Blarlo: la ‘startup’ de traducción que reivindica el talento de las personas en la era de los robots
Traducir un texto en Internet está casi a la orden del día. Los idiomas han dejado de ser una barrera gracias a la cantidad de herramientas online, pero esas traducciones no siempre son perfectas o no se ajustan a las expresiones de cada lengua. Para intentar solventar este problema, Carmelo, Óscar y Jorge fundaron Blarlo, la plataforma online que conecta traductores nativos para traducir textos en 10 minutos y en 256 idiomas diferentes.
Blarlo pretende optimizar los procesos tradicionales que no cubren estas necesidades y maximizar su eficiencia con traductores nativos de cualquier idioma o especialidad, ya sea derecho o medicina. La startup se aleja de los robots y las máquinas y apuesta porque los profesionales revisen los textos. “A la hora de traducir o localizar un contenido, a día de hoy, solamente un traductor profesional es capaz de reconocer y traducir el tono, estilo, aspecto cultural, los dobles sentidos o ironías, etc.” explican los fundadores a OKDIARIO.
El tiempo que se tarda en traducir un texto puede ir desde los 10 minutos hasta las 24 horas. Principalmente, depende de la longitud. “Podemos llegar a tener traducido un post para un blog en 10 minutos o incluso hemos llegado a traducir 150.000 palabras para una licitación del sector energético en 24 horas.
La extensión del texto también es condicionante para el precio, aunque hay otros factores que lo determinan “como la optimización que podamos hacer del texto a traducir o el par de idiomas que se necesite. Hay idiomas que son menos hablados y en los que hay más escasez de traductores”, cuentan.
Los clientes, con rostro de empresa
Desde pequeñas empresas hasta multinacionales. Si el cliente de Blarlo tiene un rostro, es el del mundo del negocio. “Desde el lanzamiento de nuestros servicios tenemos más de 200 empresas que han o están utilizando nuestros servicios. Más de 75% de nuestros clientes son empresas, ya que son éstas las que tienen una mayor necesidad de traducir diferentes tipos de documentos en función de su posicionamiento y su sector”.
Precisamente, las áreas donde se mueven estas compañías son tan variadas como los idiomas: ingeniería, e-commerce, empresas de tecnología, bancos, clínicas, farmacéuticas, inmobiliarias…
“Los tipos de documentos a traducir dependen de las necesidades de los clientes y van desde contratos, localizaciones de webs, e-commerce, aplicaciones, documentación técnica de todo tipo, material de marketing, etc.”, apuntan.
La Inteligencia Artificial, protagonista
El motor de Blarlo tiene un protagonista: la Inteligencia Artificial, que aparece en escena para proporcionar una traducción base al traductor profesional lo más fiable posible, “para categorizar perfiles de traductores y evaluar los mejores para un trabajo determinado o para realizar previsiones en base a nuestros datos de histórico”.
Para levantar los cimientos de la compañía, utilizaron recursos propios hasta pasar por una primera ronda de financiación que les permitió captar los primeros clientes. En 2017 se apuntaron un tanto y para este año, tienen una previsión de 1,5 millones de euros.
Unas cifras que les han permitido crecer a ritmo de crucero. Actualmente, su equipo está formado por diez personas y más de 2.000 traductores de 87 países diferentes.
Pese a que se han encontrado con obstáculos durante este camino, están seguros de que ha merecido la pena. “Hay que tener paciencia para ir viendo poco a poco como los problemas se van superando y todo sale adelante”.