Endesa abre la puerta a cubrir la desinversión de Iberdrola en las centrales nucleares españolas

Nucleares
Central nuclear de Ascó.

Endesa valora adquirir las participaciones que ponga en venta Iberdrola de las sociedades que gestionan las centrales nucleares en España, de forma que pueda mantenerse esta fuente de energía en el mix español aunque el grupo que preside Ignacio Sánchez–Galán deje de apostar por ella debido a las trabas regulatorias y la elevada fiscalidad.

Según han confirmado a OKDIARIO fuentes del sector energético, esta cuestión «se ha puesto sobre la mesa de manera informal» en el seno del Consejo de Administración de Endesa, aunque el elemento clave es la rentabilidad. Es decir, que cualquier operación que pueda interesar a la empresa que preside Borja Prado se hará «si el precio es atractivo y permite amortizar la inversión».

Esta opción podría ser una salida al callejón regulatorio creado por el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, con el diseño de un proyecto de Real Decreto que dificulta (o directamente prohibe) a las compañías que cierren centrales atendiendo a criterios de mercado. Tanto las propias empresas como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) critican la nueva regulación por ser «discrecional» y «atentar contra la seguridad jurídica», entre otras cuestiones.

Este proyecto normativo se suma al castigo fiscal y a las actuales exigencias regulatorias que sufre la actividad de generación de energía nuclear en España, cercenando entre el 50% y el 60% de la facturación. Las empresas solicitan una rebaja de las tasas, impuestos y tributos que minan esta actividad y, por el momento, Nadal sólo ha indicado que «esta dispuesto a estudiar» enrocándose en una postura oficial que cuestionan las compañías: que la generación de energía nuclear es rentable.

Endesa e Iberdrola han publicado varios informes en los que muestran que la postura del ministro es errónea y que el dinero en la generación nuclear «no cae del cielo», utilizando la misma expresión que empleó Nadal en el Congreso hace poco más de un año. De hecho, Iberdrola está considerando la venta total o parcial de sus reactores para centrarse en otros negocios con más potencial de crecimiento como la energía renovable y el mercado estadounidense.

Y es aquí donde entra en juego Endesa, compañía que ha sigue defendiendo que las centrales agoten toda su vida útil y que se mantengan en el mix energético por su garantía de suministro, su nula emisión de gases que provocan el denominado efecto invernadero y, no por último menos importante: porque permiten mantener contenido el precio de la electricidad.

Este diferente enfoque a la hora de apostar por la generación nuclear es el que abre la puerta a que Endesa adquiera las participaciones que venda Iberdrola. La compañía que dirige Sánchez–Galán controla el 52,7% de la sociedad que gestiona las centrales de Almaraz (I y II) y la de Trillo (48%) y tiene un peso significativo en las de Vandellós II (28%) y Ascó (15%).

No obstante, para que Endesa realice estas inversiones se deberán despejar varias incógnitas, como la citada rebaja de la fiscalidad y que se deje de demonizar la energía nuclear por parte de los poderes públicos.

Aunque Nadal expresa más veces en privado que en público que es necesario mantener esta fuente de energía en España en los próximos años, la postura en contra del PSOE genera una inseguridad adicional para las empresas del sector y los inversores. La ausencia de un Pacto de Estado en materia energética es un importante elemento desestabilizador para el sistema de generación y suministro de electricidad.

No obstante, en las filas socialistas hay excepciones, como la del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández–Vara, que es de los pocos responsables políticos que admite que en la actualidad el objetivo de generar energía al 100% con fuentes renovables no es posible y que sólo se deben cerrar las centrales cuando existan alternativas seguras y reales.

Las fuentes consultadas indican que Fernández–Vara no está sólo y que existen muchos parlamentarios del PSOE que saben que las fuentes tradicionales (como el gas o la nuclear) son indispensables para tener un suministro de electricidad de calidad a precios asequibles.

Y es que no prolongar la vida útil de las centrales nucleares que están operativas en España generará un incremento mínimo de la factura eléctrica del 26%, un impacto inasumible para los hogares y las empresas que se traduciría –además de en una pérdida de calidad de suministro– en una reducción de la renta disponible, en menos competitividad de la economía española y en el citado aumento de las emisiones.

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