Programa de Estabilidad

Calviño dice a la UE que si sube el crudo y Draghi eleva los tipos el sablazo fiscal será aún mayor

La Actualización del Programa de Estabilidad enviado a Bruselas no sólo avanza una subida de impuestos para aumentar la recaudación en más de 26.000 millones de euros de aquí al fin de la legislatura. También deja claro que si el petróleo sube con fuerza y daña la economía española, la subida tributaria será aún mayor.

Calviño dice a la UE que si sube el crudo y Draghi eleva los tipos el sablazo fiscal será aún mayor
La ministra de Economía, Nadia Calviño, contempla una subida del crudo de más de 10 dólares.

Con los votos ya depositados en las urnas y en vísperas de un largo puente, el Gobierno de Pedro Sánchez envió a Bruselas la Actualización del Programa de Estabilidad apurando al máximo los plazos en la noche del 30 de abril. En los grandes números del documento, el Ejecutivo confirmaba un aumento de la presión fiscal que tendrán que soportar los contribuyentes y las empresas y corregía las cifras de déficit presentadas hasta la fecha. Pero además, analizaba los peligros que acechan a la economía española en un momento de desaceleración para reconocer que si los vientos de cola que en los últimos años han sido favorables se vuelven adversos -como ya anticipa la subida del petróleo-, su impacto negativo en la economía exigirá una subida adicional de impuestos.

La primera de las amenazas sería que el Banco Central Europeo (BCE) module su discurso y decida recuperar la hoja de ruta que tenía para 2019 con el inicio de una subida de tipos. Se trata de una «hipótesis improbable», según reconoce el documento enviado a Bruselas. La debilidad de la economía de la Eurozona obligó a Fráncfort a guardar en un cajón esa posible subida de tipos. Sin embargo, tampoco es del todo descartable. Mario Drahgi finaliza su mandato en octubre de 2019 y son muchas las voces que se muestran preocupadas por la escasa munición con la que el BCE cuenta en caso de que estalle otra crisis económica.

De acuerdo con los cálculos del Gobierno español, un aumento de 120 puntos básicos en los tipos, tendría un impacto negativo en el PIB de alrededor de un 1% de aquí a 2021. Algo que impactaría en las cuentas públicas, con una menor recaudación fiscal, un mayor gasto en prestaciones sociales y un mayor coste de los intereses de la inmensa deuda pública que acumula España. Todo ello en un entorno «en el que la demanda interna y la creación de empleo se resienten». Trasladado a los números, ese escenario supondría un aumento extra del déficit de 0,8 puntos porcentuales, que habría que compensar con nuevas medidas tributarias para cumplir con el objetivo de déficit.

El petróleo en escalada

Algo parecido ocurre con los posibles cambios en el precio del petróleo. Según los datos manejados en el cuadro macroeconómico del Ejecutivo el Brent se presenta en niveles medios de 68,9 dólares por barril en 2019. Sin embargo, ayer estaba por encima de los 70 dólares y en abril llegó a superar los 72 dólares, con lo que son muchas las casas de análisis que consideran que puede situarse en el corto plazo en 75 dólares el barril.

El Programa de Estabilidad reconoce que los precios del Brent previstos de aquí a 2020 pueden subir, en promedio, nada menos que 10 dólares (hasta 78,90 dólares en 2019). Las consecuencias de esta subida serían un recorte en el PIB del 0,5% en 2022. Y el impacto en el déficit si se cumple este escenario sería un aumento de 0,2 puntos porcentuales del PIB, junto con un aumento de 0,7 puntos porcentuales de la deuda. Un nuevo desvío que obligaría a recurrir a una subida de impuestos para sostener el programa de gastos que quiere poner en marcha el Ejecutivo socialista ahora que ha mejorado su mayoría parlamentaria.

La última amenaza externa es que el crecimiento económico de nuestros socios comerciales se debilite con más fuerza de lo ya esperado. Algo nada descabellado teniendo en cuenta que EEUU sigue enquistado en sus políticas proteccionistas, la eurozona se enfría a marchas forzadas y el Brexit seguirá siendo un lastre en los próximo meses. En el peor de estos escenario, el PIB perdería un 0,4% respecto a su nivel del escenario base en 2022. Y el impacto en el déficit público sería de 0,1 puntos porcentuales.

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