El desplome de la lira hace añicos a los equipos de fútbol turcos: no pueden pagar a sus jugadores
La lira acumula un desplome del 25% frente al euro en 2018. Si bien es cierto que en los últimos meses ha remontado, la divisa turca ha generado vaivenes en prácticamente todos los mercados.
La lira acumula un desplome del 25% frente al euro en 2018. Si bien es cierto que en los últimos meses ha remontado, la divisa turca ha generado vaivenes en prácticamente todos los mercados. Tanto es así, que varias empresas españolas con exposición a Turquía ha visto cómo sus resultados han salido mermados de la crisis otomana. Pero también el fútbol se ha visto sacudido por las caídas de la lira, toda vez que los mejores futbolistas que juegan en Turquía cobran en euros, motivo por el cual a los clubes turcos les ha costado sudor y sangre pagar sus nóminas.
Enormemente endeudados, los principales equipos de la Superliga turca atraviesan una crisis casi tan grande como la divisa de su país. El exmadridista Pepe ha sido la última de las grandes estrellas en abandonar, por sorpresa, la Liga de fútbol de Turquía. Tal y como apuntan varios medios otomanos, de hecho, el futbolista portugués ha pagado las nóminas a varios de los empleados de un club que ve cómo la depreciación de la lira agudiza aún más si cabe sus graves problemas financieros.
Negredo, Fabricio o Tosun, en los últimos meses, también se han visto obligados a salir del Besiktas, equipo al que también pertenecía hasta hace sólo unas semanas Pepe. En 2015, de hecho, el club turco fue sancionado por la UEFA por incumplir el Fair Play Financiero, que fue establecido por el estamento europeo.
Pero Galatasaray, Fenerbahçe o Trabzonspor también atraviesan una importante crisis financiera que evita que sus clubes, históricos de la Champions League, no estén donde siempre han estado.
Recep Tayyip Erdogan, primer ministro turco, llevaba tiempo presionando al Banco Central de la República de Turquía (BCRT), tratando de evitar una subida de tipos por parte del organismo que, sin embargo, sí lanzaba mensajes de que, tarde o temprano, acabaría elevándolos. Y así fue. El pasado mes de septiembre el BCRT anunció un incremento del tipo de interés de referencia a una semana del 17,75% al 24%, lo que, ciertamente, ha logrado frenar la fuerte depreciación de la lira turca, que llegó a acumular un desplome del 40% en 2018.
El motivo de tal ‘desobediencia’ por parte del organismo central turco fue el repunte de una inflación que llegó a rozar el 20% interanual, muy por encima del objetivo del Banco Central otomano, que aspiraba a dejarla próxima al 5%. «El Banco Central de la República de Turquía continuará usando todos los instrumentos disponibles para perseguir el objetivo de la estabilidad de los precios», aseguró entonces la entidad que, entonces, subía por tercera vez los tipos en lo que va de año.