SMI

CEOE y CEPYME proponen subir el SMI un 1,5% en 2026 al considerar que ya supera el 60% del salario medio

Una subida que situaría la renta mínima en 16.824 euros brutos anuales

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El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en Málaga. EFE
Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

La CEOE y CEPYME han planteado este martes una propuesta formal para elevar el salario mínimo interprofesional (SMI) un 1,5% en 2026, una subida que situaría la renta mínima en 16.824 euros brutos anuales, equivalentes a 1.202 euros mensuales en 14 pagas. El planteamiento llega tras una reunión extraordinaria de su Comité Ejecutivo y supone poner cifras sobre la mesa antes de que el Ministerio de Trabajo abra el diálogo social para el próximo ejercicio.

El posicionamiento empresarial, sin embargo, llega acompañado de un aviso: según sus cálculos, el SMI ya supera el 60% del salario medio neto (el umbral que marca la referencia habitual del Gobierno tras la recomendación de la Comisión Europea), por lo que no habría motivos técnicos para una nueva revalorización. Aun así, la patronal defiende este incremento moderado del 1,5%, «en línea con la subida prevista para los empleados públicos», y compatible con los objetivos de la Directiva Europea de Salarios Mínimos.

La patronal cuestiona el cálculo oficial

En el comunicado remitido este 9 de diciembre, CEOE y CEPYME critican abiertamente la metodología empleada por el Ministerio de Trabajo para fijar el salario medio de referencia. Denuncian que la Encuesta de Estructura Salarial (base utilizada por el grupo de expertos que asesora al Gobierno) excluye sectores como la agricultura, la ganadería, la pesca o el trabajo doméstico, altamente intensivos en mano de obra y donde el SMI tiene un peso especialmente elevado.

Al dejar fuera estos segmentos, sostienen, el salario medio resultante es superior al real, lo que provoca «una distorsión al alza» cuando se fija la retribución mínima. Por ello, la patronal reivindica la Encuesta de Población Activa como la referencia adecuada, tanto por incluir a estos sectores como por ofrecer datos más actualizados, ya que la última EES recoge cifras de 2023, mientras que la EPA incorpora información de 2024.

Según sus cálculos, tomando la EPA como base, el SMI que correspondería en 2025 sería de 15.760 euros brutos anuales, es decir, 816 euros menos que la cifra vigente. En términos relativos, el salario mínimo actual es un 4,9% superior a lo que realmente debería ser. Por eso, el SMI ya habría superado el listón del 60% del salario medio y, por tanto, no debería revalorizarse en 2026 si se sigue estrictamente el criterio técnico.

Subida condicionada

Pese a cuestionar la metodología del Gobierno y advertir de un desajuste entre salario medio y SMI, la patronal ha optado por proponer una subida «prudente» del 1,5%, que consideran coherente con el incremento previsto para los empleados públicos el próximo año.

CEOE y CEPYME defienden que esta propuesta respeta tanto las necesidades de las empresas como los objetivos marcados por la Directiva Europea sobre Salarios Mínimos.

Al mismo tiempo, ponen una condición clara: el aumento debe aplicarse respetando plenamente las reglas de absorción y compensación contempladas en el Estatuto de los Trabajadores, un elemento clave para evitar distorsiones en convenios colectivos y estructuras salariales.

Aunque el Ministerio de Trabajo ha mostrado en ocasiones previas su intención de continuar avanzando hacia un SMI más elevado, el documento empresarial busca marcar terreno en el inicio del debate y advertir del impacto que, a su juicio, han tenido las subidas acumuladas desde 2019 en sectores de menor productividad. La patronal insiste en que los incrementos recientes han afectado de manera desigual y que algunas actividades están viendo comprometida su capacidad para mantener empleo debido al peso creciente de los salarios mínimos en sus estructuras de costes.

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