Las bolsas reciben con subidas el mensaje de dureza monetaria de los bancos centrales en Jackson Hole
En condiciones normales, el anuncio de que los tipos de interés pueden seguir subiendo, y de que en todo caso continuarán durante un buen tiempo elevados hasta aplacar la inflación hasta niveles del 2%, habría provocado una caída de las bolsas en todo el mundo. Pero los tiempos parecen haber cambiado también en este aspecto. De hecho, en la mayoría de los mercados de valores ha cotizado al alza lo que semejaba una mala noticia: el discurso duro del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en Jackson Hole el pasado viernes, en el curso de la reunión informal que mantienen en aquel enclave del estado norteamericano de Wisconsin los gobernadores de los bancos centrales más importantes del mundo.
El hecho es que las bolsas acabaron subiendo la semana pasada, sumado el cierre de la sesión del pasado viernes: Eurostoxx +0,5%, Dow Jones +0,8%, S&P +0,4%, Nasdaq +1,2% Nikkei +0,5%. Y por qué se ha producido esta reacción inesperada. Según los analistas consultados, «gracias a la segunda lectura que hicieron los mercados del discurso de Powell». Éste fue, en efecto, duro, anunciando que la Fed seguirá muy vigilante ante la inflación y que por ahora no ve que esté bajando, lo cual viene a significar que no han acabado las subidas de tipos. Por su parte, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, añadió que el BCE pondrá los intereses tan altos como sea necesario (“as high as needed”) y los dejará ahí todo el tiempo que sea necesario (“as long as it takes”).
Hace un año mensajes similares, emitidos también en Jackson Hole, provocaron recortes del diez por ciento o más en las bolsas a lo largo de septiembre. Sin embargo, esta vez la recepción de los mercados ha sido más bien positiva. De acuerdo con los medios consultados, tal vez las bolsas se fijaron en que Powell fue bastante positivo en las previsiones de crecimiento económico, al aludir a la fortaleza del consumo americano, que calificó como muy robusto, y a las señales tempranas de recuperación del mercado inmobiliario residencial. La impresión es que los inversores confían en que vayamos a un escenario diferente que se podría calificar de “desinflación controlada”, opina por ejemplo Juan Carlos Ureta, presidente ejecutivo de Renta 4. Ayer, por ejemplo, el Ibex 35 cerró con una subida inesperada del 1,6%.
El mercado parece haber leído esa “desinflación controlada” en las palabras de Powell en Jackson Hole. Powell enfatizó la lucha contra los precios y dejó claro que esa combate no ha terminado todavía, pero a la vez aseguró que la economía norteamericana está muy fuerte, dejando así ver que la Fed no es insensible al impacto de sus decisiones monetarias en la economía. Eso lleva a pensar que la Fed va a prestar mucha atención a los tipos de interés reales (tipo nominal menos inflación), no dejando que pasen de cierto nivel, un nivel que algunos analistas sitúan como límite en 1,5 puntos. Lo que quiere decir que si la inflación se modera hacia niveles del 3% podríamos pensar en tipos largos al 4,5% o por debajo. Un mundo más del 4% que del 5% y, además, con crecimiento positivo, tal vez no “alegre” pero sí constante.
Bajo esa premisa, se puede explicar que las Bolsas reaccionasen bien al discurso de Powell -ayer todas las plazas europeas, además de Madrid, registraron alzas excepto Londres-, pero hay que entender también que probablemente no haya demasiado recorrido adicional sino, como mucho, una fase de consolidación de niveles de aquí a fin de año si efectivamente la inflación se va moderando poco a poco y si al mismo tiempo se demuestra que la recesión no va a llegar, concluyen los citados medios.
La inteligencia artificial
Que se confirme o no la “desinflación controlada” con crecimiento positivo depende mucho del otro gran asunto de actualidad de la semana pasada: la innovación disruptiva, que conecta con la nueva inteligencia artificial generativa y tiene nombre propio, Nvidia. Esta compañía presentó sus cuentas el pasado miércoles tras el cierre de las bolsas y no decepcionó, al duplicar su facturación respecto al mismo trimestre del año pasado y multiplicar por nueve su beneficio trimestral, disparando además al alza sus perspectivas para el segundo semestre del año.
Jensen Huang, fundador de Nvidia y uno de los grandes “gurús” de la tecnología, anunció una “nueva era computacional” en la que el mundo corporativo hará una “transición” hacia la “computación acelerada y la IA generativa”. Las expectativas de que la innovación pueda favorecer el crecimiento, vía mayor productividad, son, a juicio de los analistas consultados, las que están sosteniendo a las bolsas en un entorno económico en el que, como se vio con la publicación del índice de manufacturas, la desaceleración avanza (el PMI compuesto de la eurozona ha caído a 47 puntos en agosto desde los 48,6 de julio, el nivel más bajo en 33 meses) y en el que la inflación, aunque se modera, no permite a los bancos centrales abandonar su línea “dura”. La idea es que la nueva revolución tecnológica en la que ya estamos, con la inteligencia artificial generativa a la cabeza, va a aliviar la inflación y a la vez impulsar el crecimiento por medio de mayor productividad.
Aunque otras casas de análisis comparten este visión, a corto plazo creen que los factores inflacionistas (desglobalización, proteccionismo, mercados laborales, transición energética e ingentes programas de gasto público) van a hacer muy difícil alcanzar el 2% al que están comprometidos los bancos emisores, así como que el crecimiento se verá afectado durante varios años por el nuevo régimen monetario de tipos reales positivos y menor liquidez estructural.