Las cafeterías Nebraska echan el cierre y dejan sin trabajo a 92 empleados

La ciudad de Madrid ha perdido a una de sus cadenas de restauración más señeras después de que el nuevo dueño de las cafeterías Nebraska haya decidido echar el cierre a todos sus establecimientos en la capital. El fondo Corpfin Capital Real Estate se hizo el pasado 21 de diciembre con la sociedad Nebraska Blanco Hermanos, por un total de 14,48 millones de euros y ahora, tras decidir que el negocio no es «viable» ha decidido finalizar la actividad hostelera. De este modo, los 92 trabajadores de las cafeterías se ven en la calle, tras haber sido informado de la decisión.
Fue el martes cuando los trabajadores conocieron su nueva situación, y este miércoles ya no abrieron al público los cuatro locales que esta marca tenía en Madrid. La venta del grupo de cafeterías sí que era conocido por el personal desde el pasado 27 de diciembre, cuando se les argumentó que las pérdidas que sostenía la sociedad eran insostenibles.
La adquisición de las cuatro cafeterías se hizo en dos partes. El fondo comprador desembolsó 9,9 millones de euros por los locales situados en la calle Alcalá y en Goya, según fue comunicado en un Hecho Relevante, en una operación que se llevó a cabo a través de la sociedad Corpfin Capital Prime Retail Assets Socimi, con 5,9 millones de financiación bancaria. Posteriormente se compró la sociedad Nebraska Blanco Hermanos para hacerse con la propiedad de la cafetería sita en Gran Vía, a través de dos fondos dedicados a la inversión en activos retail, por el montante restante, mientras que la de Bravo Murillo era de alquiler.
El Grupo Nebraska estaba presente en Madrid desde 1955 y llegó a contar con hasta seis establecimientos abiertos. El futuro uso de los locales queda ahora a merced de las decisiones que tomen sus nuevos propietarios, que buscarán obtener el rendimiento económico que las cafeterías Nebraska habían dejado de producir.