¿Cómo buscar abogado en el extranjero?

Madrid-Arena
Foto: EFE

Lo hemos vivido con una gran intensidad en años recientes, inmersos en una devastadora crisis forzando a las empresas españolas hacia el extranjero. También lo vivimos en los noventa, cuando muchas empresas se lanzaron a la aventura iberoamericana.

A los pertinentes análisis de mercado, búsqueda de oportunidades, preparación de documentación (porque sabemos que en un determinado país hay un concurso en el que podemos triunfar), o simplemente a la homologación de nuestro producto para que pueda ser comercializado allí, se une un mundo desconocido, lleno de normas, acuerdos, convenios, costumbres (algunas no muy honestas) ante cuyo desamparo hay que buscar una eficiente solución.

Es ahí donde surge la necesidad de buscar asesoramiento legal, serio, efectivo y (muy importante) a buen precio. Pero esto no es algo que se pueda adquirir en un supermercado, o que Amazon nos pueda suministrar porque lo tenga en stock. ¿Cómo puedo contactar, en ese país extranjero, con un abogado, que además me de confianza, sepa de lo que asesora, y tenga unos costes razonables? La respuesta exacta no es nada sencilla, y por ello no voy a poder dársela a ustedes, pero si puedo recomendarles una serie de pautas, caminos o sugerencias que a muchas empresas le han sido efectivas.

Veamos; el desembarco operacional, mayor o menor, en el extranjero, suele ir precedido de la recopilación de cierta información básica que a veces incluye la recolección de otras experiencias de empresas del sector, que pueden recomendarnos a buenos/aceptables profesionales. Es un buen comienzo.

A falta de esas recomendaciones, uno puede acudir a organismos del Ministerio de Asuntos Exteriores o del Ministerio de Comercio (ICEX) en el extranjero. La verdad, es que desconocemos los criterios de comprobación de idoneidad que estos organismos utilizan para confeccionar esas listas de profesionales y, nos serán útiles o no, en función de la complejidad de lo que queramos desarrollar. Esta elección tiene un componente de aventura, pues es muy posible que no exista un “chequeo” previo del profesional por parte de ese organismo, desconociéndose referencias, experiencias, éxitos, etc.

Frente a estas listas de profesionales recomendados, tal vez la mejor solución sea acudir a directorios jurídicos, principalmente anglosajones, que anualmente suelen verificar la calidad de esos profesionales, incluyendo comentarios y referencias de clientes. Claro está, aquí también puede encontrarse uno de todo; estos directorios pueden ser aceptablemente rigurosos (algunos de ellos entregan premios anuales que se cotizan mucho en las grandes firmas), o que simplemente se mueven por intereses comerciales, premiando al profesional que más cuota de publicidad pague. Aun con todo ello, este, a falta de cualquier otra referencia, es un camino que suele dar unos aceptables resultados.

Un último comentario, que a veces no es fácil de entender. Creo firmemente que el nivel de calidad del abogado español que asesora en el mundo de los negocios, es bastante bueno, y cumple de sobra con los estándares de calidad necesarios. A su vez, y por comparativa, muchas veces los honorarios de estos despachos españoles son bastante razonables para el magnífico servicio que prestan.

Si nuestra intención es buscar un abogado en el extranjero, y en especial en determinadas jurisdicciones, hay que mentalizarse; no será fácil encontrar un profesional con la calidad media de los letrados de negocios españoles y con esos estándares de honorarios. Hay que ser muy consciente de los servicios que necesitamos, y hacerse a la idea que su coste, en muchas ocasiones, será alto para lo que estamos acostumbrados, y no vamos a tener la fluidez que solemos tener con nuestro abogado local; análisis, tener referencias, no escatimar más que lo estrictamente necesario y….paciencia.

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