarifario y la fijación de precios al consumidor, también ha introducido elementos controvertidos, como la normativa de autoconsumo que, en opinión de los autores, es claramente mejorable”, señala el estudio de Funcas.
A este respecto, el organismo indica que la regulación podría mejorarse, por un lado, mediante la adopción de un “sistema de balance neto”, similar al que existe en países como Austria, Dinamarca, Portugal, Grecia, Italia, Alemania o incluso Estados Unidos. Su funcionamiento en sencillo: permitir a los usuarios verter a la red el excedente de energía producida y luego recuperarla para un consumo futuro.
“De este modo, solo pagaría el balance neto de energía efectivamente consumida del sistema, si el saldo es negativo para el consumidor. Y, en cualquier caso, se pagaría una cuota por la disponibilidad.”, señala el informe.