Endesa prevé culminar el cierre de todas sus centrales de carbón en 2027
Endesa prevé culminar el cierre de todas sus plantas de carbón en 2027, tres años antes de lo previsto, y ha elaborado un plan para mitigar el impacto del desmantelamiento de estas instalaciones térmicas sobre las zonas en las que se ubican.
Según ha explicado la eléctrica en un comunicado remitido este sábado, estos proyectos, enmarcados en el denominado Plan Futur-e, consistirán en ayudar en la búsqueda de empleo para el personal afectado, emprender iniciativas de reciclaje profesional, fomentar proyectos renovables en la zona y desarrollar medidas de eficiencia energética en las localidades.
Endesa ya tiene tres centrales de carbón en proceso de desmantelamiento -Andorra (Teruel), Compostilla (León) y Carboneras (Almería)-, ha solicitado el cierre de As Pontes (A Coruña) y ya tramita el cierre de Es Murterar (Baleares).
En 2019, Endesa anunció que dejaría de operar todas sus centrales de carbón en la península, incluidas aquellas en las que había efectuado inversiones, ante el encarecimiento del combustible derivado de los nuevos mecanismos del mercado de derechos de emisión de dióxido de carbono.
La central térmica ‘Teruel’, situada en Andorra, fue construida entre los años 1974 y 1979 con objeto de llevar a cabo un uso extensivo de los lignitos negros procedentes de explotaciones situadas en la cuenca minera turolense, mezclados con carbones de importación. Durante sus cuatro décadas de actividad produjo 224.000 GWh, equivalentes al consumo de electricidad peninsular durante un año.
Endesa presentó el 19 de diciembre de 2018 la solicitud formal de cierre. En paralelo a la solicitud de cierre, la compañía presentó de forma voluntaria un Plan de Futuro destinado a compensar los efectos del cierre a través de diversas medidas concretas para promover el desarrollo de actividades económicas y generación de empleo en la zona de la central.
Desmantelamiento
En 2020 la central paró definitivamente, empezándose a aplicar el plan Futur-e para emplear a los trabajadores de la propia central y de la zona en las tareas de desmantelamiento.
El desmantelamiento de esta central, así como las del resto de Endesa, es una operación de gran complejidad técnica que movilizará alrededor de 200 personas de mano de obra directa en cada planta, que se ocuparán de los trabajos durante 48 meses. En todas las plantas se aplicará el denominado sistema de demolición selectiva para segregar y caracterizar cada uno de los cientos de miles de toneladas que conforman el volumen de la demolición. Este método de demolición junto con la aplicación de la economía circular en la gestión de los residuos permitirá un aprovechamiento máximo de los residuos, bien para su posterior reutilización como segundo uso o bien como materia prima.
El equipo humano que se ocupará durante 4 años de los trabajos de desmantelamiento procede, en su mayoría, de antiguas empresas contratistas o de residentes en la zona, ya que Endesa, dentro de su compromiso con la sostenibilidad, ha dado prioridad en el concurso de adjudicación de cada obra a las ofertas que incluyesen el mayor número de trabajadores locales.